Política
Quién es Mario Suli, el misterioso hombre de gorra y barba que no se despega de Javier Milei
Quién es el hombre que está junto al Presidente. Por qué le dicen "Baron B". Tareas de valet, nexos judíos y un halo de misterio.
Es un personaje silencioso. Está siempre. Camina cerca y a veces transporta cosas. En las últimas semanas despertó preguntas sobre su presencia en lugares clave, al lado de las dos personas más importantes del nuevo Gobierno: el presidente Javier Milei y su hermana Karina, la secretaria general de la Presidencia.
Tiene una barba tupida, habla hebreo y siempre está con una gorra de color negro, traje y aspecto de custodio privado formado en el Mossad. Se acercó a Milei a partir de la vinculación del Presidente con la rama judaica ortodoxa Jabad Lubavitch y allí se quedó.
Los amigos youtubers del Presidente lo conocen como “Baron B”, porque en cada fiesta a la que fueron durante la campaña él les regalaba champagne a todos. En el Libertador Hotel lo conocen como Mario o Marito. Y en la sinagoga de la calle Agüero lo llaman Meir, su nombre en hebreo. Su nombre completo es Mario Elías Suli, tiene 30 años y creció en la calle Brandsen, en el barrio porteño de Barracas.
Su nombre completo, hasta ahora, era conocido por muy poca gente. Solo se limita a asistir al Presidente y a Karina. El viernes 22, en la víspera navideña, Milei pasó a saludar a los periodistas acreditados de Casa Rosada y ahí estaba Marito. Firme junto al líder.
Su rol, aunque todavía no está oficializado, es el de secretario presidencial. En el pasado sus equivalentes fueron Darío Nieto para Mauricio Macri, Pablo Barreiro e Isidro Bounine para Cristina Kirchner, Daniel Muñoz para Néstor Kirchner y Ramón Hernández para Carlos Menem. Son las personas que manejan los secretos del Presidente y también forman parte de ese primer anillo de confianza. Escuchan conversaciones, comparten la intimidad del poder, pero también el mal humor y el estrés.
Suli fue parte del equipo que acompañó a Milei al debate presidencial, viajó con él a Estados Unidos para agradecer al Rebe de Lubavitch y también estuvo en la sesión especial que encabezó Martín Menem en el Congreso.
Ese día fue para acompañar a Karina Milei y los fotografiaron en diferentes escenas. Primero se sentó junto a ella en uno de los balcones de la Cámara de Diputados, luego caminó por la galería y también se quedó parado atrás casi sin asomarse, pero debajo de una lámpara que le sumaba un halo de misterio a la escena. Anda siempre vestido igual: traje, camisa y a veces corbata, pero siempre está con gorra, en reemplazo de la kipá.
Quienes lo conocen desde antes de que sea parte del equipo de Milei lo recuerdan como alguien de clase media trabajadora, hijo de profesionales, pero sin un trabajo fijo. “Estaba casi desempleado, por eso cuando se acercó a Milei pudo ponerse a colaborar rápido, porque tenía mucho tiempo disponible”, recuerdan. Con el correr del tiempo no se despegó más.
El ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, en diversas entrevistas radiales, intentó plantar la duda acerca de la presencia de Suli en el entorno de Milei. “¿Quién es el gorrito negro?”, se preguntó en medio de un debate en Crónica TV, argumentando que cerca del Presidente no podía estar cualquier persona. La explicación radica en que Suli todavía no fue nombrado oficialmente.
El hombre casi no tiene redes sociales, apenas una vieja cuenta de Twitter donde escribía sobre Boca Juniors, el club del que es fanático, y donde compartió una foto con Guillermo Sara, el ex arquero suplente de ese equipo en tiempos en que Guillermo Barros Schelotto era el DT.
En las gestiones anteriores, los secretarios presidenciales terminaron siendo célebres por diferentes causas judiciales. Algunos por enriquecimiento y otros por espionaje. Es de esperar que Mario Suli rompa con la maldición.