Santa Catalina de Siena, el primer monasterio para mujeres de Buenos Aires
Un recorrido por la Iglesia y Convento de Santa Catalina de Siena permite contar un capítulo de la historia argentina ya que en 1807 este lugar fue ocupado por las tropas de la segunda invasión inglesa.
El Monasterio e Iglesia de Santa Catalina de Siena se emplaza en la manzana delimitada por las calles San Martín, Viamonte, Reconquista y Avenida Córdoba, en el barrio de Retiro.
Fue construido en el año 1745 en ladrillo y cal. Las monjas dominicas o Catalinas vivieron aquí hasta 1974.
Fueron las primeras religiosas en tener un convento en Buenos Aires. Hoy el Monasterio de Clausura sigue funcionando en San Justo.
En aquel tiempo, ser monja de clausura era un signo de prestigio para las familias. De hecho, había una larguísima lista de espera de chicas interesadas en ingresar al convento.
"Era un honor poder trasponer la puerta de entrada de la calle San Martín. En ese instante, dejaban de ser doncellas para convertirse en esposas de Cristo", cuenta Soledad Saubidet, guía a cargo de las visitas guiadas a Santa Catalina.
Estaban dedicadas a la vida contemplativa. Su ideal era tender a la perfección por medio de la oración y la penitencia. 
La clausura de las monjas era absoluta. La Misa Conventual y la Comunión diaria constituían el centro de la vida espiritual del monasterio, regida por la profesión de los votos de pobreza, castidad y obediencia.
Debían llevar el rostro cubierto con un velo, vestuario y calzado completamente modestos y tenían prohibido usar alhajas, relojes o abanicos. Asimismo, las celdas debían estar equipadas con lo indispensable.
Como parte de su vida cotidiana, además de dedicarse a la oración, las monjas realizaban diversos trabajos como la encuadernación de libros, restauración de obras de arte, confección de ornamentos religiosos, y sobre todo, bordados y costura.
Este lugar hoy está abierto al público como lugar de descanso y tiene un restaurante al lado de las excavaciones arqueológicas.
Un dato curioso es que este monasterio fue escenario de un hecho histórico muy importante: En 1807 fue ocupado por las tropas de la segunda invasión inglesa.
Si bien las monjas no fueron agredidas por los soldados, el convento sufrió destrozos y saqueos.
Las 70 religiosas que vivían en el monasterio fueron rescatadas por los Patricios tras haber estado 36 horas como rehenes
Santa Catalina se convirtió en un hospital improvisado para asistir a los heridos de ambos bandos.
Respecto de la Iglesia de Santa Catalina de Siena, vale decir que es una de las más antiguas de la ciudad. Fue construida por el jesuita Andrea Bianchi.
La fachada fue modificada en 1910, según planos del arquitecto Buschiazzo, perdiendo austeridad e impronta colonial.
Tanto el Monasterio como la Iglesia fueron declarados Monumento Histórico Nacional.
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