¿Se presentará o no la favorita?
Por The Economist. Durante meses los argentinos asumieron que la mandataria Cristina F. de Kircher sería reelecta en octubre.
Gracias a una economía fuerte, una oposición exangüe y una ola de respaldo tras la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, parecía imparable. La única duda es que ella todavía no dice si se presentará. A un mes del anuncio de candidaturas, el país sigue adivinando. "No me muero por ser presidenta otra vez", dijo el 12 de mayo.
La opinión en Buenos Aires soslaya su indecisión como táctica política artera, tal como en 2007 ella y su esposo esperaron hasta el último momento para anunciar cuál de los dos se presentaría. Cuanto más se demore, afirma Sergio Berensztein, de la universidad Torcuato Di Tella, más permanece fuera de la pugna, en sus populares roles de mandataria y viuda. El columnista Luis Tonelli lo llama "operación clamor", destinada a promover un avasallante ruego público por su candidatura. Y Manuel Mora y Araujo de la consultora Ipsos, lo ve como una advertencia a Hugo Moyano: si él no rebaja sus exigencias de poder político, Fernández podría retirarse, dejando a un sucesor menos amistoso con los gremios.
La mandataria tiene sólidos motivos para encarar otro período; la economía sigue a todo vapor, alimentada por el alto precio de las materias primas y el rápido crecimiento del vecino Brasil.
De acuerdo con Naciones Unidas, el PBI de Argentina creció el 8,4 por ciento en el último año.
La muerte del esposo de Cristina significó un repunte de 25 puntos en su popularidad. Y mientras ella lo llora -dejó su guardarropa glamoroso en favor del luto-, cualquier crítica suena a mezquindad.