Se suicidó por ansioso
Un preso de 70 años condenado a la pena capital nunca se enteró que el juez había decidido cambiarla por cadena perpetua y se ahorcó.
Todavía se preguntan en la carcel si se enteró o no. La cuestión es que George Smithey, un recluso de 70 años, se ahorcó en su celda en el mismo instante en que el juez había decidido cambiar su pena de muerte por cadena perpetua.
Smithey, recluso en la cárcel de alta seguridad de San Quentin, en el estado de California, Estados Unidos; ató las sábanas de su cama a los barrotes de la celda y se colgó. Al parecer, no había sido informado sobre su indulto.
Smithey había sido sentenciado a muerte por el asesinato de una mujer durante un robo en 1988.
Sin embargo, un juez falló a su favor de acuerdo con criterios establecidos después de su juicio, teniendo en cuenta que sufría de deficiencias de aprendizaje y no debía ser ejecutado.
Autoridades penitenciarias aseguraron que no se encontró nota alguna del indulto y no se sabía si el recluso supo alguna vez del cambio en su pena.