Se casaron Calamaro y Cardinali
Tras cinco años de relación, Andrés Calamaro y Julieta Cardinali, dieron el “sí” ante la Ley. El excéntrico músico y la bella actriz, son ahora marido y mujer.
Fue hace instantes en el Registro Civil de la calle Uruguay de la Ciudad de Buenos Aires y de manera “casi casi” en secreto.
El secreto, no sabemos a qué se debe, pero el “casi” bien puede ser atribuído a que si bien la pareja mantuvo acallado el suceso y relató a sus familiares la noticia del enlace recién en la noche de anoche, los medios se atrincheraron en la puerta de la entidad e hicieron de este íntimo casamiento, el más público de todos.
La pareja ingresó al edificio sin emitir palabra y se retiró de la misma manera, huyendole a la prensa.
Es que Andrés, parece olvidar que “no se puede vivir del amor” (como reza uno de sus más populares acordes) y que, el día de mañana puede volver a necesitar de las cámaras.
No obstante, lo importante del suceso es el sello que se le puso a un romance que data de 2005 y que fue consecuencia de un “amor a primera vista”; una primera vista que tuvo lugar en Madrid, en 2004, cuando concurrieron al mismo bar (“La Gran Vía”) y se impactaron de manera mutua.
Tras ocultar el noviazgo durante algunos meses, finalmente dejaron de desmentirlo y Andrés se mostró luciendo un tatuaje con las iniciales de ambos: ACJC y, en 2007 y fruto de ese amor, nació Charo.
Sin duda, a las 13 de hoy, el ahora matrimonio vistió de gala a la relación y le colocó la frutilla a la torta.
El secreto, no sabemos a qué se debe, pero el “casi” bien puede ser atribuído a que si bien la pareja mantuvo acallado el suceso y relató a sus familiares la noticia del enlace recién en la noche de anoche, los medios se atrincheraron en la puerta de la entidad e hicieron de este íntimo casamiento, el más público de todos.
La pareja ingresó al edificio sin emitir palabra y se retiró de la misma manera, huyendole a la prensa.
Es que Andrés, parece olvidar que “no se puede vivir del amor” (como reza uno de sus más populares acordes) y que, el día de mañana puede volver a necesitar de las cámaras.
No obstante, lo importante del suceso es el sello que se le puso a un romance que data de 2005 y que fue consecuencia de un “amor a primera vista”; una primera vista que tuvo lugar en Madrid, en 2004, cuando concurrieron al mismo bar (“La Gran Vía”) y se impactaron de manera mutua.
Tras ocultar el noviazgo durante algunos meses, finalmente dejaron de desmentirlo y Andrés se mostró luciendo un tatuaje con las iniciales de ambos: ACJC y, en 2007 y fruto de ese amor, nació Charo.
Sin duda, a las 13 de hoy, el ahora matrimonio vistió de gala a la relación y le colocó la frutilla a la torta.