Randazzo, Scioli y Los Amantes de Lunes
2017. Senaduría por Buenos Aires. Ensayo de elección presidencial.
Para las tres senadurías de (la inviable) Buenos Aires. En 2017 puede registrarse la interna que en 2015 no transcurrió para la presidencia.
Entre Randazzo y Daniel Scioli, Líder de la Línea Aire y Sol. Encontronazo pendiente. Pensar apuestas.
Aunque perdió con Macri en 2015, Scioli no se dispone al abandono. De ningún modo cree ser "un muerto político", como lo creen sus críticos internos.
Al contrario. Scioli les pasa la factura a todos aquellos que lo acusaron, en la vuelta decisiva, de hacer "campaña sucia".
"Al final tuve razón. Macri hizo todo lo malo que dije que iba a hacer. Yo no miento, cumplo", suele argumentar, a veces en la fundación de su hermanito, situado al lado del Banco Provincia, San Martín y Mitre, desde donde se gobierna la provincia inviable.
Significa confirmar que la lucha por la senaduría tendrá la magnitud de otra elección presidencial.
Aparte, se juega el destino de Sergio Massa, titular de la Franja de Massa y dador voluntario de gobernabilidad. También, vaya o no presa, se juega el destino de La Doctora. Siempre y cuando el torbellino judicial de la peste de transparencia (selectiva) -cliquear- no se agote entre las producciones de TN. Con la línea de corte trazada en la responsabilidad de Lázaro, y sin subir, siquiera, ni un peldaño de más.
Pero sobre todo se juega, en 2017, la suerte del Tercer Gobierno Radical (en adelante el TGR).
Factor Escobar
Inepta para el arte sobreestimado de la conducción, La Doctora llevó al peronismo, ataviado de Frente Para la Victoria, hacia la ciénaga del desastre.
Prefirió evitar la competencia presidencial entre Randazzo y Scioli. Le instaló a Scioli la tobillera electrónica de Zannini, El Cenador. Y al enterarse Randazzo, a través de C5N, no paraba, según nuestras fuentes, de insultar. Pronunciaba, en su exceso, la palabra "traición".
Cuando La Doctora le hacía las habituales zancadillas a Scioli, fue Randazzo quien le dio la idea de llevarlo a Zannini como vice. Pero como vice de él. Zannini iba dos veces por día al despacho de Randazzo a tomar café y reírse de Scioli.
Seguro, Randazzo le había dicho a La Doctora que "se lo bancaba al Chino". Aunque en realidad El Loco prefería como acompañante, según nuestras fuentes, a la atractiva Claudia Ledesma Abdala de Zamora, la gobernadora consorte de Santiago del Estero.
La historia sirve para interpretar la actualidad: Porque desairado, Randazzo cometió a su vez el desaire de rechazarle, a La Doctora, la candidatura a gobernador de Buenos Aires. La que se disputaban Aníbal Fernández y Julián Domínguez. Fue en una reunión donde abundaron las recriminaciones y los alaridos que inquietaron a la vigilancia. Finalmente la candidatura quedó para Aníbal, que le ganó la primaria al Lindo Julián.
El resto es conocido.
La Doctora fue la causante principal del advenimiento de Macri, el opositor predilecto. Para quitarse de encima a Scioli, el aliado indeseable. Resultó fundamental la sorpresiva victoria de la señora María Eugenia Vidal, La Chica del Flores de Girondo, sobre el castigado Aníbal, al que transformaron sin inocencia en una mala copia suburbana de Pablo Escobar.
También, para el advenimiento de Macri, influyó el atributo sociocultural de la diferente provincia de Córdoba. Es donde Macri obtuvo la distancia más abrumadora sobre Scioli.
Entre el atributo diferencial de Córdoba, y el factor Pablo Escobar, debe rastrearse la legitimidad de la revolución macricaputista. Derivó en la gestación del TGR.
Coaliciones
Pero 2017 emerge como el año decisivo para el TGR. Debe volver a ganar, para no cesar ni esfumarse, en la inviable Buenos Aires.
Hasta hoy, en el TGR, importa asegurar la división recortada del peronismo opositor. En la mayor cantidad de fragmentos posibles. Nunca menos de tres.
El objetivo de la fragmentación no debiera detenerse en la pulverización político-judicial del kirchnerismo.
En el fondo, la oferta electoral del TGR oscila alrededor del apellido Macri. Ahora a través de Jorge, El Primo (que era) Pobre.
Pero como se trata de una coalición se propone también a la señora Carrió. Si es que La
Demoledora no se dedica a demoler, antes, como si fuera UNEN, la coalición Cambiemos, que atraviesa su peor momento.
Sin embargo el radicalismo quejoso, que le brinda la identidad al TGR, aún existe.
Tercer partido de la coalición, los radicales impulsan la figura académica del doctor Facundo Manes.
Pero es muy poco lo que pueden hacer los eventuales candidatos (Primo Jorge, Carrió, Manes) si no mejora la gestión, que es, hasta hoy, artificial. Y se encuentra acotada al estancamiento de la oralidad. Mientras el conurbano se asemeja al polvorín contenido, que nadie se dispone siquiera a reconocer.
Aquí importan las soluciones que se demoran. Y que difícilmente se adapten a las bondades del próximo semestre.
El panorama es sombrío y se complica, sin entrar en detalles, más de lo previsto. Sin control mínimo de la calle, con desacertada seguridad e insuficiente acción social, en medio de la estanflación y los tarifazos, no alcanza con el prestigio de hadas de la gobernadora Vidal. Es el cuadro superior del PRO que posibilitó el advenimiento. Vidal aún mantiene la imagen superior, pero los logros, hasta aquí, son más inexistentes que escasos. El pretexto de la herencia desastrosa se agota. Igual, en definitiva, que en el plano nacional.
