¡Qué suerte que es orejón!
Un pequeño de seis años cayó por la ventana, su delgado cuerpo se deslizó por los barrotes de las rejas, pero sus orejas se atascaron y le salvaron la vida.
El pequeño niño llamado Ming Ming se encontraba en la casa de su abuelo, en China, durmiendo la siesta. Al parecer el niño se despertó y al buscar al anciano cayó por la ventana.
Su pequeño cuerpo se deslizó por lo barrotes de las rejas que cubren el balcón del edificio, pero, por suerte, sus orejas trabajaron la caída.
Los gritos desesperados de Ming Ming hicieron que los vecinos llamaran a los bomberos para el rescate.
Whan Shen, vocero del departamento de bomberos, explicó que “el niño podría haber caído al vacío o haberse estrangulado fácilmente”.
Muchos curiosos observaron el rescate del niño y aplaudieron con emoción el feliz final de la historia, que no podría haber sido el mismo, si Ming hubiese tenido las orejas más chicas.