Quién es Gabriel Rubinstein, el elegido por Sergio Massa para ser viceministro de Economía
Fue director del Banco Central en representación del entonces ministro de Economía Roberto Lavagna. Desde 2006 dirige la consultora que lleva su nombre.
Gabriel Rubinstein finalmente será el economista que acompañará a Sergio Massa en el Palacio de Hacienda como secretario de Programación Económica y viceministro. Se trata de un técnico cercano al exministro de Economía Roberto Lavagna, que lo asesoró en temas de política monetaria como representante de Hacienda en el directorio del Banco Central (BCRA). Además, fue miembro del grupo negociador de los acuerdos con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y participó en la renegociación de la deuda pública, entre 2002 y 2005.
Rubinstein tiene una visión de la economía muy distinta a la del kirchnerismo: señala que la política de precios máximos genera desabastecimiento, destaca que hay que reducir el déficit fiscal para bajar la inflación y advierte que es “complicado” convivir con brechas cambiarias muy altas, porque hace difícil que el BCRA compre reservas, como está ocurriendo.
“Puede haber un escenario de mejora, que la inflación pase de 7 u 8% a una de 5 o 4% dentro de unos meses y llegar al escenario electoral con más tranquilidad. Eso seguramente igual significará una mediocridad importante, porque este año se espera una inflación del 90% y el año que viene del 60% o más”, dijo el economista el martes pasado, en una entrevista radial con Estudio 2 de Pilar.
“No sería un escenario muy atractivo electoralmente para el Frente de Todos. Ahí está la duda o la posibilidad que tendría Massa de hacer algo más contundente. Para mí hay que entender que el ABC de un ajuste en este momento, cuando ya nadie quiere ni bonos argentinos ni pesos, es tener una situación fiscal totalmente equilibrada”, señaló.
Además, indicó que “hay una percepción que se mete en el kirchnerismo de que el ajuste fiscal es recesivo y es perjudicial para la gente”. En este sentido, dijo que “no hay suficiente conciencia de que la inflación es un impuesto” y que eso “se está pagando”.
“Se trata de cambiarle el sujeto: en vez de que lo pague cada uno de los argentinos, que lo paguen unos sí y otros no, pero no de forma indiscriminada todos los argentinos y que tengamos que convivir [con inflación], cosa que no es para nada agradable”, dijo el nuevo viceministro de Economía.
Una semana atrás, en una nota de opinión para la revista Noticias, advirtió que “los anuncios de control de caja (cuenta única) y congelamiento de vacantes en organismos descentralizados, posible aumento de recaudación por revalúo inmobiliario y subas de tarifas de gas y luz no alcanzan para convencer de que habrá menos emisión monetaria por el déficit y continuidad del acuerdo con el FMI”. Y agregó: “Se necesitaría una hoja de ruta mucho más certera sobre las cuentas fiscales, desde ahora hasta fines de 2023″.
Rubinstein también se mostró a favor de desdoblar el mercado de cambios y establecer un tipo de cambio más alto para el dólar ahorro, turismo, tarjetas y, si fuera necesario, consumos denominados suntuarios: bebidas varias, marcas sofisticadas. Pero, solicitó: “Por favor, ¡no incluyan el café en este rubro!”.
Rubinstein estudió Economía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) e hizo cursos de posgrado en Macroeconomía, Microeconomía y Crecimiento Económico en el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES). Fue miembro del comité de riesgo soberano DCR-Fitch Ratings, director ejecutivo de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y director del Estudio Broda.
Desde 2006, dirige la consultora que lleva su nombre. Ayer, de hecho, en su rol de analista económico, tenía programada una disertación que iba a dar para un fondo común de inversión que suspendió a último minuto.
Su consultora suele destacarse como la de mayor precisión a la hora de proyectar el índice de inflación, según el relevamiento de expectativas de mercado (REM) que publica cada mes el Banco Central. Es conferencista sobre temas de Economía, Finanzas y Calificación de Riesgo en Argentina, Brasil, y Estados Unidos. Además, es autor del libro “Dolarización, Argentina en la Aldea Global” (1999).
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