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¿Se apagó la estrella del Planeta Burlando?

"Los que defienden asesinos de mujeres y niños son unos energúmenos", dijo en diciembre Fernando Burlando cuando todavía sonaba fuerte en la opinión pública la terrible masacre de La Plata. Por Jorge D. Boimvaser

* Por Jorge D. Boimvaser
info@boimvaser.com.ar

El karateca Martínez parecía ser el múltiple asesino y el remisero Taglieaferro apuntaba a convertirse en  la pieza clave para resolver el caso.Aunque el mediático abogado tenga razón en decir que nadie puede avalar a criminales de la más baja estofa, la frase tan generalizada que parece incluir hasta los mismos letrados que patrocinan al karateca Martínez, puede convertirse en un fuerte tropezón verbal con solo recurrir al archivo.

Fernando Burlando apareció en el firmamento de las ligas mayores de los estudios jurídicos cuando los bufetes tradicionales (como el estudio Anzorreguy, el de Beccar Varela y otros grandes) preferían el bajo perfil público, y el joven Burlando se dio cuenta que la presencia mediática apoyaba y mucho la instalación de crímenes resonantes en el ánimo de los juzgados.

Tuvo causas de fuerte impacto público, ganó mucho dinero aplicando el recurso de los abogados yankys que facturan por hora de trabajo y en tarifa dólar y no le importó hacer ostentación de riquezas.Pero la estrella Burlando comenzó a palidecer en los últimos tiempos y en su espíritu ronda la letra del tango: "La tristeza de haber sido y el dolor de ya no ser"."Los que defienden asesinos de mujeres y niños son unos energúmenos"  fue su frase fatal.

Porque el mismo Burlando ingresó en un caso resonante defendiendo a Daniel Bellini, a quien la justicia condenó por el asesinato de su pareja Morena Pearson, muerta de un balazo en marzo del 2008. O sea, Burlando también fue letrado de un asesino de mujeres, otro más en la cruel estadística de los crímenes de género. La justicia comprobó que Bellini asesinó a su mujer y por su antecedente de fuga (en el caso de falsificación de dólares en los 90), lo dejó adentro hasta que se resuelvan las apelaciones procedentes.

El año pasado, reapareció el abogado con un look extraño y novedoso, patrocinando a Carola Labrador en el crimen de Candela Rodríguez. Su argumento que trabaja en esa causa "ad honorem" y a pedido del padre Grassi no convenció a nadie, pero en ese caso quien paga o no paga los honorarios de un abogado es lo de menos.

Burlando  arremetió furioso esta vez contra los que involucraban a Carola Labrador con el tráfico de drogas. Siempre invocaba la precaria situación económica de la madre de la chica muerta.. ¿Cómo puede vivir tan humildemente un traficante de drogas?, argumentaba con cierto desconocimiento –o no-  de lo que ocurre en el submundo del narcotráfico barrial. Cada vez hay más consumidores de sustancias ilícitas, pero a su vez también aumentó considerablemente los kioscos de ventas en el conurbano. Ya la imagen del dealer viviendo fastuosamente quedó en el pasado.

Se hacen millonarios los jerarcas narcos, los grandes "punteros" (mayoristas) y muchos distribuidores a gran escala, pero los pequeños vendedores en los barrios a veces solo ganan para mantenerse.  La competencia es mucha, los precios de venta son  conocidos por todos los consumidores y la calidad de la sustancia no puede alterarse demasiado porque en ese mercado todo se sabe. Ergo: La plusvalía es escasa y clientes abundan tanto como ofertantes.

Desde el comienzo del caso de Candela Rodríguez  se dijo (lo decían los mismos investigadores, confidencialmente), que la mujer estaba ligada a ese comercio, y que su ex marido podía tener cuentas pendientes con "Mameluco" Villalba, un aprendiz de político detenido por su vinculación con el narcotráfico en la localidad de San Martín. Ese sí que era un pez gordo. Se dijo que Villalba pagaba un peaje de 30 mil pesos mensuales en la Provincia de Buenos Aires para asegurarse no ser detenido, y extrañamente quien lo apresó fue la Policía Federal. Ahora la versión judicial es que esa pista de la conexión de Carola Labrador con el narcotráfico comienza a ser investigada por la justicia,  una cuestión que Fernando Burlando buscaba que no ocurriera,  pero ya ocurrió.

Otro paso en falso del mediático abogado.  Los medios de difusión pueden hacer muy conocido a un personaje, pero ya la Justicia no se mueve más por las caras bonitas de la pantalla chica  cuando un crimen queda irresuelto y las pistas para esclarecerlo no cierran. Defendió a Daniel Bellini y el asesino de Morena Pearson fue condenado. Acusó al karateca Martínez por el cuádruple crimen en La Plata y el muchacho está en libertad sin forma que se compruebe su participación en el múltiple homicidio.

Desligó a Carola Labrador –como pudo- de estar vinculada al negocio de la venta de drogas y ahora los tribunales de la provincia quieren  investigar esa posible conexión. Y para colmo la justicia no sabe qué hacer con las personas detenidas por el homicidio de la chica. Debe definir la situación procesal y si los libera y no avanza en la investigación, la imagen que trasmite el sistema judicial bonaerense está a punto de colapsar mal. Desde el caso Pomar hasta hoy –y antes aún-,  la cantidad de delitos sin resolver forma una larga lista inquietante Tres derrapes consecutivos en el terreno judicial son demasiado para quien pretende figurar en el top ten del derecho penal.Sus acciones están en baja. ¿Se apagó la estrella del Planeta Burlando?