Se hizo viral en la pandemia por correr 42k en su departamento: ahora está preso por el secuestro de un empresario

Gustavo Alfredo Tallone (51) es un empresario que según los registros está vinculado al sector agrícola. El 8 de julio, uno de sus mejores amigos lo citó para encontrarse en la zona de Abasto. Lo que no se esperaba Tallone es que horas más tarde su familia pagaría un rescate de 65.000 dólares por su liberación. A casi 40 días, el hombre continúa desaparecido y la principal hipótesis es una "mexicaneada" millonaria vinculada a la venta de droga.

Por el secuestro extorsivo hay tres personas imputadas: uno de sus amigos; un abogado que se hizo viral por correr 42 kilómetros en un balcón durante la pandemia del coronavirus y uno de los hermanos del clan narco Juliá, condenado por transportar 944 kilos de cocaína a España en 2011.

Todo comenzó cuando Tallone recibió el llamado de su amigo Juan Carlos Miró (55), que lo citó para encontrarse en la zona de Abasto cerca del mediodía del 8 de julio. Fuentes judiciales confirmaron a Clarín que el encuentro se organizó ya que Miró le aseguró a Tallone que le presentaría a una mujer que lo ayudaría con sus problemas en el puerto de Concepción del Uruguay.

La investigación estableció que Tallone subió junto a su amigo a un Volkswagen Gol en el cual había dos personas, que aún no fueron identificadas. Detrás iba una camioneta Audi Q3 conducida por el abogado José Alberto Tomás Uriburu (40), un reconocido abogado que tenía una conocida enemistad con Tallone, quien estuvo imputado por una causa de falsificación de moneda en 2013.

Es que se cree ambos estaban vinculados a negocios en el puerto de la ciudad entrerriana de Concepción del Uruguay. “Tenían rencillas y peleas. Eran investigados por un tema relacionado con un cargamento de aproximadamente 400 kilos de cocaína que desapareció”, explicó un investigador. Testigos indicaron que la deuda sería cercana a los 800 mil dólares.

Al hombre se lo trasladó hasta una casilla ubicada en Benavídez, partido de Tigre, que era propiedad de la familia de Uriburu. La investigación determinó que esa misma noche Tallone llamó a su mano derecha para que retire 65 mil dólares para pagar su rescate.

Esa misma noche, en una estación de servicio de la avenida Cabildo al 4700 de Belgrano, la mano derecha de Tallone, identificado como Matías Miguez, se reunió con Miró, a quien le dejó el dinero. A los pocos metros, Uriburu observaba todo. A pesar del pago, Tallone no fue liberado y los secuestradores continuaron con las llamadas extorsivas.

Si bien la causa está a cargo de la fiscal federal Josefina Minata, de la Fiscalía Federal de Concepción del Uruguay, colabora con la investigación la Unidad Fiscal Especializada en Criminalidad Organizada (Ufeco), liderada por el fiscal federal Santiago Marquevich.

Tras la entrega del dinero no hubo más comunicaciones por parte de Tallone. Su hijo recibió tres llamados, el 12, 15 y 16 de julio, en los que también fue amenazado.

En otra de las llamadas, le dijeron: “Buenas noches cumpa, la cosa es corta. el ladrón está acá con nosotros y está bien. O devuelven la droga y los 500 mil dólares que se robó y todo se termina y él vuelve, le robó a todos los narcos y ahora toca pagar. Si baten la cana bajamos y vamos por todos ustedes y sus ayudantes. Con la mafia no se jode”.

Si bien la amenaza hacía referencia al hecho que investiga la justicia federal entrerriana, fuentes vinculadas al expediente no tienen establecido que fuera el móvil del secuestro del empresario.

Quiénes son los imputados
Por el secuestro de Tallone hay tres hombres imputados: dos de ellos detenidos con prisión preventiva a la espera de un cupo en una cárcel del Servicio Penitenciario Federal (SPF), y un tercero con pedido de captura internacional.

Según el procesamiento de 99 páginas, al que tuvo acceso Clarín, el Juzgado Federal de Primera Instancia Nº 1 de Concepción del Uruguay sostiene que "Gaston Tallone continua siendo víctima del delito de secuestro extorsivo, cuyo autor es José Alberto Tomas Uriburu, con la colaboración de Gustavo Adolfo Julia -quien le proveyó el Gol trend que traslado a la víctima-, Juan Carlos Miró, quien implemento el señuelo -o falsa reunión- para que Uriburu pudiera privar de su libertad a Tallone, y dos personas más cuya identidad de momento se desconoce".

Todos están acusados como coautores del delito de “secuestro extorsivo agravado por el cobro del rescate y por la participación de más de tres personas”, que tiene una pena de prisión en expectativa de entre 10 y 25 años, según el artículo 170 del Código Penal, en su inciso 6.

Uno de los presos es Uriburu, quien se hizo viral durante la pandemia por “correr” una maratón de 42 kilómetros en un circuito que recorría el comedor y el balcón de su departamento, en Belgrano. “Es el principal imputado”, confió una fuente.

Según hizo saber el abogado, sufrió varias amenazas y hasta le llegaron a balear una propiedad en la que le dejaron una nota con la frase “con la mafia no se jode”. Por tal razón, dicen que fue a visitar a Ariel “Guille” Cantero, líder de la banda narco rosarina “Los Monos” al penal de Marcos Paz, de quien se jacta de ser amigo. Según los investigadores, “a partir de allí las cosas se calmaron”, según les confesó Uriburu.

El otro de los detenidos es Miró, amigo de Tallone a quien “le tendió una trampa” al pedir que se encontraran pero que tenía como finalidad el ser secuestrado. Desde que ambos fueron detenidos –en la última semana de julio- cesaron las comunicaciones extorsivas.

Miró declaró ante la Justicia que él fue secuestrado por Uriburu el 7 de julio y que fue obligado a citar a Tallone para encontrase en la zona de Abasto. Finalmente, se estableció que sus dichos eran mentira.


El imputado que está prófugo: un viejo conocido de la Justicia

Otro de los imputados en la causa es Gustavo Juliá, uno de los hermanos que fue condenado a 13 años de prisión por intentar introducir en España casi una tonelada de cocaína de alta pureza, en enero de 2011, en una causa conocida como "Narcojet".

“Creemos que es el ideólogo”, afirmó un detective. La prueba que complica a Juliá con el secuestro de Tallone son varias: una de ellas es que el pase electrónico para los peajes que tenía instalado el auto en el que fue secuestrado Tallone estaba vinculado a la cuenta bancaria del sospechoso.

Si bien no consta su presencia al momento del secuestro, varias antenas registran la señal de su celular en la zona donde lo mantuvieron cautivo.

Ya pasaron 40 días del secuestro de Tallone y los investigadores trabajan sobre dos hipótesis: la más débil, que el empresario continúa secuestrado. La otra, es que fue asesinado, aunque no se halló en su lugar de cautiverio manchas de sangre o indicios de una muerte violenta.