Reflexiones: ¿Y las banderas?
*Por Albino Serpi. La ciudad se está preparando para celebrar "con bombos y platillos" los 200 años de la creación de la Bandera de la que somos privilegiada Cuna.
Cientos de instituciones convocadas por la Municipalidad están participando de la organización de los preparativos para el festejo. Entre ellos, es de destacar, "Alta en el Cielo", la Bandera más larga y grande del mundo que ha entrado en los récords Guinness, por una iniciativa que siempre he aplaudido del periodista Julio Vacaflor. La misma que desfilará en manos de miles y miles de rosarinos desde distintos puntos de la ciudad para concentrarse alrededor de las 18 —como un reconocimiento consecuente con la historia— en el Monumento durante el acto central al que asistirá la presidenta.
Ahora bien... Ya estamos en febrero, un mes emblemático por excelencia. Seguramente muy pronto las peatonales, las calles principales, algunos edificios, y muchas ventanas en la ciudad, lucirán la Bandera con orgullo. No obstante, muchos de los mástiles que se erigen en la ciudad siguen tan desnudos como siempre.
A los hechos me remito: en el barrio del Abasto, los de la plaza Libertad, inapropiadamente utilizados con pasacalles publicitarios. La Plazoleta República del Perú, frente a la mismísima Sala de las Banderas del Monumento, sin la bandera argentina ni la del Perú, país que, junto con Chile, fue liberado junto al nuestro por San Martín. La plaza San Martín, frente a la Gobernación, emblemático lugar en el que se reunían las carretas que iban hacia Córdoba, también suele lucir su mástil sin bandera.
En la plaza Pringles, frente mismo a la Bolsa de Comercio, en calle Paraguay, con un busto que recuerda al patriota que intervino con heroísmo en las luchas de la independencia, el mástil sólo está como sostén de un cable hasta una de las fincas de la cortada Alvarez.
Y en cuanto a la plazoleta Sicilia, frente al Palacio Municipal, si bien últimamente se izan las banderas argentina y la de Rosario con la imagen del escudo de Vanzo, lo están de un modo desprolijo.
Así como los nombrados, en otros tantos lugares de la ciudad los mástiles no son utilizados para el fin para el que fueron creados y emplazados.
No busco ninguna exposición personal sino que apelo a la conciencia nacional y popular. Mi prédica, iniciada casi hace 20 años, con notas publicadas en diarios, difundidas por otros medios de comunicación y enviadas a diversas instituciones, vuelve a exponer esta situación que sigo considerando impropia para nuestra ciudad, y más aún, ahora que vamos a ser el centro de todas las miradas.
Tenemos el único Monumento Nacional a la Bandera del mundo, tenemos la costura de "Alta en el Cielo" con puntadas y retazos de todo el país y del exterior, la sacamos a relucir en cuanta manifestación social, popular o deportiva nos invita a identificarnos como argentinos... Hasta por decreto, la presidenta de la Nación determinó que fuera izada en los establecimientos públicos durante todos los días del año. ¿Cómo puede ser entonces que esta Cuna de la Bandera que es Rosario siga aún con sus mástiles desnudos?
Paradójicamente, todas las provincias e incluso argentinos en el exterior, han enviado sus banderas para unirse en este sueño de la más larga del mundo; con emoción sin límites miles de manos han sostenido el bendito paño cada 20 de junio y lo harán ahora este 27 de febrero, ¿no amerita acaso vestir los mástiles con ella?
Esto no es una trivialidad ni una frivolidad... Hemos tenido eco de esta inquietud: La Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Rosario, a través de un trabajo especial de sus alumnos, realizó un documental sobre esta falencia; La Capital en distintas publicaciones y hasta en una nota de tapa; algunos conciudadanos a través de las Cartas de los Lectores de este diario...
En el Concejo, el expediente Nº 171.176 presentado el 20/05/09 y actualizado el 05/07/11, aspira que en este 2012, justo a los 200 años de la creación de nuestro máximo símbolo, se obtenga una resolución apropiada en el relevamiento y reubicación de los mástiles.
Hasta tanto esto sea posible, al menos, en febrero, en el Bicentenario de la creación de la bandera argentina, en Rosario, y en el casco céntrico de la ciudad, visitada por miles y miles de turistas de todo el mundo, debiéramos lucir banderas en los mástiles, más allá del 27 y la fiesta oficial.
Adhiero a todo lo que se esté organizando. Siempre sentí, y estimo que muchos como yo, que ser abanderado o izar la bandera argentina es un honor. La soberanía, la solidaridad, la democracia, la unión, la justicia, el trabajo, la educación, la salud, el orden, la libertad, la independencia, la identidad, el progreso, pueden pintarse en celeste y blanco. Nosotros tenemos la gran oportunidad y el privilegio de hacerlo desde Rosario. Convirtámonos en abanderados y luzcamos los colores con la inconmensurable felicidad y satisfacción de ser el lugar en el que nació nuestro símbolo máximo. Como anfitriones, ¿no debiéramos ya dar el ejemplo y buscar, entre todos, la forma para vestir los mástiles? ¡Doscientos años no se cumplen todos los días! Que el próximo 19 de junio, último día de la costura de "Alta en el Cielo" y víspera del aniversario de la muerte de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, su creador, a la sazón "Día de la Bandera", encuentre a Rosario con todos sus mástiles coronados por ella!
