Riesgosa política de presiones
La política de restricciones a las importaciones, implementada con el propósito de evitar una mayor reducción del superávit comercial, está teniendo –además de las consecuencias previsibles sobre la producción y los precios– efectos sobre las relaciones con Estados Unidos que pueden lesionar a exportadores locales.
En los últimos meses el Gobierno profundizó su política de desaliento de importaciones con la ampliación de bienes cuya importación requiere licencias, a lo que acaba de sumarse el pedido realizado a los importadores por el secretario de Comercio Guillermo Moreno, para que no compren mercaderías provenientes de Estados Unidos. Esto sucede en el mismo momento que la AFIP acusa a cerealeras y otras empresas de origen estadounidense de evasión impositiva.
Tanto la presión de Moreno como las acciones de la AFIP parecen menos orientadas por razones de política económica que por el intento de molestar a Estados Unidos en el contexto del conflicto provocado por la valija ingresada en un avión de la Fuerza Aérea de ese país y de la decisión de Barack Obama de no hacer escala en la Argentina en su próxima visita al Cono Sur. Las medidas que se comentan pueden tener consecuencias gravosas, ya que Estados Unidos podría responder retirando al país de la lista de beneficiados con preferencias arancelarias y votando contra las posiciones argentinas en negociaciones que se desarrollan en la actualidad, como la que tiene lugar en el Club de París y en organismos internacionales.
Se trata de una situación grave porque la subordinación de las relaciones diplomáticas a caprichos políticos o búsqueda de réditos electorales tienen costos que paga el conjunto de la sociedad.
Por otra parte, medidas como las que se comentan no tendrán un impacto decisivo sobre el comercio exterior, el cual depende, de la competitividad de la producción, es decir, en primer lugar, de la inversión que las políticas oficiales desalientan.
Las restricciones y presiones a empresas de Estados Unidos están influenciadas más por motivos políticos que comerciales o impositivos y pueden tener costos para la economía.