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Robó un colectivo con un arma de juguete y se metió adentro de una casa
El delincuente fue retenido por vecinos hasta que llegó la Policía. No hubo heridos. Ocurrió en San Justo.
Ocurrió a las 7.40 del sábado y la tranquilidad habitual de la calle Inclán al 2200, en San Justo, se vio sacudida por un impacto tremendo: un colectivo se había incrustado contra una casa. Un ladrón con un arma de juguete lo robó, circuló unas cuadras, perdió el control y chocó. Fue retenido por vecinos de la zona hasta que llegó la Policía. No hubo heridos.
“Es surrealista lo que pasó. Estaba durmiendo y de repente escuchamos un ruido terrible y un escape de gas impresionante. Tuve que sacar a mi mujer y a mi hijo como pude. No sé qué voy a hacer ahora”. contó David, dueño de la vivienda, a TN.
Todavía en shock por lo ocurrido, el hombre relató que “no teníamos bien cómo salir porque vivimos en el primer piso y rompió el acceso. Salimos entre los escombros”. Y continuó: “Se acercaron los vecinos, llamamos a los bomberos y a la Policía. El escape de gas duró como 30 minutos. Todavía tengo el colectivo metido acá. Me destrozó toda la casa. Un desastre”.
Según el relato de un grupo de vecinos, el hecho se originó en la intersección de las calles Peribebuy y Arieta, cuando un delincuente sorprendió a un colectivero de la línea 242 que habría dejado el colectivo detenido y sin apagar el motor. Tras un forcejeo, el ladrón empujó al chofer de la unidad y arrancó. Circuló unas cuatro cuadras, dobló en Inclán y perdió el control: chocó una Chevrolet Meriva y se incrustó en la casa.
Un arma de juguete
El delincuente intentó escapar, pero lo retuvieron y, cuando llegaron, los policías descubrieron un detalle: en el interior del colectivo había una réplica de revólver.
“Como mínimo voy a tener que tapiar todo por una cuestión de seguridad. No puedo dejar la casa así abierta. La verdad, no sé qué voy a hacer”, siguió David. “Si me ponen policía esta noche para vigilar el acceso a la vivienda, supongo que nos vamos a quedar. Pero también estamos sin gas”, concluyó.
Alberto, padre de David, vive en la planta baja y miraba televisión cuando el colectivo destrozó el frente de la casa. “Por suerte estaba unos seis metros para adentro. Pudo haber sido una desgracia más allá de lo material”, le contó a TN. “Cuando sentí el ruido pensé que era un coche. Como pude, levanté un poco la persiana y era un colectivo. Después vi que mi hijo, mi nuera y mi nieto estaban bien y me quedé más tranquilo”, describió.
“Es surrealista lo que pasó. Estaba durmiendo y de repente escuchamos un ruido terrible y un escape de gas impresionante. Tuve que sacar a mi mujer y a mi hijo como pude. No sé qué voy a hacer ahora”. contó David, dueño de la vivienda, a TN.
Todavía en shock por lo ocurrido, el hombre relató que “no teníamos bien cómo salir porque vivimos en el primer piso y rompió el acceso. Salimos entre los escombros”. Y continuó: “Se acercaron los vecinos, llamamos a los bomberos y a la Policía. El escape de gas duró como 30 minutos. Todavía tengo el colectivo metido acá. Me destrozó toda la casa. Un desastre”.
Según el relato de un grupo de vecinos, el hecho se originó en la intersección de las calles Peribebuy y Arieta, cuando un delincuente sorprendió a un colectivero de la línea 242 que habría dejado el colectivo detenido y sin apagar el motor. Tras un forcejeo, el ladrón empujó al chofer de la unidad y arrancó. Circuló unas cuatro cuadras, dobló en Inclán y perdió el control: chocó una Chevrolet Meriva y se incrustó en la casa.
Un arma de juguete
El delincuente intentó escapar, pero lo retuvieron y, cuando llegaron, los policías descubrieron un detalle: en el interior del colectivo había una réplica de revólver.
“Como mínimo voy a tener que tapiar todo por una cuestión de seguridad. No puedo dejar la casa así abierta. La verdad, no sé qué voy a hacer”, siguió David. “Si me ponen policía esta noche para vigilar el acceso a la vivienda, supongo que nos vamos a quedar. Pero también estamos sin gas”, concluyó.
Alberto, padre de David, vive en la planta baja y miraba televisión cuando el colectivo destrozó el frente de la casa. “Por suerte estaba unos seis metros para adentro. Pudo haber sido una desgracia más allá de lo material”, le contó a TN. “Cuando sentí el ruido pensé que era un coche. Como pude, levanté un poco la persiana y era un colectivo. Después vi que mi hijo, mi nuera y mi nieto estaban bien y me quedé más tranquilo”, describió.
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