Schoklender y el relato del poder
*Por Mario Fiore. Acorralado, el ex mano derecha de Bonafini lanzó mensajes al Gobierno al describir cómo se usa el dinero para casas en financiar la política. El rol de la oposición confundida.
Sergio Schoklender describió ayer durante cinco horas de qué manera funciona el poder político en la Argentina. Su relato no se dio en la Justicia, donde está imputado por lavado de dinero y lo investigan por presunto manejo fraudulento de dineros públicos, ya que las investigaciones de los hechos avanzan a paso de hormiga en estos tiempos electorales.
Schoklender habló ante diputados de la oposición, quienes trataron de sacar provecho electoral de su rol de "quebrado" o "arrepentido", traje que el ex apoderado de la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo y ex mano derecha de Hebe de Bonafini se colocó una vez que advirtió que el Gobierno nacional, estallado el escándalo, lo iba a utilizar de chivo expiatorio. Por eso, en su paso por el Congreso, el polémico y oscuro personaje dejó muchos mensajes para sus ex amigos del kirchnerismo.
Las largas explicaciones de Schoklender probablemente no aporten demasiados elementos a la Justicia, ya que el juez que investiga el presunto lavado de dinero, Norberto Oyarbide, tiene en su poder la documentación que ayer el ex apoderado de la Fundación de las Madres llevó al Congreso. Sin embargo, Schoklender dio ante una oposición ansiosa de datos una descripción detallada del manejo de los fondos públicos que hace el kirchnerismo desde el Gobierno para solventar la política.
Las viviendas
En el centro de la escena está un programa para construir viviendas para sectores pobres. La innovación del kirchnerismo fue transformar a las Madres de Plaza de Mayo en una fundación que, sin antecedentes en la materia, se puso a construir casas en barriadas marginales. De un momento a otro, la prestigiosa organización de Derechos Humanos pasó a ser la primera empresa constructora del país.
Recibió más dinero que el que cualquier gobernador percibió a través del Fondo Nacional de Vivienda (Fonavi). Pero la innovación derivó en escándalo cuando la misma fundación se quebró porque el dinero que ingresó -se estima que son más de 1.200 millones de pesos aportados por el Estado en carácter de anticipos de obras- no se recuperó con las casas. La investigación judicial -una de ellas, la que se centra en una posible malversación- deberá dilucidar si la plata se mal ejecutó en casas o si tuvo otros destinos.
La oposición se quedó ayer con la certeza de que mucho de ese dinero fue al financiamiento irregular -por fuera de la ley- de la política kirchnerista. Actos políticos, afiches, encuestas se pagaron por la ventanilla de la Fundación de las Madres. Esto es lo que aportó de nuevo Schoklender ayer.
Pero además sostuvo que Hebe de Bonafini compró una casa y un departamento y que no reintegró el dinero, acelerando así el problema financiero de la institución. Ayer, desde la Plaza de Mayo, Hebe volvió a acusar de ladrón a Schoklender y a la oposición que lo escuchó le plantó el calificativo de "ratas".
Aunque la oposición viene denunciando hace seis años que los gobiernos kirchneristas usan discrecionalmente los dineros públicos para cooptar y subordinar gobernadores e intendentes, ayer algunos diputados se mostraron azorados cuando Schoklender les aseguró que en los distritos gobernados por la oposición no se podían levantar las casas de Sueños Compartidos. Sólo la Capital Federal, porque firmó el convenio hace cinco años, cuando el jefe de Gobierno era Jorge Telerman, tenía el singular privilegio de recibir viviendas de las Madres.
La otra excepción, menor, es Rosario, gobernada por socialistas. Pero allí Bonafini trabaja codo a codo con una comunidad aborigen, mientras que el resto de Santa Fe no recibió un peso de Sueños Compartidos. "No hay casas para todos, hay casas para pobres de los distritos amigos del kirchnerismo; para los demás pobres no hay nada", dijo ayer la diputada Patricia Bullrich.
La causa judicial
Otro dato más dejó la visita de Schoklender al Congreso y es que, como los gobiernos anteriores, el kirchnerismo presiona fuerte en la Justicia. En su mensaje más audaz al Gobierno, Schoklender contó que un espía de la SIDE lo llevó a un bar para decirle que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, le garantizaba que la causa que maneja el juez Norberto Oyarbide no avanzaría.
¿Por qué salir entonces a pelearse con el máximo nivel del poder si la Justicia no lo condenará? Eso no se sabe, pero Schoklender dijo estar seguro de que el Gobierno busca limpiar a sus funcionarios y a Bonafini usándolo de chivo expiatorio. De ahí su raid por los medios de comunicación y por el Congreso.
Menos claro aún es por qué la oposición decidió recibir ayer en el Parlamento a Schoklender. No hay una comisión investigadora conformada para trabajar sobre el tema. Sólo la comisión de Vivienda investiga las operatorias de Sueños Compartidos ya que algunos diputados entienden que hay mal manejo de fondos.
La centroizquierda que se referencia en Hermes Binner y los legisladores de la Coalición Cívica que históricamente investigaron y denunciaron el uso corrupto de los dineros públicos, decidieron romper con el núcleo duro que integran el peronismo disidente, el radicalismo y el macrismo.
"Este señor -Schoklender- es parte del problema no es parte de la solución", dicen en el Frente Amplio Progresista. Ayer, estos mismos diputados intentaron hacer tambalear la convocatoria de Schoklender. Se fueron antes de que el polémico hombre terminara de responder las preguntas y señalaron que no había aportado grandes datos a lo que ya había dicho hasta el hartazgo en los medios.
Una tensión en la oposición se hace cada vez más evidente entre aquellos que en nombre del respeto a las instituciones y al control de los actos de gobierno usan el Congreso como gran set televisivo y aquellos que quieren tomar distancia de esta postura porque las urnas, hace sólo un mes, demostraron que la gente está mirando para otro lado.
Lo curioso es que el kirchnerismo, a quien se le achacan actos de corrupción de todo tipo en la ejecución de planes habitacionales para los más humildes, logra despegarse del escándalo paralizando la causa judicial y no entrando en la puesta en escena de una parte de la oposición.