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Revelan más chats entre Agustina Díaz y Brenda Uliarte: “Matá a quien vos quieras y ocultá las huellas”

El mensaje surgió durante una audiencia realizada esta mañana ante la Cámara Federal donde la querella de la vicepresidenta rechazó la exacercelación de Díaz.

Cristina Kirchner le reclamó este jueves a la Cámara Federal porteña que rechace el pedido de excarcelación que hizo Agustina Díaz, la amiga de Brenda Uliarte, una de las acusadas de planificar y llevar adelante el intento de homicidio de la vicepresidenta.

No hizo falta que la ex presidenta llegara a los tribunales de Retiro para pedirlo. Le entregó un poder a su abogado, Marcos Aldazabal, para que hablara en su nombre. “Este es un caso paradigmático -dijo el querellante-. No hay mensajes sacados de contexto. Le estaba indicando que obstruya la investigación. Y puede que aún haya prueba que Agustina Díaz conozca y que nosotros no”. Los mensajes con Uliarte fueron justamente los que convirtieron a Díaz en detenida.

Según reveló la querella, una frase de Agustina Díaz previo al ataque, llama especialmente la atención: “Matá a quien vos quieras y ocultá huellas”.

Será la jueza María Eugenia Capuchetti quien definirá en las próximas horas qué rol tuvo la joven de 21 años: si se le atribuye una participación en el atentado o un encubrimiento. En ese contexto, Díaz pidió ayer ampliar su indagatoria para insistir en que es inocente y que no creía que fuera cierto lo que le contaba Brenda.

Y en ese contexto, aseguró: “Brenda es una persona muy rencorosa. La primera vez que nos vimos después de que su hijo había muerto yo tenía miedo de que me haga algo en plena calle”. Dijo además que en mensajes que fueron borrados, Brenda le decía que “Sabag era un boludo”. “Me dijo que Sabag sabe disparar, que el momento le jugó en contra pero que si era ella el tiro no erraba”, agregó.

Los jueces Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens resolverán en las próximas horas el reclamo de excarcelación de la defensa Díaz, ya rechazado por Capuchetti. Sabag Montiel y Brenda Uliarte ya están procesados como coautores del intento de homicidio calificado. Eligieron no apelar la resolución. El cuarto detenido es Nicolás Gabriel Carrizo, el denominado jefe de los copitos. Él también busca su excarcelación. La Cámara Federal lo debatirá recién a partir del martes de la semana próxima, luego de la audiencia fijada a las partes.

Sin la defensa de Díaz presente (que eligió plasmar sus argumentos para obtener la libertad por escrito), la querella de CFK repasó en la audiencia del segundo piso de los tribunales de Comodoro Py las pruebas que comprometen a Uliarte.

El primer mensaje aparece el 15 de junio. Brenda le manda a su amiga, agendada como “amor de mi vida” la foto de un arma. Enseguida la borra. Pero Agustina le aclara: “vi el mensaje de la pistola igual” y se ríe. “Es el fierro de un amigo, no digas nada”, le contesta Brenda.

Dos semanas después, el 4 de julio, Díaz y Uliarte hablan directamente de la vicepresidenta. Brenda le avisa “yo estoy organizando para ir a hacer bardo a la Casa Rosada con bombas motolov y todo”. Su interlocutora la pregunta “sería mejor, ¿no?”. “Voy con el fierro y le pegó un tiro a Cristina (...) Me dan los ovarios para hacerlo”, responde Brenda. “Por eso te amo”, le acota Díaz. “Para ver la seriedad que tenía esto, Uliarte le dice a Díaz: estuve practicando, sé usar un fierro”, resaltó el abogado de CFK en la audiencia.

Ya el 27 de agosto se frustró el plan de matar a la vicepresidenta porque “se metió adentro” la “hdp”. Fue el día del incidente de las vallas, cuatro días antes del atentado. “Mandé a un tipo para que la mate”, le cuenta. “Te juro que a esa la voy a bajar. Me tiene re podrida que ande robando y quede impune”.

—Te das cuenta del quilombo en el que te vas a meter, ¿no? Te van a buscar por todos lados si se enteran de que sos cómplice de la muerte de la Vicepresidenta—, dice la amiga.

—Por eso mandé a alguien—, responde Brenda.

—Aunque sí, pero quien no va a querer meterle un tiro a esa vieja chorra— dice Agustina.

Brenda afirma que puede conseguir dinero para escapar. “Matá a quien vos quieras y ocultá huellas”, le recomienda Agustina. “Sí, obvio, lo estoy planeando. Recontra pilla. No me van a atrapar”, confía Brenda. “Perfecto”, responde.

Eran las 21.57 del jueves 1 de septiembre. Fernando Sabag Montiel ya estaba preso luego de que la pistola Bersa calibre 32 no llegara a disparar. Brenda llama a Agustina, pero no le responde. Al día siguiente, a las 7.37, es la propia Díaz la que busca a Brenda preguntándole por qué Sabag Montiel había fallado. “Che qué onda que le falló el tiro. ¿No practicó antes o le falló la adrenalina del momento?”.

Al mediodía, Díaz empieza a decirle que seguramente van a llegar a ella y que la van a ir a buscar. Brenda le dice que ya le allanaron la casa a su pareja. Pero su amiga le advierte que a través del celular pueden llegar a ella. “Yo tengo un cagaso (sic) de que te agarren y te periten el celu”. Y tras un mensaje que Brenda borró, Agustina agrega: “tenés que deshacerte del celular. Y cambiar el número. Borrar tu cuenta, todo”. La querella resaltó los mensajes que efectivamente aparecen borrados.

Ahí aparece un mensaje sugestivo. Agustina le dice: “el tema sería que el flete no te delate”. Para el abogado de CFK, “parece que había una idea de que Uliarte saque las cosas de la casa de Sabag (ya detenido) sin que nadie se dé cuenta”.

“Hasta acá las conversaciones”, resaltó ante la Cámara Federal el abogado Aldazabal, quien junto a Juan Manuel Ubeira representa a CFK en esta causa. “Está claro que varios elementos que plantea la defensa se caen. En principio que los mensajes que estén sacados de contexto y que ella no sabía no tiene ningún sentido. Desde junio tenía indicios de que Brenda tenía un arma, quería matar a CFK y que cuatro días antes intentó hacerlo”. “Evidentemente sabía si después preguntó qué pasó que falló el tiro”. Tampoco es creíble que le recomendó borrar el celular para ‘zafar’ de la prensa, resaltó la querella. “Como mucho podía cambiar el número o no atender, no romper el celular”.

Para la querella, este es un caso paradigmático sobre la prisión preventiva. El hecho existe, la participación criminal también, y sus consejos demuestran que se puede perjudicar la investigación o fugarse, resaltó. Aldazabal advirtió: “el contenido de los mensajes es casi un riesgo procesal en sí mismo para que se obstruya” la pesquisa. “Estamos ante una investigación de enorme relevancia con muchas pruebas. Si ahora es excarcelada podría ser enormemente dañino porque puede que aún haya prueba que ella conoce y nosotros no”.

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