Ron Wood tuvo ganas de grabar algo
* Por Marcelo Fernández Bitar. Después de dos años logrando titulares por su vida privada, el gran guitarrista hizo un álbum con figuras como Eddie Vedder, Slash, Flea, Bob Rock, Billy Gibbons y un par de acompañantes de los Stones: Bernard Fowler y Darryl Jones.
Entre sus últimas giras mundiales con los Rolling Stones (Licks Tour del 2002-2003 y A Bigger Bang Tour del 2005-2007) y los enormes titulares que consiguió con los vaivenes de su vida privada (en 2008 se divorció y casó con una veinteañera, pero ya se separaron entre acusaciones de golpes y borracheras atroces), Ron Wood había descuidado su carrera solista. Su último álbum salió hace diez años, y recién los primerísimos planos del film Shine a Light de Scorsese le volvieron a recordar a todos lo excelente que es como guitarrista dentro de los Stones.
Ahora, bajo el elocuente título de I Feel Like Playing (Tengo ganas de tocar), Ronnie se despacha con un muy buen disco de rock and roll y blues, sin la vertiente acústica que exploró una década atrás en Not For Beginners. Y para compartir sus ganas de grabar, invitó a una pequeña constelación de estrellas, por ejemplo guitarristas como Slash y Billy Gibbons, tecladistas como Ian McLagan (ex compañero de Faces) e Ivan Neville, bajistas como Flea, Rick Rosas (de Neil Young) y Darryl Jones, y bateristas como Jim Keltner (Travelling Wilburys)y Steve Ferrone. Además, en coros aparecen desde Eddie Vedder hasta Bernard Fowler, el habitual acompañante de los Stones en vivo.
El resultado es un gran muestrario del sonido de guitarra que lo hizo famoso desde fines de los años sesenta, justamente por el cual lo convocaron los Rolling Stones al partir Mick Taylor en 1975. Su voz característica es la de un blusero rasposo de poco rango, pero pleno de sentimiento y emoción, como su amigo Keith Richards en sus propias incursiones solistas. Una garganta ideal para bares oscuros, humo y escenarios chicos.
El arranque es extraordinario, con "Why Ya’ Wanna Go and Do a Thing Like That For", donde el anfitrión se saca chispas con Slash, y Flea proporciona una energía poderosa. Hay un poco de blues en "Spoonful" y dos dosis de funk gracias a Gibbons en "Thing aboutYou" y la dupla Jones-Ferrone en "Sweetness Is my Weakness". Y no falta la cuota de temas Stones.
Ronnie Wood también se da el gusto de insinuar su pasión por la pintura, desde la tapa, los títulos escritos con pincel y las fotos con remeras pintadas. Un gran retorno a la pista, después de derrapar por las banquinas del alcohol, internarse en clínicas varias, y finalmente decidir que lo que tenía ganas de hacer era justamente tocar un poco.
Ahora, bajo el elocuente título de I Feel Like Playing (Tengo ganas de tocar), Ronnie se despacha con un muy buen disco de rock and roll y blues, sin la vertiente acústica que exploró una década atrás en Not For Beginners. Y para compartir sus ganas de grabar, invitó a una pequeña constelación de estrellas, por ejemplo guitarristas como Slash y Billy Gibbons, tecladistas como Ian McLagan (ex compañero de Faces) e Ivan Neville, bajistas como Flea, Rick Rosas (de Neil Young) y Darryl Jones, y bateristas como Jim Keltner (Travelling Wilburys)y Steve Ferrone. Además, en coros aparecen desde Eddie Vedder hasta Bernard Fowler, el habitual acompañante de los Stones en vivo.
El resultado es un gran muestrario del sonido de guitarra que lo hizo famoso desde fines de los años sesenta, justamente por el cual lo convocaron los Rolling Stones al partir Mick Taylor en 1975. Su voz característica es la de un blusero rasposo de poco rango, pero pleno de sentimiento y emoción, como su amigo Keith Richards en sus propias incursiones solistas. Una garganta ideal para bares oscuros, humo y escenarios chicos.
El arranque es extraordinario, con "Why Ya’ Wanna Go and Do a Thing Like That For", donde el anfitrión se saca chispas con Slash, y Flea proporciona una energía poderosa. Hay un poco de blues en "Spoonful" y dos dosis de funk gracias a Gibbons en "Thing aboutYou" y la dupla Jones-Ferrone en "Sweetness Is my Weakness". Y no falta la cuota de temas Stones.
Ronnie Wood también se da el gusto de insinuar su pasión por la pintura, desde la tapa, los títulos escritos con pincel y las fotos con remeras pintadas. Un gran retorno a la pista, después de derrapar por las banquinas del alcohol, internarse en clínicas varias, y finalmente decidir que lo que tenía ganas de hacer era justamente tocar un poco.