En materia de dificultades, y en ausencia de resultados, Vidal nada tiene que envidiarle al presidente Mauricio, El Panameño. Ni al urbano jefe del maxikiosco porteño, Rodríguez Larreta, El Geniol.
Los tres muestran sus esquemas intelectualmente pobres y políticamente raquíticos. Sólo Rodríguez Larreta se diferencia del trío. Por la imposibilidad de transferir las culpas al antecesor.
Los tres -Mauricio, Vidal y Geniol- se destacan por la irrelevancia y la insustancialidad. Si no resuelven los problemas fundamentales del polvorín contenido, deben asumir el riesgo histórico de ser meras transiciones.
Un paréntesis olvidable y banal. Ampliaremos.
Massa y los amantes de lunesPero el peronismo invertebrado (cliquear), que aún unifica a los competidores Randazzo y Scioli, junto al TGR, son unificados, a su vez, por los desplazamientos de Sergio Massa.
Es la tercera fuerza de la discordia. Massa se destaca como el gran dador voluntario de gobernabilidad. "Caro, pero el mejor".
En materia política, ya cobró anticipadamente por el servicio. Algarabías que depara la Banelco dorada.
Mientras tanto, Massa mantiene un excelente juego de piernas. Se le aleja al TGR con el mismo ritmo con que se le acerca. Para trastorno de Mauricio, el ingeniero riguroso que no se contiene y lo
califica como un gran adicto a las ventajitas.
Sin el menor inconveniente, como el mejor exponente de la picaresca del siglo de oro, Massa se desliza entre las contradicciones, las que desubicarían a cualquier profano normal. Pero Sergio sale indemne.
Ahora mantiene una virtual asociación estratégica con la buena señora Margarita Stolbizer. Es la denunciadora más sólida de los efectos recaudatorios del kirchnerismo. En especial de La Doctora, a la que justamente hostiga con el balurdo de la hotelería de Los Sauces y de Hotesur.
Pero mientras se asocia con Stolbizer, nuestro pícaro perfectamente puede mantener sólidos canales de diálogo con Los Amantes del Lunes. Son numerosos y siempre es conveniente verlos, tenerlos, pero en secreto. Se trata de los jóvenes turcos de La Cámpora. Quedaron afuera del armado del Justicialismo, plagado de sexagenarios que no respetan. Con los que no tienen, según nuestras fuentes, casi nada en común.
"Gioja o Insfrán van a venir a decirme qué tengo que hacer. ¿A quién le ganaron?", confirma un emblemático amante de lunes.
Ellos, Los Amantes Secretos de Lunes, prosiguen incondicionalmente aferrados a La Doctora. La que, para colmo, no sabe conducirlos.
Al saberse distanciados del PJ de Gioja y Scioli, desde donde les echan flit pero sin pelearse, los amantes de lunes comienzan a encontrarle vectores generacionalmente positivos al "amigo Sergio".
De ser considerado un traidor, Sergio pasó a ser apenas un adversario. Más confiable, incluso, que el saltarín Bossio.
Y de adversario Sergio pasó de pronto a ser, para los amantes, "alguien con quien se puede dialogar".
"Los veo en el recinto, andan juntos, se ve que arreglaron", confirma su sospecha el correcto niño PRO.
Aparte, para los amantes secretos del lunes, nunca Massa manifestó sus enconos personales hacia La Doctora, de quien fue su Premier.
Y aunque con la derrota de 2013 Sergio acabó para siempre con la utopía reeleccionista de La Doctora, la política es dinámica, adicta a los cambios. Y hay que ubicarse.
Entonces no resulta llamativo verlos juntos, en los parlamentos de La Plata y del Artificio Autónomo.
A los diputados de La Cámpora, los amantes secretos de lunes, con los franjistas renovadores que relativamente responden a Massa, que cuenta con el blindaje permanente que le proporciona la señora "Negra" Camaño.
Incluso, aunque Massa -protagonista escapado del siglo de oro español- lo niega, y hasta nos califica de "novelistas", dos semanas atrás se registró la reunión cumbre. Entre Sergio y Máximo Kirchner, En el Nombre del Hijo. Fue en Mercedes, en el campito del cordial De Pedro, El Wado. Con la luz verde, según nuestras fuentes, de La Doctora.
"Vaya a saber qué cerraron", vacila otra Garganta.
Final con StolbizerEn el esquema que maneja la señora Vidal, con el reconciliado Emilio Monzó, El Diseñador, principal espada del TGR, se diseña la receta mágica del conveniente peronismo dividido.
Contemplan el horizonte con forzado optimismo. Vidal y Monzó necesitan que los peronistas culturales sean lo suficientemente torpes como para ir separados.
Para que Randazzo -muy amigo de Monzó- no compita en una interna con Scioli. Porque, para los intereses del TGR, es preferible que vayan separados. Enfrentados en la elección general de 2017, anticipo de la presidencial -si llegan-de 2019.
Ambos necesitan también que la otra franja del espectro peronista vaya detrás de Sergio. Si es que el transitorio dador voluntario de gobernabilidad se dispone a competir por la senaduría, o considera que mejor es no arriesgarse a la derrota. Tal vez es más seguro promover, para el senado, a la señora Stolbizer, que al leer la crónica ingresa en el lícito laberinto de las dudas.
Probablemente debe ir de aliada, para el parlamento, acompañada de aquellos amantes secretos de lunes que siguen a la mala conductora que denuncia en los tribunales. Y aunque la digna vecina -Stolbizer- haya políticamente crecido, a través de las mediáticas denuncias, al extremo de aspirar a la máxima utopía. Integrar, incluso, la Corte Suprema. Donde nadie, según nuestras fuentes, la espera.