Se conocieron por Tinder y se puso un vestido de novia en la primera cita
“Dijo que lo traía de un desfile”, cuenta Adrián que conoció a una joven modelo por la red de encuentros.
En el Día de San Valentín no todas las historias son de amor. Es más, a veces es más interesante conocer esas de desamor o las que no incluyen una visión romántica de una cita. Tal es el caso de la anécdota de Adrián, el contador que conoció a una joven por Tinder y que para la primera (y única cita) se puso un vestido de novia.
“Siempre cuento esta anécdota porque me resultó extraña. Y hasta ahora, con todas las personas que hablé, nadie le sucedió una cosa así”. Adrián es contador y también el protagonista de una historia particular, que nació en Tinder y culminó con una revelación inesperada.
El hombre de 29 años reveló que tras conocer a una joven mediante la aplicación de citas, y dialogar durante cuatro días por esa misma vía, concretaron una salida para descubrirse mejor. “Fue una merienda. Nos pareció que era el mejor plan para la primera vez, sin la carga que muchas veces trae un encuentro nocturno”, sostuvo a TN.
“Hablamos de literatura, películas, fue todo espectacular. La charla fluyó de una manera excelente. En un momento se hizo de noche. Pagamos y me acompañó al estacionamiento en el que había dejado el auto. Ahí le pregunté si la llevaba a la casa o si estaba para otro plan. Pensé en ir a cenar. O si tenía ganas buscar alguna película en el cine”, continuó.
El diálogo prosiguió en el vehículo, estacionados sobre la misma vereda en la que previamente habían compartido un café y algunas cosas dulces. “Nos empezamos a besar. Una cosa llevó a la otra y recuerdo que me dijo que era muy temprano, que no quería volver a su casa aún. Terminamos yendo a un hotel alojamiento”, contó Adrián.
Buscaron en Google el sitio más cerca. La primera opción se encontraba a menos de 10 minutos. “Hasta ese momento todo iba muy bien. Lo único que me había sorprendido era su cartera, que parecía un bolso de lo grande que era. Se notaba que estaba llena y que le pesaba. Pero no quise preguntarte qué tenía, porque tampoco es que me quitaba el sueño saberlo”, sostuvo el hombre.
“Entramos al telo y todo siguió bárbaro. Ya en la habitación, nos empezamos a sacar la ropa y en un abrir y cerrar de ojos estábamos en la cama. Yo en bóxer, ella también en ropa interior. Fue en ese momento que se detuvo, se paró y me dijo: ‘Bancame que voy un toque al baño”, dijo Adrián.
“No sé qué pensé en ese momento. Supongo que lo normal: debe tener ganas de ir al baño o de higienizarse para sentirse más cómoda. Sí me acuerdo que me senté en la cama y prendí la tele. Quería desentenderme de esa situación y no exhibirme ansioso. Esa secuencia habrá durado unos siete u ocho minutos”, contó.
“Fue después de ese rato que escuché el click de la luz y el ruido de la puerta. Noté su sombra saliendo del baño, pero no giré la cabeza. Sí lo hice cuando estaba muy cerca mío. Al verla no lo pude creer. Estaba con el pelo recogido y un vestido de novia puesto. Con el tul, el velo, toda de blanco”, rememoró.
Adrián comprendió en ese instante que el contenido de la cartera de la joven estaba frente a sus ojos. Un vestido de dimensiones exageradas. Un atuendo poco amigable para el calor que ya se había adueñado de la habitación.
“No la había buscado en redes sociales antes de salir. Vi sus fotos en Tinder, me pasó algunas más y nos seguimos en Facebook. Ahí observé algunas fotos, pero eran las mismas que tenía en la aplicación. Ella se dedicaba al modelaje y allí exhibía todas las campañas en las que había trabajado”, agregó.
“¿Qué hicimos después? Tuvimos sexo igual, porque estábamos muy excitados. Pero era raro, me dio mucho calor. Ella quiso que hagamos todo con el vestido de novia puesto”, indicó.
Adrián continuó: “Pensé en no verla más porque a pesar de todo lo bueno me pareció extraño lo que pasó después. Sí admito que posteriormente me ganó la curiosidad y necesité escribirle. Quería saber por qué había hecho eso”.
“Mis amigos me aconsejaban que saliera de ahí. Creo que al ser más chico me asustó que fue todo premeditado y que eligiera un vestido de novia, con lo que ello representa. Inspeccionando en Facebook noté que en una de las campañas que hizo tenía ese vestido. Fue ahí cuando le escribí y le pregunté por qué había llevado el vestido. Me dijo que era su fantasía sexual, que le surgió cuando se lo dieron para la campaña y se lo prestaron. Se lo quedó y lo usó conmigo”, completó.
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