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Robert Durst, el excéntrico magnate que confesó sus crímenes

Robert Dust es heredero de una de las familias más ricas de Nueva York. Confesó haber asesinado a su mujer, una amiga y su vecino entre 1982 y 2001.

Existían sospechas sobre si Robert Durst estaba o no vinculado a las muertes de su mujer, de una amiga y de su vecino. Hasta que sin darse cuenta confesó los crímenes durante la grabación de un documental sobre su vida (y sus muertes) para la cadena HBO.

"Ya está. Te atraparon. (...) ¿Qué demonios hice? Los maté a todos, por supuesto", expresó Durst en voz alta, cuando estaba dentro de un baño convencido de que nadie lo escuchaba, durante la grabación de The Jinx: The Life and Deaths of Robert Durst (La Maldición: La vida y muertes de Robert Durst).

Robert Durst es un excéntrico millonario de 71 años, heredero de una de las familias más influyentes y acaudaladas de los Estados Unidos que cuenta en su haber con varios acontecimientos policiales.

Ayer por la mañana fue encarcelado por el asesinato de Susan Berman -que fue amiga suya en vida- horas antes de la emisión del revelador capítulo de The Jinx en que se oye la "confesión" de Durst, fruto de reflexiones que hacía en voz alta sin saber que lo grababan en referencia a una pregunta del director del documental que lo vinculaba con la muerte de esta mujer. Andrew Jarecki, el documentalista, señaló ante el millonario la similitud entre la letra del magnate con la de una nota anónima que recibieron las autoridades en el año 2000 por la muerte de Susan.


Susan Berman apareció muerta en su casa de Beberly Hils poco antes de la navidad del 2000. Pocos días después de eso debía declarar en la causa por la desaparición en 1982 de la mujer de Durst, Kathleen, de quien nunca más se supo nada ni se halló el cuerpo. El magnate siempre se declaró como inocente por ambas causas.

Hasta el arresto de ayer, Durst sólo había confesado un asesinato al que se lo había podido vincular: el de su vecino, que ocurrió en 2001 en Galveston, Texas, donde se había instalado huyendo del acoso de la prensa por los casos de Susan y Kathleen. Incluso, hasta se cambió la identidad y adoptó la de una anciana mayor muda.

El acontecimiento fue confuso. Morris Black, un vecino de su mismo piso, apareció muerto de un balazo en la nuca tras protagonizar una virulenta discusión con Durst. Aparentemente, el asesino en serie habría descuartizado el cuerpo y lo habría arrojado a la bahía de Galveston. Durst fue procesado y absuelto por este caso, ya que su defensa alegó que fue en defensa propia y que el descuartizamiento fue por miedo a que lo encontraran culpable.

No conforme con estas tres presuntas víctimas, Robert Durst ha confesado -según el Washington Post- sus intenciones de matar a su hermano menor Douglas, quien quedó a cargo de la importante empresa familiar tras el retiro de su padre. La familia, con Douglas como portavoz, declaró estar muy aliviada por el arresto de Robert y deseosos de que pague por todos los crímenes que cometió.