Rocío Oliva y los violentos mensajes contra Diego Maradona y Verónica Ojeda en WhatsApp
Ocurrió en octubre, previo a que Diego la denunciara por hurto.
Los conflictos entre Diego Maradona, Rocío Oliva, su actual pareja, y Verónica Ojeda, su ex, siempre dan para un capítulo más. Hoy se conocieron fuertes mensajes de Rocío en una conversación con el Diez, vía Whatsapp, antes de que se reconciliaran.
Todo fue a raíz del viaje de Verónica a Dubai, en octubre pasado. En aquella oportunidad, Ojeda había viajado junto a Dieguito Fernando y se instalaron en la misma casa donde vivía Rocío. En esos días, el celular de Diego explotaba de llamados y mensajes, por lo cual decidió responderle: "Rocío, date importancia vos y dejá a la otra de lado, ésa es tu enfermedad. Si no querés hablar conmigo, decilo y listo. Estoy podrido de saber cosas por tus celos".
Luego de leer ese mensaje, Rocío estalló y, llena de ira, comenzó una catarsis contra el Diez. "Vos me prometiste que la mina ésa no iba a estar en nuestra casa y en este momento está ahí. Donde me entere que duerme en casa, se terminó lo nuestro, para siempre. Y que están de luna de miel los otros muertos de hambre en Dubai... Mierda que te robaron mucha plata y la gozan en tu cara. Me apagaste el celular, ya con eso me alcanza para saber que no te importo. Chau", decía el mensaje de respuesta.
No obstante, no terminó allí el ataque de furia, sino que le volvió a escribir con una cuota de discriminación. "Y yo me doy importancia, querido. Soy hermosa, tengo lindo cuerpo, sé hablar, soy educada, fina. Todo lo contrario a la 'boliviana'...", expresó.
"Basta, ya fue, se terminó. No me cagás más. No me importa nada la denuncia. No quiero saber más nada. Se terminó. Sos un reverendo forro. Andá a boludear a otro lado. Te odio, Diego. Me lastimaste tanto, me hiciste tantas cosas, y seguía confiando. Put..., garca, mentiroso, olvidate de mí, ya sé toda la verdad. Te odio, Diego. No estoy más en tu vida, andá a jugar con otra forra. Listo, seguí haciéndote el vivo, sos una porquería y un mentiroso. No me saques ninguna denuncia", añadió en otro mensaje.
Esto ocurrió antes de que Maradona la denunciara como sospechosa por el hurto de sus objetos personales y cuando la reconciliación parecía improbable.
Todo fue a raíz del viaje de Verónica a Dubai, en octubre pasado. En aquella oportunidad, Ojeda había viajado junto a Dieguito Fernando y se instalaron en la misma casa donde vivía Rocío. En esos días, el celular de Diego explotaba de llamados y mensajes, por lo cual decidió responderle: "Rocío, date importancia vos y dejá a la otra de lado, ésa es tu enfermedad. Si no querés hablar conmigo, decilo y listo. Estoy podrido de saber cosas por tus celos".
Luego de leer ese mensaje, Rocío estalló y, llena de ira, comenzó una catarsis contra el Diez. "Vos me prometiste que la mina ésa no iba a estar en nuestra casa y en este momento está ahí. Donde me entere que duerme en casa, se terminó lo nuestro, para siempre. Y que están de luna de miel los otros muertos de hambre en Dubai... Mierda que te robaron mucha plata y la gozan en tu cara. Me apagaste el celular, ya con eso me alcanza para saber que no te importo. Chau", decía el mensaje de respuesta.
No obstante, no terminó allí el ataque de furia, sino que le volvió a escribir con una cuota de discriminación. "Y yo me doy importancia, querido. Soy hermosa, tengo lindo cuerpo, sé hablar, soy educada, fina. Todo lo contrario a la 'boliviana'...", expresó.
"Basta, ya fue, se terminó. No me cagás más. No me importa nada la denuncia. No quiero saber más nada. Se terminó. Sos un reverendo forro. Andá a boludear a otro lado. Te odio, Diego. Me lastimaste tanto, me hiciste tantas cosas, y seguía confiando. Put..., garca, mentiroso, olvidate de mí, ya sé toda la verdad. Te odio, Diego. No estoy más en tu vida, andá a jugar con otra forra. Listo, seguí haciéndote el vivo, sos una porquería y un mentiroso. No me saques ninguna denuncia", añadió en otro mensaje.
Esto ocurrió antes de que Maradona la denunciara como sospechosa por el hurto de sus objetos personales y cuando la reconciliación parecía improbable.