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Quisieron simular que la mujer argentina desaparecida en España estaba de viaje

El casero de la víctima mandó mensajes a sus familiares afirmando que se iría de viaje y eso levantó las sospechas.

El presunto asesino de Adriana Gioiosa, el casero que le alquilaba la casa, habría utilizado el teléfono celular de la víctima para despistar a la familia y convencerlos de que ella estaba de viaje. Así intentó elaborar una pista falsa, inclusive poniendo el móvil en un bolso de alguien que viajaba para desorientar a la policía.

El hombre envió mensajes falsos a través de WhatsApp a la familia de la víctima diciendo que se marcharía al extranjero y que no se iba a comunicar con ellos hasta su retorno a Madrid. A sus familiares les pareció extraño ya que el contacto con Adriana era continuo desde su llegaba a Español.

Incluso no había anticipado en ningún momento intención alguna de viajar, por lo que los mensajes fueron una alerta y decidieron que un hermano de Gioiosa viajara para averiguar qué estaba sucediendo. Luego de intentos fallidos el hombre se presentó ante la Guardia Civil el 6 de abril.

El teléfono móvil había dejado el día 5 de abril. La Guardia Civil investiga si el presunto asesino colocó el teléfono en el equipaje de una persona que viajaba a Barcelona para desorientar. Además consiguieron un video de seguridad en el que el presunto asesino dejó una carta en la hamburguesería Burger King de Majadahonda, donde trabajaba Gioiosa. Esa era la carta de renuncia de la víctima.

El casero es un español de 32 años con antecedentes psiquiátricos y estuvo internado. Se investigan otros casos por los que se cree que se está ante un asesino en serie. Una tía le donó en uso y usufructo el piso alquilado y luego desapareció misteriosamente. Además de la desaparición de tres inquilinas anteriores, también extranjeras.

Vecinos señalaron que vieron al casero arrojando bolsas de basura en los distintos pisos del edificio. Además de haber sangre en el piso y paredes del departamento. Agregaron que en la madrugada posterior a la desaparición escucharon ruidos extraños, como de una sierra industrial, pero que no le dieron importancia. Los investigadores asocian esos ruidos a una trituradora de carne que tenía el presunto asesino en el garaje del edificio.