Ricos, famosos y caprichosos
Por Nieves Otero. El abrupto episodio de Charlotte Caniggia en el "Bailando", tras olvidarse una coreo, dejó en evidencia lo que todos pensábamos: los hijos de famosos esperan que la televisión los consienta como lo hacen sus familias.
Por Nieves Otero
@nieves_otero
notero@diarioveloz.com
Parece que todo es muy lindo mientras la cosa funciona, pero cuando las papas queman... estos chicos dejan que se prendan fuego. Los hijos de los ricos y famosos, entran a la televisión y al mundo del espectáculo pensando que están en su casa y se desilusionan al ver que la cosa no era el castillo de crital que ellos creían.
Ayer la reina del Shampein, Charlotte Chantal Caniggia la famosa e "histriónica" hija de Mariana Nannis y Claudio Caniggia, tuvo un percance en la pista del "Bailando por un sueño" y dejó el estudio llorando.
Aparentemente, y podremos corroborarlo esta noche cuando se emita el programa, Charlotte olvidó su coreografía y por ende quedó sentenciada, hecho que no le gustó ni un poco y menos que menos cuando tuvo que escuchar los "retos" del jurado por su falta de responsabilidad, lo que terminó con la menor de los Caniggia llorando en el camarín.
Uno de los argumentos de Charlotte cuando olvidó su coreografía fue que se le "mezcló con un desfile que tenía que hacer". Parece que esto de agarrar trabajos farandulezcos está bueno, mientras no exija demasiado esfuerzo.
¿Qué pasa con los hijos de los ricos y famosos? ¿No soportan la adversidad? Les "sobra paño" para hacerse los cocoritos, protestar por banalidades, pero cuando tienen que defenderse y pelear por sus cosas se achican, no saben qué hacer ni que decir, sin el aval de su familia, son sólo uno más del montón.
Algo similar ocurrió con otro hijo de ricos, aunque no tan famosos. Tomás Constantini, hijo de Eduardo Constantini, dueño del MALBA, se hizo famoso por revolotear cerca de modelos y potenciales vedettes en los boliches de moda. Hasta que supuestamente dejó embarazada a Jimena Campisi y luego de un escándalo por su falta de compromiso con el tema, tuvo que intervenir su familia para llegar al acuerdo económico con la ex modelo.
El, que ronda los 30 años, que gusta salir de noche todos los días con una mujer distinta y que en meses será padre, no pudo enfrentar la situación sin la ayuda de su familia.
Caprichosos, los hijos de los ricos y famosos de la argentina, desembarcan en la televisión creyendo que siguen en el living de sus casas, esperando que los gerentes de programación de los canales los traten como su madre, consintiéndolos en todo y asintiendo a sus pedidos, para que ellos no hagan berrinches.
Uno de los máximos ejemplos de esto es el millonario Ricardo Fort, quien subido a su Rolls Royce creyó que la televisión lo iba a malcriar y consentir como su mamá Marta. Experiencia fallida la del chocolatero que al ver que su imagen iba en picada, tuvo que salir a hacer su propio programa, que aún no sabe cómo destacar en la grilla.
Con su apellido y dinero pensó que podría transformarse en un ícono de la televisión, pero se olvidó que para ello hacen falta algunas cosas más, como talento, carisma, ingenio y humildad.
Muchas veces, esas ganas de trascender y los sueños de grandeza se mezclan con la falta de talento artístico, por lo que en esos momentos, más que nunca, la portación de apellido abre infinidad de puertas.
Sin embargo, hay algunos ejemplos de hijos de famosos que no usaron su apellido para trascender, o que supieron superar el hecho de ser "hijos de", como Dalma Maradona o Sofía Gala Castiglione, que si bien abrieron puertas con su nombre, de a poco se fueron despegando de las carreras de sus padres a fuerza de estudio y trabajo, para transformarse en ellas mismas dentro del mundo del espectáculo.
¿Qué opinás de los hijos de los famosos? ¿A quién preferís?
@nieves_otero
notero@diarioveloz.com
Parece que todo es muy lindo mientras la cosa funciona, pero cuando las papas queman... estos chicos dejan que se prendan fuego. Los hijos de los ricos y famosos, entran a la televisión y al mundo del espectáculo pensando que están en su casa y se desilusionan al ver que la cosa no era el castillo de crital que ellos creían.
Ayer la reina del Shampein, Charlotte Chantal Caniggia la famosa e "histriónica" hija de Mariana Nannis y Claudio Caniggia, tuvo un percance en la pista del "Bailando por un sueño" y dejó el estudio llorando.
Aparentemente, y podremos corroborarlo esta noche cuando se emita el programa, Charlotte olvidó su coreografía y por ende quedó sentenciada, hecho que no le gustó ni un poco y menos que menos cuando tuvo que escuchar los "retos" del jurado por su falta de responsabilidad, lo que terminó con la menor de los Caniggia llorando en el camarín.
Uno de los argumentos de Charlotte cuando olvidó su coreografía fue que se le "mezcló con un desfile que tenía que hacer". Parece que esto de agarrar trabajos farandulezcos está bueno, mientras no exija demasiado esfuerzo.
¿Qué pasa con los hijos de los ricos y famosos? ¿No soportan la adversidad? Les "sobra paño" para hacerse los cocoritos, protestar por banalidades, pero cuando tienen que defenderse y pelear por sus cosas se achican, no saben qué hacer ni que decir, sin el aval de su familia, son sólo uno más del montón.
Algo similar ocurrió con otro hijo de ricos, aunque no tan famosos. Tomás Constantini, hijo de Eduardo Constantini, dueño del MALBA, se hizo famoso por revolotear cerca de modelos y potenciales vedettes en los boliches de moda. Hasta que supuestamente dejó embarazada a Jimena Campisi y luego de un escándalo por su falta de compromiso con el tema, tuvo que intervenir su familia para llegar al acuerdo económico con la ex modelo.
El, que ronda los 30 años, que gusta salir de noche todos los días con una mujer distinta y que en meses será padre, no pudo enfrentar la situación sin la ayuda de su familia.
Caprichosos, los hijos de los ricos y famosos de la argentina, desembarcan en la televisión creyendo que siguen en el living de sus casas, esperando que los gerentes de programación de los canales los traten como su madre, consintiéndolos en todo y asintiendo a sus pedidos, para que ellos no hagan berrinches.
Uno de los máximos ejemplos de esto es el millonario Ricardo Fort, quien subido a su Rolls Royce creyó que la televisión lo iba a malcriar y consentir como su mamá Marta. Experiencia fallida la del chocolatero que al ver que su imagen iba en picada, tuvo que salir a hacer su propio programa, que aún no sabe cómo destacar en la grilla.
Con su apellido y dinero pensó que podría transformarse en un ícono de la televisión, pero se olvidó que para ello hacen falta algunas cosas más, como talento, carisma, ingenio y humildad.
Muchas veces, esas ganas de trascender y los sueños de grandeza se mezclan con la falta de talento artístico, por lo que en esos momentos, más que nunca, la portación de apellido abre infinidad de puertas.
Sin embargo, hay algunos ejemplos de hijos de famosos que no usaron su apellido para trascender, o que supieron superar el hecho de ser "hijos de", como Dalma Maradona o Sofía Gala Castiglione, que si bien abrieron puertas con su nombre, de a poco se fueron despegando de las carreras de sus padres a fuerza de estudio y trabajo, para transformarse en ellas mismas dentro del mundo del espectáculo.
¿Qué opinás de los hijos de los famosos? ¿A quién preferís?