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¿Qué pasa con las bolsas?

Por Alberto Laham. En los últimos años las bolsas del mundo colapsaron y los mercados las siguieron. La gente que invirtió en monedas, perdió en monedas y la gente que apostó en las bolsas, también perdió. La pregunta es ¿qué está pasando?

En épocas anteriores, los países usualmente denominados como subdesarrollados se veían perjudicados en términos de intercambios comerciales. La razón era simple: países como Argentina solo exportaban materia prima y debían importar todos los bienes industriales. El valor de los bienes industriales aumentaba de manera abismal generando déficit en la balanza comercial de los países agroexportadores. Sin embargo, el panorama está cambiando. La tecnología ha logrado un inmenso desarrollo y lo ha hecho de una manera masiva. Por las leyes del mercado, esta masificación de los avances tecnológicos conducen irremediablemente a un descenso vertiginoso de los precios.

Esto ya era evidente en los años 60 cuando Gordon Moore (co-fundador de Intel) planteó que la velocidad de los avances de la tecnología podían medirse algorítmicamente y sugería que el número de transistores que se podían poner en un chip se doblaría cada 24 meses. La consecuencia directa de lo que luego se conocería como Ley de Moore, es que los precios de las computadoras bajan al mismo tiempo que las prestaciones suben: la computadora que hoy vale 2000 dólares costará la mitad al año siguiente.

Hoy, la tecnología es un commodity y su precio baja constantemente. El panorama cambia también para los productos alimenticios, aunque lo hace de manera inversa. El paradigma vigente hace dos o tres décadas se invirtió. Podemos observar el mismo giro en la concepción de riqueza, antes era vista como la acumulación de bienes (y dinero) cuando actualmente lo más valioso es el conocimiento aplicado.

El mundo ante el cambio de paradigma no encuentra un anclaje, no encuentra un eje sobre el cual desarrollarse y girar en forma armónica. Mientras ese anclaje no exista, el mundo seguirá un camino incierto. Hoy todo el sistema está en juego. Son tantas las variables que participan, que nos es difícil predecir y analizar tantos contextos. Este anclaje que no existe y es necesario para lograr cierta armonía, no será encontrado hasta que las variables se ordenen.

La Bolsa es el lugar donde se regula la actividad, pero no puede manejar el comportamiento de los individuos que invierten, que está basado en la percepción que tiene del mercado y de las empresas. De los individuos entonces depende, en parte, la salida de las crisis y el repunte de las Bolsas.

Pero la punta del ovillo para lograr encontrar un eje que nos conduzca al anclaje depende también de los factores de poder y de las políticas aplicadas por los países afectados. Esto significa generar reglas claras con políticas consensuadas tanto monetarias como fiscales, así como también de desarrollo. