¿Qué regala el Papá Noel argentino?
El argentino es más bien típico y costumbrista. La cena Navideña es, usualmente, asado; la ensalada es rusa y el postre ensalada de frutas. Del mismo modo, parece ser, a la hora de los obsequios padece el síndrome de la "identificación argenta". Enterate a qué recurrimos para agasajar a los nuestros.
El Papá Noel argentino, se distingue por entre el resto de los Santa Claus del mundo por su escasez de inventiva y creatividad. Al parecer, el "gordo" de Navidad, legó a cada país un San Nicolás dedicado que recurre a la carencia o necesidad del otro para, basado en eso, hacer los regalos a sus seres queridos.
Sin embargo, y como es una costumbre en nuestro país, el Papá Noel de nuestros pagos es más práctico, menos pensante y, por supuesto, menos original. En consecuencia, además, cae en la inutilidad.
No obstante, y sin adentrarnos en pormenores, llama debidamente la atención que a la hora de regalar, los argentinos recurrimos a la tipificación. A áquel "no puede fallar". Y en esta frase se encierra el obsequio ubicado en el puesto número uno: Una botella de vino tinto.
Al parecer, para los nativos, el vino es una especie de "comodín", por lo que, se desprende, en algún momento culmina uno tomando vino.
Lejos de esta barbaridad y en un sentido más inocente en torno al arbolito, las bombachas rosas son el "amuleto" criollo mejor inventado; ya que gracias a esta prenda interior más de una abuela y varias tías se desligan del pensar en un regalo para las mujeres de la familia.
En un tercer lugar, las encuestas nos arrojan la terrible "remera blanca". Y el adjetivo deviene de que, incluso el color, denota falta de compromiso. El blanco es, a su vez, una especie de comodín y convengamos que, bastante "berreta".
En una posición más destacada y trabajosa, hallamos a los que recurren a la tabla de picadas para el "hombre de la casa" y el juego de cocina para la nena pequeña del hogar. La mujer, en tanto, "liga" un perfume o bijouterie y el "varoncito", al parecer, no culmina nunca de alejarse del slip.
En torno a esto, podemos concluir que tal vez lo mejor no sea remarcar esta falta de mérito por parte de Papá Noel y si resulte conveniente adaptarse a estos regalos y recibirlos con alegría. Después de todo, muchos de ellos, pasan a ser una insignia