Reclamos por insumos importados
La exigencia de los industriales cordobeses de que el proceso de sustitución de importaciones sea gradual resulta legítimo, pues la economía mundial está cada vez más interrelacionada.
Como no podría ser de otro modo, a medida que pasa el tiempo crece la inquietud de los industriales por la aplicación del régimen que obliga a los importadores a presentar una declaración jurada anticipada de información (DJAI). Y se escuchan cada vez más voces de los empresarios del sector que advierten sobre un casi seguro impacto negativo en las fábricas o empresas que dependen de esos insumos.
La cuestión ha sido ampliamente debatida por la Unión Industrial de Córdoba, que decidió plantearla ante los gobiernos de la Nación y la Provincia. Por su parte, la Unión Industrial Argentina analizó los resultados del régimen creado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) –que lleva recién poco más de dos semanas de vigencia– para controlar las importaciones. Las opiniones vertidas durante y después de la reunión fueron francamente negativas y se advirtió un inocultable clima de pesimismo entre los asistentes.
No todas las provincias y regiones están igualmente preocupadas por el tema, ya que algunas entidades, como la Federación de Industriales de Santa Fe, no han recibido mayores quejas de sus asociados. Sucede que Córdoba, que es la provincia industrial que ha hecho el reclamo más fuerte para atenuar el efecto de las DJAI, concentra varias plantas automotrices (Fiat, Iveco, Renault y la fábrica de cajas de cambio de Volkswagen), además de empresas alimentarias como Arcor y un gran número de pequeñas y medianas industrias metalúrgicas y metalmecánicas.
Todas ellas requieren, en mayor o en menor medida, de insumos importados. De ahí que toda traba o dificultad para importar se transforme en una amenaza real o virtual, ya que entorpecería los planes de producción diseñados con mucha anterioridad, algunos de los cuales ya están en vías de ejecución.
La oposición o la crítica de los industriales cordobeses a las DJAI no resulta, por lo tanto, caprichosa o arbitraria. Como lo dice con claridad en un comunicado, la Unión Industrial de Córdoba (UIC) valora todas aquellas medidas tendientes a defender la industria nacional, pero al mismo tiempo reclama que el proceso de sustitución de importaciones se aplique en forma gradual, para que este no termine afectando a fábricas y empresas que en su cadena productiva utilizan insumos importados que no se fabrican en el país.
Hay, además, otra cuestión que no puede dejar de ser tenida en cuenta: vivimos en un mundo en el que la economía está cada vez más interrelacionada. La industria automotriz y metalmecánica es un ejemplo rotundo de esta realidad, ya que un automóvil puede llevar piezas o componentes que se fabrican en empresas ubicadas en otros países, pertenezcan o no a la empresa matriz. Y en ese sentido, no se puede nadar contra la corriente.
La cuestión ha sido ampliamente debatida por la Unión Industrial de Córdoba, que decidió plantearla ante los gobiernos de la Nación y la Provincia. Por su parte, la Unión Industrial Argentina analizó los resultados del régimen creado por la Administración Federal de Ingresos Públicos (Afip) –que lleva recién poco más de dos semanas de vigencia– para controlar las importaciones. Las opiniones vertidas durante y después de la reunión fueron francamente negativas y se advirtió un inocultable clima de pesimismo entre los asistentes.
No todas las provincias y regiones están igualmente preocupadas por el tema, ya que algunas entidades, como la Federación de Industriales de Santa Fe, no han recibido mayores quejas de sus asociados. Sucede que Córdoba, que es la provincia industrial que ha hecho el reclamo más fuerte para atenuar el efecto de las DJAI, concentra varias plantas automotrices (Fiat, Iveco, Renault y la fábrica de cajas de cambio de Volkswagen), además de empresas alimentarias como Arcor y un gran número de pequeñas y medianas industrias metalúrgicas y metalmecánicas.
Todas ellas requieren, en mayor o en menor medida, de insumos importados. De ahí que toda traba o dificultad para importar se transforme en una amenaza real o virtual, ya que entorpecería los planes de producción diseñados con mucha anterioridad, algunos de los cuales ya están en vías de ejecución.
La oposición o la crítica de los industriales cordobeses a las DJAI no resulta, por lo tanto, caprichosa o arbitraria. Como lo dice con claridad en un comunicado, la Unión Industrial de Córdoba (UIC) valora todas aquellas medidas tendientes a defender la industria nacional, pero al mismo tiempo reclama que el proceso de sustitución de importaciones se aplique en forma gradual, para que este no termine afectando a fábricas y empresas que en su cadena productiva utilizan insumos importados que no se fabrican en el país.
Hay, además, otra cuestión que no puede dejar de ser tenida en cuenta: vivimos en un mundo en el que la economía está cada vez más interrelacionada. La industria automotriz y metalmecánica es un ejemplo rotundo de esta realidad, ya que un automóvil puede llevar piezas o componentes que se fabrican en empresas ubicadas en otros países, pertenezcan o no a la empresa matriz. Y en ese sentido, no se puede nadar contra la corriente.