Sandra Arroyo Salgado y Viviana Fein, cara a cara: el encuentro que puede voltear a la fiscal
"Que Arroyo Salgado me diga todas sus quejas en la cara", disparó Fein la semana pasada. La orden que se convirtió en su peor pesadilla.
La investigación desatada por la muerte de Alberto Nisman se vio desbordada por la polémica cuando Viviana Fein, fiscal al mando de la causa, y Sandra Arroyo Salgado, ex mujer del fiscal y parte querellante en el caso, se declararon la guerra a través de declaraciones a los medios. "Que Arroyo Salgado me diga todas sus quejas en la cara", había disparado Fein en comunicación telefónica con el canal TN. Su exigencia se hará realidad esta semana, cuando ambas mujeres se vean frente a frente para definir cómo seguirá la investigación.
Este martes, en tan sólo dos días, la jueza Fabiana Palmaghini definirá si Fein continúa o no al mando de la causa que se desarrolló tras conocerse la muerte del fiscal especial de la AMIA, el 19 de enero de este año. La solicitud de recusación provino por parte de Sandra Arroyo Salgado y, por esa razón, la jueza federal de San Isidro y la fiscal deberán verse las caras tras dedicarse duras palabras cruzadas en los medios de comunicación.
La designación del cuestionado perito Enrique Prueger por parte de Fein fue aprovechada por Arroyo Salgado para apurar la recusación de la fiscal, según detalla el diario Perfil. A su vez, es ya de pleno conocimiento público que la ex mujer de Nisman considera que Fein "miente". Así lo expresó en radio Mitre la semana pasada, cuando se refirió a las características de uno de los videos de las pericias al que le faltaba el audio. De esta manera, Arroyo Salgado apuntó a la manipulación de las pruebas por parte de la fiscal.
A su vez, Fein demostró su descontento porque la jueza federal no se comunica directamente con ella. Sin embargo, las críticas de Arroyo Salgado resultan más convincentes que las dispuestas por la fiscal. Si bien será la jueza Palmaghini quien decida qué sucederá el martes, las irregularidades en el desempeño de Fein, remarcadas por la querella, tienen un peso mayor que las simples críticas de estilo de comunicación. Fein, acorralada, espera la recusación.