Quieren repatriar a la "mujer barbuda"
Fue una involuntaria atracción del siglo XIX con 1,37 m de altura y todo su ser cubierto de pelo, pero sus restos siguen fuera de su país de origen.
La trágica vida y muerte de Julia Pastrana (1834-1860) ha vuelto al tapete por una entrevista publicada en el diario "La Reforma" a la artista mexicana Laura Anderson Barbata. Laura sigue en la lucha a través de su investigación y gestión ante las autoridades de Noruega, para repatriar los restos de quien fuera una curiosidad en el mundo del espectáculo y para la ciencia en el siglo XIX por su condición de "mujer barbuda", "mujer mono" y otros tantos calificativos estigmatizantes y crueles por su padecimiento de lo que hoy se conoce como hipertricosis terminal generalizada congénita (HTGC), una alteración localizada en el cromosoma 17 que la hacía diferente con todo su cuerpo cubierto de vello.
Julia Pastrana nació en México y murió -durante una gira por Moscú- el 25 de marzo de 1860, cinco días después de dar a luz a un bebé con características similares a la suya que sobrevivió tan sólo dos días. Su cuerpo fue momificado y, desde 1997, se encuentra en el Departamento de Anatomía de la Universidad de Oslo.
De acuerdo a Barbata, la permanencia de los restos de Pastrana en dicha universidad ya no tiene sentido puesto que no realizan investigación alguna y, por lo tanto, quiere que "Julia regrese a casa físicamente, enterrarla, y también conceptualmente, en la memoria de la gente".