¿Quién es Guillermo Alberto Elazar, el enigmático novio de la ex mujer de Nisman?
La pareja de Arroyo Salgado, el hombre que le envió a la jueza por Whatsapp la imagen en la que se ve al fallecido fiscal tenía una extraña marca en la frente, es un polémico empresario.
La jueza Sandra Arroyo Salgado recibió por parte de su actual pareja una captura de la nota de la revista Noticias y aparecía una foto de su ex esposo, Alberto Nisman, con una marca en la frente que parecía un orificio de bala, se comenzó a hablar del hombre que convive con la magistrada.
La secuencia indica que Nisman le envió a su ex mujer, quien se encontraba en Europa, un anticipo de la publicación. Intrigada por el contenido del artículo, Arroyo Salgado le pidió al día siguiente a su actual pareja -que estaba en Buenos Aires- que le haga llegar vía Whatsapp las imágenes de la nota principal que publicó Noticias, como esta persona no halló la revista entre los envíos que recibe habitualmente, fue hasta el puesto de diarios a comprarla, le sacó una foto a la nota y se la mandó a la jueza, según cuenta Crónica. En esas imágenes apareció el extraño círculo negro en la cara de Nisman.
Arroyo Salgado también declaró que cuando ella se comunicó con su novio el día anterior a la aparición de la revista y dos antes de la muerte del fiscal, él le dijo que escuchaba pasos en el piso de arriba de la casa que ambos habitan en San Isidro, por lo que recurrió a la custodia de la Policía Federal que revisó la vivienda y no encontró nada.
Pero ¿quién es el novio de Arroyo Salgado? Se llama Guillermo Alberto Elazar, es abogado y fue jefe de Gabinete del director general administrativo del Teatro Colón, Pablo Eugenio Batalla, hasta que éste dejó el cargo en junio de 2004.
Además, fue el dueño de Follia, que tenía una habilitación irregular, ya que siempre funcionó como una discoteca bailable y figuraba destinada para efectuar bautismos, cumpleaños y casamientos para afiliados del Club Ciudad de Buenos Aires, a quien le alquila el predio donde estaba ubicada y en el que el empresario es propietario de unas canchas de fútbol, complejo en el que llamativamente en los últimos días se ampliaron las medidas de seguridad instalando cámaras y alarmas con sensores de movimiento.