Scioli movió, ahora le toca a Cristina
*Por Walter Schmidt. Daniel Scioli decidió patear el tablero en el peronismo y blanqueó su intención de ser candidato presidencial para el 2015.
La jugada del gobernador bonaerense, apremiado por la ofensiva kirchnerista en su propia provincia y a manos de su propio vice Gabriel Mariotto, tiene por objetivo buscar un reaseguro político.
Scioli sabe no sólo que Cristina Fernández nunca lo tuvo en mente para ser su sucesor, sino que además la Presidenta decidió ir por la provincia de Buenos Aires de la mano de Mariotto y de La Cámpora.
El gobernador también sabe que más tarde o más temprano debía decidir si dar pelea por alcanzar su máxima aspiración, la Presidencia, o bien irse a su casa u obtener, a modo de reconocimiento, una banca en el Congreso de la Nación.
Posiblemente pensará que esa decisión iba a ser más cercana al 2015. Pero debió adelantar los tiempos: entiende que su decisión de dar pelea, a través de una sucesión de gestos que culminaron con la salida en bloque del sciolismo a confrontar con Mariotto, va a tener su represalia desde la Casa Rosada. En la provincia no descartan que el Gobierno nacional pretende asfixiar económicamente a Scioli hasta que el distrito entre en llamas.
Por eso, Scioli se preocupó por aclarar que si Cristina Fernández busca su re-reelección, él no la enfrentaría, como para dejar escrita una suerte de "lealtad" hacia la conductora del kirchnerismo. "Scioli blanqueó su situación, como siempre a su estilo", reflexionó un importante funcionario del gobierno.
Pero al mismo tiempo, Scioli busca constituirse en el faro que muchos de los opositores, sobre todo aquéllos de vertiente peronista, comenzarán a buscar como referencia.
No sería casual que Hugo Moyano se convierta en el principal aliado de Scioli, a nivel público para solidarizarse con el gobernador ante la embestida K.
Por lo bajo, muchos dirigentes, intendentes y miembros del denominado Peronismo disidente se acercarán a Scioli que supo construir una virtud, en los tiempos que corren: tiene buena relación, casi con "todos". Scioli movió. Ahora le toca a Cristina.
Scioli sabe no sólo que Cristina Fernández nunca lo tuvo en mente para ser su sucesor, sino que además la Presidenta decidió ir por la provincia de Buenos Aires de la mano de Mariotto y de La Cámpora.
El gobernador también sabe que más tarde o más temprano debía decidir si dar pelea por alcanzar su máxima aspiración, la Presidencia, o bien irse a su casa u obtener, a modo de reconocimiento, una banca en el Congreso de la Nación.
Posiblemente pensará que esa decisión iba a ser más cercana al 2015. Pero debió adelantar los tiempos: entiende que su decisión de dar pelea, a través de una sucesión de gestos que culminaron con la salida en bloque del sciolismo a confrontar con Mariotto, va a tener su represalia desde la Casa Rosada. En la provincia no descartan que el Gobierno nacional pretende asfixiar económicamente a Scioli hasta que el distrito entre en llamas.
Por eso, Scioli se preocupó por aclarar que si Cristina Fernández busca su re-reelección, él no la enfrentaría, como para dejar escrita una suerte de "lealtad" hacia la conductora del kirchnerismo. "Scioli blanqueó su situación, como siempre a su estilo", reflexionó un importante funcionario del gobierno.
Pero al mismo tiempo, Scioli busca constituirse en el faro que muchos de los opositores, sobre todo aquéllos de vertiente peronista, comenzarán a buscar como referencia.
No sería casual que Hugo Moyano se convierta en el principal aliado de Scioli, a nivel público para solidarizarse con el gobernador ante la embestida K.
Por lo bajo, muchos dirigentes, intendentes y miembros del denominado Peronismo disidente se acercarán a Scioli que supo construir una virtud, en los tiempos que corren: tiene buena relación, casi con "todos". Scioli movió. Ahora le toca a Cristina.