¿Quién fue el Cura Brochero, el primer santo argentino?
En una ceremonia en el Vaticano, el Papa lo convirtió en la primera figura canónica que nació y vivió en nuestras tierras. Repasamos su historia.
"El Cura Gaucho", como se conoce a Brochero, declarado beato en septiembre del 2013, se convertirá en el primer santo nacido y fallecido en Argentina, "ciento por ciento argentino", recordó el embajador en la Santa Sede, Rogelio Pfirter.
José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840 en Santa Rosa de Río Primero, en la provincia de Córdoba.
En 1856 Brochero ingresó al Seminario Mayor de Córdoba "Nuestra Señora de Loreto", con 16 años, y en noviembre de 1866 fue ordenado presbítero.
A partir de ese momento el sacerdote comenzó con su camino evangelizador, ya que Brochero percibía el triste compromiso de los feligreses con la palabra de Dios y el estado moral y la indigencia material de la gente hicieron que el "Cura Gaucho" apueste a la tarea de acercar a su gente al camino de la fe.
A partir de ese instante, ya no era una cuestión de misa y llevar el Evangelio para el sacerdote, sino a educar y promocionar la "Palabra" a sus habitantes.
El sacerdote comenzó a llevar a hombres y mujeres a Córdoba, para hacer Ejercicios Espirituales y recorría 200 kilómetros, aproximadamente, cruzaba las sierras en una travesía que le llevaba tres días a lomo de mula y, a veces, con casi quinientas personas en sus recorridas.
Quienes en ese entonces transitaron el camino de la evangelización y la fe, reconocieron que en muchas ocasiones que fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve y Brochero nunca sucumbió ante esas adversidades.
Con sus feligreses, Brochero construyó más de 200 kilómetros de caminos y varias iglesias, fundó pueblos y se preocupó por la educación de todos.
Solicitó ante autoridades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Proyectó el ramal ferroviario que atravesaría el Valle de Traslasierra uniendo Villa Dolores y Soto para sacar a sus queridos serranos de la pobreza, "abandonados de todos pero no por Dios", como solía repetir.
Su amor por el prójimo le hicieron valedero el reconocimiento de hombres y mujeres ya que para Brochero no todo era evangelizar, sino por su intermedio brindar condiciones de vida digna.
Debido a su enfermedad, el sacerdote renunció al Curato, vivió unos años con sus hermanas en su pueblo natal. Pero ante el incansable pedido de sus fieles regresó a su casa de Villa del Transito, donde murió leproso y ciego el 26 de enero de 1914.
Sus milagros
Tras su muerte, Brochero cumplió con tres estados previos a lo que se considera espíritu de santidad: fue siervo de Dios, venerable y desde el 14 de septiembre de 2013 es beato.
Además, al Cura Gaucho se le atribuyen dos milagros referentes a sanaciones, por lo que cumplió así el requerimiento para haberse convertido en santo.
Sobre el milagro, se trata de una menor sanjuanina que estuvo al borde de la muerte y en coma durante mucho tiempo, se recuperó y ahora lleva una vida normal. La sanación fue atribuida al Cura Brochero.
El religioso cordobés ya había sido considerado responsable de la curación de Nicolás, el niño de que con 11 meses regresaba con sus padres de la capital cordobesa hacia Mina Clavero, cuando un auto que venía de frente lo dejó sin signos vitales y estuvo al borde de la muerte.