¡Arde Tele!
Roberto Moldavsky: el humor, su sueño pendiente y una increíble historia de amor
El humorista presentó su espectáculo, “El método Moldavsky”, en Punta Del Este y conversó con Teleshow.
Hace hace diez años, Roberto Moldavsky se ganaba la vida como vendedor de ropa en un local de Once, y yendo más atrás en el tiempo, a sus 31 años vivía en un kibutz en Israel. Sea cual sea su profesión y rutina, siempre hubo un denominador común: el humor.
Moldavsky rondaba los 50 años cuando redescubrió su vocación y empezó con monólogos de siete minutos en Radio Continental junto a Fernando Bravo, que pronto se convertirían en media hora y luego en una sección fija. Por estos días se encuentra en Punta del Este, donde presenta su show, “El método Moldavsky”, y desde la ciudad uruguaya habló con Teleshow sobre el debut, su presente sentimental y el legado para sus hijos.
El 25 de diciembre el humorista presentó su espectáculo por primera vez en el país vecino. De jueves a domingo toma el micrófono en el Hotel Enjoy Casino & Resort, e intercala sus divertidas historias con música en vivo. “Estamos felices por la bienvenida que nos dieron; cuando preguntamos en la función cuántos son uruguayos la verdad es que el 90% es público uruguayo”, cuenta agradecido.
Se trata de la primera temporada teatral desde las restricciones por la pandemia de coronavirus, y celebra volver a estar sobre un escenario. “La verdad es que tuve mucha suerte en mi carrera, a veces parece una película, y tuve mucha suerte de cruzarme con personas que me ayudaron, que a la gente le guste mi ‘método’ para hacer reír y que siga funcionando para pasar un buen momento”, explica.
En ese repaso de vivencias se refiere a su debut radial junto a Bravo y también a la posterior amistad que cultivó con Gerardo Rozín, quien ocupó un lugar crucial en dos aspectos de su vida: el laboral y el sentimental. El productor le presentó a Gustavo Yankelevich y su talento lo llevó a subirse a las tablas para desplegar su comicidad. El show se posicionó con gran éxito en la plaza teatral porteña y fue ganando su lugar hasta llegar a la televisión: sus monólogos divirtieron a los espectadores en Morfi, todos a la mesa, Por el mundo, Bendita, y también se codeó con Susana Giménez en algunos sketches.
Así llegó a un exitoso presente donde también se divierte junto a Lizy Tagliani los domingos a las 21 en el ciclo Trato hecho (Telefe). El 2021 le trajo otras sorpresas: Rozín se convirtió en un inesperado celestino cuando le contó a una colega que trabaja en su productora que Moldavsky estaba vendiendo su auto. El flechazo entre la potencial compradora y el humorista fue inmediato, y actualmente son pareja.
Reservado sobre su vida privada, el humorista habló una sola vez de su noviazgo con Micaela, en diálogo con Intrusos (América): “Yo ya digo que nuestra relación depende del embriague, de la batería, pero va sobre ruedas; no esperaba que me pasara porque cuando uno termina una relación tiene ganas de descansar un poco, y yo venía de una relación de 24 años muy linda, y bueno, se dio”.
“Cuando se da, no podés explicarlo, todas las teorías que tenía de estar solo desaparecieron”, agregó. La mujer de 39 años es madre de dos hijos y desde la compra del auto avanzaron a paso firme. El humorista, por su parte, es padre de Galia y Eial, y se muestran como una familia ensamblada que disfruta de celebrar cada meta cumplida.
—¿Hiciste algún cambio en el show para presentarlo ante el público uruguayo?
—Sí, no hablo tanto de actualidad argentina con la colectividad uruguaya para abarcar otros temas, pero igual algo les cuento de lo que está pasando en nuestro país. Es muy parecido a lo que hacíamos en Buenos Aires, pero la verdad es que tuvo muy buena recepción acá y nosotros vinimos a encontrarnos con un público diferente así que quisimos ofrecerles una muy buena propuesta.
—Estabas a punto de irte de gira a España cuando estalló la pandemia, esta es tu primera temporada después de la cuarentena, ¿cómo lo estás viviendo?
—Tal cual, nos agarró con un pie en el avión. Íbamos a irnos a Europa y como todos sabemos los planes se suspendieron y a pesar de que ahora hay de vuelta un montón de casos ojalá esto sea el principio del fin. Algunos dicen que este es el último coletazo del virus, ojalá.
