Sacan discos con ayuda de los fans
Se trata de una nueva tendencia, donde los seguidores "financian" los álbumes de sus artistas favoritos, a cambio de recibir su material y algunos regalos extras.
La colaboración del público en el financiamiento de los álbumes es una tendencia que empieza a verse en el rock local. El lema podría ser: "Si me admirás, colaborá".
Cuando a comienzos de siglo Charly García amenazó con irse del país si cada argentino no le donaba un peso hasta llegar al millón, nadie se imaginó que aquella ironía del prócer podría transformarse en una nueva metodología para grabar discos. Claro está que lo de Charly era un chiste y que con esa petición lo que solicitaba era respeto y cariño.
En la actualidad parece comenzar una tendencia que estrecha distancias entre artista y público, siendo este último lo que se denomina "productor ejecutivo". Se trata de los fans que financian la obra a cambio de recibir el álbum y algunos regalos extras. Es lo que ocurrió con el dúo Flopa-Minimal, y lo que está por ocurrir con los próximos discos de Daniel Melero, Richard Coleman y varios músicos de la ciudad de Córdoba.
En el caso de La Piedra en el aire, reciente álbum de Flopa-Minimal, la idea terminó de tomar forma a partir de un disparador. "Supongo que cuando nos dimos cuenta que no nos alcanzaba la plata para fabricar el CD, surgió lo de la vaquita", aseguró Ariel Minimal. Y profundizó sobre esta nueva metodología: "Sabíamos de la existencia del método crowdfunding o financiamiento colectivo, y unos chicos de Necochea que nos llevaron a tocar allá, tenían un ciclo en el cual, con 100 personas que ponían 100 pesos, financiaban una movida cultural".
Por su parte, en los casos de Daniel Melero y Richard Coleman, la idea partió desde Gustavo, directivo de Ultrapop, quien hizo la siguiente analogía: "Es como comprar una entrada anticipada". Desde el sitio del sello invitan a colaborar con ambas ediciones a cambio de diferentes combos. En el caso de la edición cuádruple de Melero (Piano, Rocío, Tecno, Cámara), todos materiales ya editados pero descatalogados, serán entregados a los donantes con el agregado de fotos inéditas y el nombre en los créditos del álbum.
Mientras que en el próximo disco de versiones de Richard Coleman, A song is a song, se promete además del disco, un show privado en la ciudad de Buenos Aires, remera, canción inédita, el nombre en los créditos y un simple exclusivo. Todo, según lo que aporte el fan. El disco estará disponible en agosto. Gustavo dejó en claro que la edición de un disco tiene un alto costo y con colaboraciones no alcanza para financiarla. "De todos modos el gran acatamiento de parte de los fans ha logrado amortizar tales montos", confirma el productor.
Por otra parte, en la ciudad de Córdoba no hay artistas con la convocatoria suficiente para lograr el financiamiento total de un álbum, por lo que la metodología colaborativa se activa de otra forma. "Pensamos en un ensayo abierto, que nos permitiera a la vez mostrar el proceso previo a la grabación del disco, y que nos diera una excusa para montar un evento con venta de comida, muestra de fotos, feria de ropa", explicó Juan Manuel Pairone, del grupo indie Un Día Perfecto Para el Pez Banana. Aunque luego aclaró que la contribución fue apenas una ayuda. "Deberíamos haber hecho 10 de esos", concluyó.
El próximo material de los trip stoner Lautremont también contará con colaboraciones financieras. Su mánager, Rocío Paulizzi, destacó que el disco tendrá aportes de distintos frentes: el sello Ringo sumará grabación, producción y mezcla; un amigo aportará para la masterización, y ella misma, trabajo y dinero.
También ocurren muchos casos de formas indirectas de colaboración, ya sea cuando artistas plásticos de renombre regalan sus obras para que formen parte del sobre interno de un álbum o cuando reconocidos productores trabajan a un precio casi simbólico. En ambos casos los aportes enriquecen las obras sin costo alguno.
De esta manera, los ejemplos mencionados permiten plantear si lo que está sucediendo puede convertirse en una tendencia o no. Al respecto, Minimal dio su parecer: "Supongo que si a nosotros nos funcionó, le puede funcionar a un montón de gente". De todos modos aclaró que se debe tener en cuenta que ellos tocan desde hace mucho tiempo, por lo cual el asunto debe tomarse con cautela. Además, puntualizó que "la gente demostró no sólo cariño sino también confianza".
Justamente en la confianza está la respuesta a la incógnita. Si los artistas llevan a cabo sus obras y cumplen con lo pactado, el asunto se convertirá en una sólida alternativa para que los músicos puedan costear el alto precio de la grabación-edición de un disco.
Para finalizar, Santos Raspanti, líder de Capuchas de Hop cuenta una anécdota que ejemplifica la fidelidad más pura del fan. "Habíamos terminado de grabar nuestro primer disco (Astral, de 1999) y nos encontrábamos con la horrible situación de no poder llevarnos el material a casa, ya que nos faltaba una cuarta parte para saldar la deuda", recordó.
Y ante tal circunstancia de desánimo, el músico se llevó una grata sorpresa: "A los pocos días nos llamaron desde el estudio de grabación diciendo que vayamos a retirar el material porque ya habían ido unas personas a pagar lo restante, pero que de ninguna manera querían que se diera a la luz su identidad. Hoy, después de casi 12 años, no sabemos quiénes fueron las hermosas personas que colaboraron anónimamente".
