Santa Fe, ejemplo en la crispación
En la reciente elección santafesina hubo numerosos y valiosos datos políticos, pero el hecho fundamental fue el clima de paz y respeto civil en que se desarrollaron los comicios.
Los recientes comicios en la provincia de Santa Fe –el cuarto distrito electoral después de Buenos Aires, Córdoba y Capital Federal– dejaron varios datos en materia política, entre los que sobresalen la sorpresa por la voluntad final del electorado, el excelente debut de la boleta única por tramos de candidaturas y el clima de respeto cívico y la apertura al debate de propuestas.
Miguel Torres del Sel –un advenedizo en la política partidaria, que proviene del mundo del espectáculo– se convirtió en una de las sorpresas del domingo último, al perder los comicios por sólo 3,5 puntos porcentuales ante el candidato socialista Antonio Bonfatti, éste en alianza con la UCR. También fue llamativa la aplastante derrota del kirchnerista Agustín Rossi, quien obtuvo el tercer lugar con apenas el 22,2 por ciento de los sufragios, a 13 puntos de Del Sel.
En cambio, para la Legislatura se impuso el justicialismo, con el 35 por ciento de los sufragios. Los números y porcentuales hablan a las claras, pues, de una realidad política cambiante, volátil, como viene ocurriendo en otros distritos. No hay mayorías definitivas y de elección en elección surgen nuevas fuerzas y candidaturas que pueden mutar el escenario.
Todo esto abre una gran incertidumbre sobre el futuro, ya que, además del balotaje en Capital Federal y los comicios cordobeses, restan las elecciones primarias abiertas del 14 de agosto y las presidenciales del 23 de octubre, día en que se votará también en la estratégica provincia de Buenos Aires.
Sería desvalorizar el voto ciudadano reducir el resultado obtenido por Del Sel a un triunfo de "la comicidad" o "el carisma", porque, entre otras cosas, la política está llena de dirigentes que provienen de distintas actividades, como es el caso del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, un ex deportista. Este fenómeno, que expresa cierto disconformismo de la sociedad por la actuación de la clase política, se expresa con intensidad diversa desde hace dos décadas.
Hay que resaltar, por encima de todo, el clima de paz y respeto cívico en que se desarrolló la elección, que resulta ejemplar en circunstancias ganadas por la crispación y los hechos violentos. Ya unos días antes, los candidatos habían aceptado debatir ideas, lo que no pudo lograrse en Córdoba. Y la noche del domingo, Agustín Rossi reconoció su derrota y descartó buscar "traidores" o culpables ajenos al manejo partidario, lo que no había sucedido en la primera vuelta en la ciudad de Buenos Aires, el 10 de julio último.
Otro dato más positivo, y que contribuyó a neutralizar el peso de los aparatos partidarios, es que cada tramo electoral tuvo su propia boleta única, lo que favoreció la libre elección de los ciudadanos. La boleta única así concebida fue un primer paso para la transparencia y agilidad de los comicios.