Quién era el empresario que murió por covid-19 y cuyo cuerpo fue traído en un vuelo de repatriación
Era un argentino de 91 años de larga trayectoria en el negocio inmobiliario en Estados Unidos. Hay una investigación para determinar si fue por negligencia o si hubo un delito.
El empresario murió en su piso de 47 St, en Manhattan. Según el obituario que publicó de The New York Times estaba ahí el 7 de abril, cuando falleció por una insuficiencia respiratoria causada por coronavirus. Elías Masri tenía 91 años y llevaba décadas en el rubro de los negocios inmobiliarios.
Por su religión la familia no quiso que el cuerpo de Masri fuera cremado, una de las recomendaciones para víctimas del virus que amenaza al mundo. Por eso decidieron embalsamarlo. "Sus restos descansarán en Argentina", cerraba el obituario que publicaron en el mismo diario días después.
Ese viaje terminó en polémica cuando ese último deseo de Masri derivó en una causa judicial que investiga el accionar del Consulado argentino en Nueva York, a las oficinas de Aerolíneas Argentinas en Miami y a la familia del hombre en Estados Unidos y en Buenos Aires.
Elías Masri migró en 1988. Había estudiado Derecho en la Universidad Nacional del Litoral pero se metió de lleno al mercado inmobiliario en 1950. Compraba propiedades, renovaba edificios comerciales o residenciales y volvía a venderlos o alquilarlos.
Ese negocio se convirtió en Falcon Properties, una empresa radicada en Nueva York con oficinas en la 5° Avenida y dirigida, ahora, por su hija: Florencia Masri.
Fue ella quien realizó los documentos y certificados para preparar el cuerpo y trasladarlo. Entre la documentación presentada estaba una notificación del Consulado de la República Argentina en Nueva York, para ser a su vez exhibido en la Oficina de Sanidad de Frontera.
La primera pregunta de los investigadores es cómo trasladaron el cuerpo desde NY hasta Miami, desde donde partió un vuelo de Aerolíneas Argentinas con 243 repatriados. En la bodega, el cuerpo embalsamado de Masri, aterrizó en Ezeiza el sábado a la medianoche.
Antes que eso ocurriera, una empresa de vuelos privados (Baires Fly) ya había enviado la documentación a Sanidad de Frontera para pedir autorización a ANAC para traer un cuerpo desde Estados Unidos. Fue rechazado apenas notaron que el motivo de la muerte era por COVID-19.
"Cuando descargaron el cuerpo del avión y revisaron la documentación se dieron cuenta que se trataba del mismo caso. En la reglamentaria, no figuraba el motivo de la muerte, sólo referían a 'causas naturales'"; explicaron a Clarín fuentes de la investigación. Al contrastarla con la recibida días para consultar por el permiso de traslado, "notaron que eran los mismos permisos pero sin el certificado que indicaba que se trataba de un fallecimiento por enfermedad infectocontagiosa".
Ese requisito no sólo responde a la pandemia si no que "siempre fue necesario para repatriar cualquier cuerpo" y responde a precauciones sanitarias de normativa internacional.
Al detectar la situación, las autoridades de Sanidad de Frontera informaron al Ministerio de Salud de la Nación. Desde allí determinaron el protocolo para resguardar el cuerpo en una bodega de Ezeiza y realizaron la denuncia penal en el Juzgado Federal de Lomas de Zamora.
Las alternativas, aclaran los investigadores, son dos: que se trate de negligencia de parte de los empleados de las oficinas de la aerolínea en Miami donde no detectaron la falta de esta documentación; o que hayan cometido algún delito al omitirla. Eso, y la participación de la familia Masri, es lo que investiga por estas horas la Fiscalía Federal, a cargo de Cecilia Incardon, y el Juzgado, a cargo de Federico Villena.
Este miércoles declararon los empleados de Sanidad de Frontera que detectaron la inconsistencia y la falta de documentación. Y el próximo paso será incorporar la documentación que certifica la muerte de Masri por coronavirus.
Desde Aerolíneas Argentinas, por su parte, indicaron a Clarín que "la reglamentación interna de la compañía prohíbe el traslado de cuerpos sospechosos de haber tenido una enfermedad infectocontagiosa de cualquier tipo. En este caso, la compañía no fue informada de las verdaderas razones del fallecimiento".
"Aunque en principio el personal de la sucursal Miami actuó de buena fe y cumpliendo con los procedimientos establecidos, iniciamos las investigaciones administrativas correspondientes a los efectos de descartar responsabilidad alguna de parte de nuestro personal", indicaron ante la consulta de este diario.
Según afirmaron fuentes del ministerio de Salud, el féretro que transportaba el cuerpo de Masri estaba herméticamente sellado, por lo que descartan cualquier posible propagación del virus.
Hasta tanto el juez indique lo contrario, el cuerpo permanece en un sector del aeropuerto. Masri tenía una hija y seis nietos en Estados Unidos. Y dos hermanos y varios sobrinos. Fue uno de ellos quien se acercó a reclamar el cuerpo y se encontró con la negativa de las autoridades sanitarias.
Una vez recolectada la documentación, los investigadores tomarán declaración a los empleados que cumplen funciones en Miami y a personal del Consulado. También podrían ser citados a declarar los familiares, si se comprobara que pagaron algún tipo de coima para conseguir el traslado sabiendo que no estaba permitido.
Además del delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público o de la maniobra para cometer el delito, las autoridades podrían imputar a los responsables por la violación del artículo 202 del Código Penal, que castiga al que propague una "enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas”, que contempla penas de hasta 15 años de prisión.
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