Ahora bien... Ya estamos en febrero, un mes emblemático por excelencia. Seguramente muy pronto las peatonales, las calles principales, algunos edificios, y muchas ventanas en la ciudad, lucirán la Bandera con orgullo. No obstante, muchos de los mástiles que se erigen en la ciudad siguen tan desnudos como siempre.
A los hechos me remito: en el barrio del Abasto, los de la plaza Libertad, inapropiadamente utilizados con pasacalles publicitarios. La Plazoleta República del Perú, frente a la mismísima Sala de las Banderas del Monumento, sin la bandera argentina ni la del Perú, país que, junto con Chile, fue liberado junto al nuestro por San Martín. La plaza San Martín, frente a la Gobernación, emblemático lugar en el que se reunían las carretas que iban hacia Córdoba, también suele lucir su mástil sin bandera.
En la plaza Pringles, frente mismo a la Bolsa de Comercio, en calle Paraguay, con un busto que recuerda al patriota que intervino con heroísmo en las luchas de la independencia, el mástil sólo está como sostén de un cable hasta una de las fincas de la cortada Alvarez.
Y en cuanto a la plazoleta Sicilia, frente al Palacio Municipal, si bien últimamente se izan las banderas argentina y la de Rosario con la imagen del escudo de Vanzo, lo están de un modo desprolijo.
Así como los nombrados, en otros tantos lugares de la ciudad los mástiles no son utilizados para el fin para el que fueron creados y emplazados.
No busco ninguna exposición personal sino que apelo a la conciencia nacional y popular. Mi prédica, iniciada casi hace 20 años, con notas publicadas en diarios, difundidas por otros medios de comunicación y enviadas a diversas instituciones, vuelve a exponer esta situación que sigo considerando impropia para nuestra ciudad, y más aún, ahora que vamos a ser el centro de todas las miradas.
Tenemos el único Monumento Nacional a la Bandera del mundo, tenemos la costura de "Alta en el Cielo" con puntadas y retazos de todo el país y del exterior, la sacamos a relucir en cuanta manifestación social, popular o deportiva nos invita a identificarnos como argentinos... Hasta por decreto, la presidenta de la Nación determinó que fuera izada en los establecimientos públicos durante todos los días del año. ¿Cómo puede ser entonces que esta Cuna de la Bandera que es Rosario siga aún con sus mástiles desnudos?
Paradójicamente, todas las provincias e incluso argentinos en el exterior, han enviado sus banderas para unirse en este sueño de la más larga del mundo; con emoción sin límites miles de manos han sostenido el bendito paño cada 20 de junio y lo harán ahora este 27 de febrero, ¿no amerita acaso vestir los mástiles con ella?
Esto no es una trivialidad ni una frivolidad... Hemos tenido eco de esta inquietud: La Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Rosario, a través de un trabajo especial de sus alumnos, realizó un documental sobre esta falencia; La Capital en distintas publicaciones y hasta en una nota de tapa; algunos conciudadanos a través de las Cartas de los Lectores de este diario...
En el Concejo, el expediente Nº 171.176 presentado el 20/05/09 y actualizado el 05/07/11, aspira que en este 2012, justo a los 200 años de la creación de nuestro máximo símbolo, se obtenga una resolución apropiada en el relevamiento y reubicación de los mástiles.
Hasta tanto esto sea posible, al menos, en febrero, en el Bicentenario de la creación de la bandera argentina, en Rosario, y en el casco céntrico de la ciudad, visitada por miles y miles de turistas de todo el mundo, debiéramos lucir banderas en los mástiles, más allá del 27 y la fiesta oficial.
Adhiero a todo lo que se esté organizando. Siempre sentí, y estimo que muchos como yo, que ser abanderado o izar la bandera argentina es un honor. La soberanía, la solidaridad, la democracia, la unión, la justicia, el trabajo, la educación, la salud, el orden, la libertad, la independencia, la identidad, el progreso, pueden pintarse en celeste y blanco. Nosotros tenemos la gran oportunidad y el privilegio de hacerlo desde Rosario. Convirtámonos en abanderados y luzcamos los colores con la inconmensurable felicidad y satisfacción de ser el lugar en el que nació nuestro símbolo máximo. Como anfitriones, ¿no debiéramos ya dar el ejemplo y buscar, entre todos, la forma para vestir los mástiles? ¡Doscientos años no se cumplen todos los días! Que el próximo 19 de junio, último día de la costura de "Alta en el Cielo" y víspera del aniversario de la muerte de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, su creador, a la sazón "Día de la Bandera", encuentre a Rosario con todos sus mástiles coronados por ella!