Se cierra el dogal sobre los diarios
*Por Ricardo Kirschbau. Irónica, la Presidente se refería a la media sanción que tiene el proyecto que permite al Estado el manejo de la comercialización e importación de papel.
Lo de media sanción es apenas un formalismo: el Senado la convertirá en ley la semana próxima, antes de las Fiestas, como regalo de Navidad para Cristina , tal como los legisladores oficialistas se ufanaban en el Congreso.
Una decisión que no tiene nada de graciosa y que condicionará aún más la libertad de imprenta, de expresión y de opinión en el país.
Está claro que el oficialismo no necesita tener un diario nuevo porque ya tiene muchos que, sostenidos por el dinero de la publicidad oficial, forman parte de la cadena de propaganda gubernamental . Pero el Gobierno no está contento con haber creado ese formidable aparato de medios públicos y privados. Esa "pluralidad" que consiste en que muchos medios de comunicación dependan de una sola fuente de financiación y así dependan de la magnanimidad de quienes manejan la billetera.
Ya lo hicieron en Santa Cruz y ahora replican el mismo esquema a nivel nacional.
El manejo de la importación de papel, que ahora es libre y con cero arancel , nada tiene que ver con el declamado propósito de facilitar el acceso de ese insumo básico a diarios pequeños.
Por el contrario, es la fórmula perfecta para controlarlo y condicionar la libertad de expresión , buscando ahogar las voces críticas e independientes del Gobierno. Se cierra así el dogal sobre el periodismo.
La mayoría que las elecciones le otorgaron a Cristina no es, como se aduce casi con grosería, un salvoconducto para cualquier abuso, sino una responsabilidad institucional aún mayor . Así, la vida democrática pierde la riqueza del debate y gana en prepotencia.
No hay democracia con policías del pensamiento, como diría Orwell, para detectar a quien siquiera se permita disentir con el poder dominante.