Rige desde hoy fuerte freno a las importaciones
* Por Sergio Dattilo. Comienza a aplicarse nuevo régimen que traba el ingreso desde bulones hasta autos de lujo
Hoy entra en vigencia la Resolución 45 del Ministerio de Industria, que extiende el régimen de licencias no automáticas a la importación de productos a otros 200 ítems, que se agregan a los 400 ya incluidos en el listado de bienes cuyo ingreso al país está casi prohibido «de facto».
La norma, firmada por la mimistra Débora Giorgi, pero inspirada por el controvertido secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, ya desató una puja no menor entre los sectores beneficiados por la barrera que se pone a los productos importados, y quienes necesitan algunos de esos bienes como insumos para su propia producción.
La resolución incluye una variedad amplia de importados: metálicos, electrónicos de consumo, hilados y tejidos, autos de alta gama, moldes y matrices, vidrio, bicicletas y partes de bicicletas, entre otros.
Un alto directivo de una fábrica de autos le dijo a este diario: «Nosotros vamos a zafar, como siempre, porque somos una industria demasiado grande y tenemos línea directa con el Gobierno, pero a muchas pymes esto las mata. Hay sectores que ni conocemos que podrían desaparecer».
Tiene razón el ejecutivo; hoy se dará a conocer una resolución complementaria que permitirá anexar 12 nuevas posiciones de automotriz y metalmecánica que podrán ingresar al país tramitando el mecanismo de excepción.
Esta franquicia surgió de charlas que mantuvieron representantes de la industria con funcionarios de ese sector.
Preocupación
En sentido inverso, los importadores que no tienen terminales en el país están muy preocupados: no tendrán producto para vender. De hecho, varias firmas líderes del rubro ya anunciaron que participarán en el próximo Salón del Automóvil que se realiza en junio en La Rural. «¿Para qué vamos a montar un stand si no tendremos autos para vender?», dijo un alto directivo de una de estas empresas.
Pero incluso dentro de los sectores más beneficiados hay posiciones encontradas respecto de la medida oficial: los fabricantes de telas e hilado están de fiesta porque sus principales competidores (las telas e hilados chinos) ya no ingresarán al país. Pero quienes elaboran indumentaria están que trinan: hay muchas telas -como algunos algodones que llegan desde Egipto, o el lino- que no se hacen en el mercado local y ahora no podrán importarse, dejando sin la posibilidad de hacer prendas de calidad con esas materias primas.
Otro caso que preocupa, aunque suene insólito, es el de los bulones y tornillos; obviamente, se trata de insumos clave para muchas industrias, y en el nuevo listado se agrega un par de tipos de bulones que deberán ser producidos en la Argentina. Lo que dicen quienes los usan es que esos tornillos argentinos, por escala de producción y por costos de fabricación, valdrán el doble y no necesariamente tendrán la misma calidad de los importados.
En lo que hace a los electrónicos, la resolución sólo viene a reforzar el beneficio otorgado a las armadoras locales radicadas en Tierra del Fuego, a través de un «impuesto al lujo» que se aplica desde hace dos años a todos los celulares, notebooks y otros «consumer products», y que hace casi inviable su competencia con los «kits» traídos desde Oriente y ensamblados en territorio fueguino.
Respuesta oficial
El argumento que vuelve a esgrimir el Gobierno es el mismo que usó cuando -hace dos años- elaboró la primera lista: favorecer la sustitución de importaciones y crear una industria local capaz de hacer aquí lo que se trae de afuera. Cabe recordar que sigue vigente (al menos en la intención) la idea de que «sólo se puede importar el equivalente a lo que se exporta», de casi imposible aplicación.
De la lectura de la norma queda claro que los sectores más favorecidos por la resolución vuelven a ser el textil, el de los juguetes y el de las bicicletas, pese a la preocupación que provocan los altos índices inflacionarios. Es que ya se nota una suba significativa de precios en esos renglones: basta recorrer desde los shopping centers hasta las ferias truchas y ver lo que cuesta la ropa para comprobarlo.
En el Gobierno confían en que podrán mantener los precios en línea con los conocidos métodos del secretario Moreno que lindan en los controles de precios, pero también favorecerán a los fabricantes con créditos subsidiados (los del Bicentenario), que pagan una tasa del 9,9% anual.
Desde el Ministerio de Industria se afirma que «la resolución contempla mecanismos de excepción para determinados insumos directos, lo que garantiza el normal abastecimiento de la producción nacional».
La medida tomada por el Gobierno responde a la honda preocupación que provoca la caída en el superávit comercial, que sólo en enero pasado registró una caída de casi un 58% (fue de u$s 513 millones) y pese a que las barreras paraarancelarias impuestas las importaciones aumentaron un 46% en 2010; antes de la sanción de la Resolución 45, las principales consultoras proyectaban una suba para todo 2011 del 27%, lo que disparó las señales de alarma que resultaron en esta medida.