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Se debe revisar catálogo de inmuebles platenses que valen la pena preservar

A raíz del debate sobre el Código de Ordenamiento Urbano ha cobrado actualidad el tema de la preservación de inmuebles platenses considerados de alto valor estético, histórico y cultural.

De acuerdo con las normas vigentes se creó un catálogo que abarca 1.820 construcciones con un criterio por demás discutible ya que se incurrió en exageraciones como la de incluir a toda vivienda o edificio proyectado por un determinado profesional sin atender a las cualidades de cada uno en particular. Al declararse una vivienda como merecedora de la protección estructural se la convierte en poco menos que intocable pero se incluyó en ese rubro edificaciones que no fueron previamente inspeccionadas, cuyo estado se desconocía y por lo tanto no se tuvo en cuenta cuánto pudieron ser alteradas en relación a su plano original. Los propietarios podían hacer objeciones y observaciones y quienes las hicieron en casi ningún caso recibieron respuesta. El catálogo debía ser enviado a los 6 meses al Concejo Deliberante pero han pasado 10 años y todavía no se lo trató. Vale la pena aclarar que se incluyeron viviendas que estaban casi demolidas.

Las improvisaciones fueron muchas hace 10 años. Tanto es así que tampoco se pensó en un razonable resarcimiento para los propietarios por la pérdida de valor que sufrían sus propiedades si eran intocables y por lo costoso de mantener edificaciones de más de 70 años de antigüedad. En esa época los sistemas de construcción eran diferentes y no puede sorprender que haya balcones deteriorados por el paso de los años por ejemplo y hacer la tarea de mantenimiento de éstos es sumamente costoso y más aún cuando deben reconstruirse molduras que en otra época eran comunes. De no llevarse a cabo las tareas de mantenimiento puede haber accidentes con daños a transeúntes que podrían considerarse responsabilidad de los propietarios de las viviendas.

Tal vez sea el momento de hacer un nuevo catálogo con edificaciones que valen la pena preservar, después de inspeccionarlas interior y exteriormente para conocer su estado, sin las exageraciones en las que se incurrió y creando algún mecanismo de compensación para los vecinos afectados. No pueden repetirse las improvisaciones de hace una década por las que se declararon ciertas construcciones como de preservación en la categoría estructural (o sea intocables), incluyendo edificios o viviendas sin valor histórico o estético. La preservación de cada unidad debe ser fruto de adecuados análisis y sin que signifique una pesada carga económica para unos pocos, lo cual significaría violar el principio de la igualdad ya que el cuidado del patrimonio de la Ciudad no debe ser pagado por unos pocos vecinos.