—El año pasado dijiste que estabas pesimista con respecto a la falta de solidaridad en la pandemia, ¿estás decepcionado de algunas actitudes?
—Siempre pensé que las pandemias también desnudan las almas de las personas y ha habido de todo. En general la gente es solidaria y trata de ayudarte, pero en lo particular yo esperaba otra cosa más mancomunada. No sé, tenía una fantasía muy ingenua, de los laboratorios entregando vacunas a todo el mundo sin tanta historia y sin ganar tanta plata. Viéndolo con el diario del lunes digamos que mi fantasía era muy infantil. Pero me imaginaba algo así y eso no ocurre evidentemente, sino más bien se han desnudado algunas miserias humanas que son difíciles. Yo trato de seguir pensando que la mayoría de la gente tiene buena intención y es solidaria.
—Dentro de todo lo difícil también hubo personas que se reinventaron con otros oficios, algo de lo que vos sabés mucho…
—Sin dudas eso sí ocurrió. Mucha gente creativa que se fundió y había que cambiar algo y lo hizo. Eso está bárbaro, está muy bien. Uno piensa en la pandemia, que se está muriendo mucha gente, que afectó a muchos, y cree que van a correr todos los intereses económicos y que se van a poner a disposición para ayudar, pero eso no es lo que ocurre.
—Siempre resaltás que tu padre te dejó un oficio porque heredaste su humor y hoy uno de tus hijos participa de tu espectáculo. ¿Sentís que también le estás dejando un legado?
—Mi hijo Eial está conmigo en el show sí, actúa inclusive y está muy pendiente de todo. Mi hija Galia es periodista, trabaja en radio, en los medios y siempre que viene a los shows, es la primera que lo ve y nos da la devolución más importante. A mí me encanta que estén metidos en esto porque a mí me apasiona y me pone muy feliz poder compartirlo con ellos. Cualquier padre creo que tiene ganas de estar con sus hijos la mayor cantidad de tiempo posible y este laburo me permitió estar bastante con ellos.
—Además fue un cambio de vida de comerciante en el Once a los shows de humor, y tus hijos lo vivieron en primera persona…
—Totalmente, desde chico te dicen que hagas lo que te gusta, que sigas tus sueños, y son frases que pueden parecer hechas, pero yo aunque sea de grande lo pude hacer y eso es mucho más importante que las palabras que les pueda decir.
—El año pasado te animaste a incursionar en el cine como actor, ¿cómo te sentiste en ese debut?
—Me encantó participar de la película Ex casados con Jorgelina Aruzzi, y ver cómo se hace. Yo soy muy cinéfilo y estar del otro lado, siendo parte de un proyecto me gustó mucho. Aunque sin dudas lo volvería a hacer, tengo en claro que mi carrera viene por el lado del humor y estar arriba de un escenario.
—Justamente en el avant premiere de la película estuviste acompañado de tu pareja, Micaela, y en las redes te llovieron las felicitaciones…
—Sí, inesperadamente Mica se encontró con toda esa exposición, y aunque yo no suelo hablar de esas cosas era un momento muy importante para mí y la verdad que lo quería compartir con ella. Es una relación que va muy bien y yo estoy muy feliz. Trato de compartir con ella lo más que puedo dentro de los despelotes de los horarios que tiene mi laburo y su propio trabajo. Hacemos el esfuerzo de organizarnos porque queremos estar juntos.
—Arrancaste el 2022 con temporada teatral en Uruguay, ¿qué se viene ahora?
—Tengo algunos proyectos de radio y de streaming, pero todavía no lo pude resolver porque mi prioridad es el teatro. Tomamos las cosas con calma. Están las giras que pospusimos, muchas cosas que quedaron en el aire cuando se paró todo, y ahora hay que volver a empezar.
—Viviste experiencias muy variadas en Israel y Argentina, ¿sentís que tenés algún pendiente por delante?
—Siempre tuve el sueño de hacer un programa de humor en televisión, como esos que veía cuando yo era chico. Me encantaría sumar humoristas de toda índole, no sólo estar yo, que sea un programa mucho más completo para hacer reír y reírnos juntos. Espero un día poder concretarlo, pero disfruto lo que estoy viviendo y la verdad que soy muy feliz.
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