Cuando a comienzos de siglo Charly García amenazó con irse del país si cada argentino no le donaba un peso hasta llegar al millón, nadie se imaginó que aquella ironía del prócer podría transformarse en una nueva metodología para grabar discos. Claro está que lo de Charly era un chiste y que con esa petición lo que solicitaba era respeto y cariño.
En la actualidad parece comenzar una tendencia que estrecha distancias entre artista y público, siendo este último lo que se denomina "productor ejecutivo". Se trata de los fans que financian la obra a cambio de recibir el álbum y algunos regalos extras. Es lo que ocurrió con el dúo Flopa-Minimal, y lo que está por ocurrir con los próximos discos de Daniel Melero, Richard Coleman y varios músicos de la ciudad de Córdoba.
En el caso de La Piedra en el aire, reciente álbum de Flopa-Minimal, la idea terminó de tomar forma a partir de un disparador. "Supongo que cuando nos dimos cuenta que no nos alcanzaba la plata para fabricar el CD, surgió lo de la vaquita", aseguró Ariel Minimal. Y profundizó sobre esta nueva metodología: "Sabíamos de la existencia del método crowdfunding o financiamiento colectivo, y unos chicos de Necochea que nos llevaron a tocar allá, tenían un ciclo en el cual, con 100 personas que ponían 100 pesos, financiaban una movida cultural".
Por su parte, en los casos de Daniel Melero y Richard Coleman, la idea partió desde Gustavo, directivo de Ultrapop, quien hizo la siguiente analogía: "Es como comprar una entrada anticipada". Desde el sitio del sello invitan a colaborar con ambas ediciones a cambio de diferentes combos. En el caso de la edición cuádruple de Melero (Piano, Rocío, Tecno, Cámara), todos materiales ya editados pero descatalogados, serán entregados a los donantes con el agregado de fotos inéditas y el nombre en los créditos del álbum.
Mientras que en el próximo disco de versiones de Richard Coleman, A song is a song, se promete además del disco, un show privado en la ciudad de Buenos Aires, remera, canción inédita, el nombre en los créditos y un simple exclusivo. Todo, según lo que aporte el fan. El disco estará disponible en agosto. Gustavo dejó en claro que la edición de un disco tiene un alto costo y con colaboraciones no alcanza para financiarla. "De todos modos el gran acatamiento de parte de los fans ha logrado amortizar tales montos", confirma el productor.
Por otra parte, en la ciudad de Córdoba no hay artistas con la convocatoria suficiente para lograr el financiamiento total de un álbum, por lo que la metodología colaborativa se activa de otra forma. "Pensamos en un ensayo abierto, que nos permitiera a la vez mostrar el proceso previo a la grabación del disco, y que nos diera una excusa para montar un evento con venta de comida, muestra de fotos, feria de ropa", explicó Juan Manuel Pairone, del grupo indie Un Día Perfecto Para el Pez Banana. Aunque luego aclaró que la contribución fue apenas una ayuda. "Deberíamos haber hecho 10 de esos", concluyó.
El próximo material de los trip stoner Lautremont también contará con colaboraciones financieras. Su mánager, Rocío Paulizzi, destacó que el disco tendrá aportes de distintos frentes: el sello Ringo sumará grabación, producción y mezcla; un amigo aportará para la masterización, y ella misma, trabajo y dinero.
También ocurren muchos casos de formas indirectas de colaboración, ya sea cuando artistas plásticos de renombre regalan sus obras para que formen parte del sobre interno de un álbum o cuando reconocidos productores trabajan a un precio casi simbólico. En ambos casos los aportes enriquecen las obras sin costo alguno.
De esta manera, los ejemplos mencionados permiten plantear si lo que está sucediendo puede convertirse en una tendencia o no. Al respecto, Minimal dio su parecer: "Supongo que si a nosotros nos funcionó, le puede funcionar a un montón de gente". De todos modos aclaró que se debe tener en cuenta que ellos tocan desde hace mucho tiempo, por lo cual el asunto debe tomarse con cautela. Además, puntualizó que "la gente demostró no sólo cariño sino también confianza".
Justamente en la confianza está la respuesta a la incógnita. Si los artistas llevan a cabo sus obras y cumplen con lo pactado, el asunto se convertirá en una sólida alternativa para que los músicos puedan costear el alto precio de la grabación-edición de un disco.
Para finalizar, Santos Raspanti, líder de Capuchas de Hop cuenta una anécdota que ejemplifica la fidelidad más pura del fan. "Habíamos terminado de grabar nuestro primer disco (Astral, de 1999) y nos encontrábamos con la horrible situación de no poder llevarnos el material a casa, ya que nos faltaba una cuarta parte para saldar la deuda", recordó.
Y ante tal circunstancia de desánimo, el músico se llevó una grata sorpresa: "A los pocos días nos llamaron desde el estudio de grabación diciendo que vayamos a retirar el material porque ya habían ido unas personas a pagar lo restante, pero que de ninguna manera querían que se diera a la luz su identidad. Hoy, después de casi 12 años, no sabemos quiénes fueron las hermosas personas que colaboraron anónimamente".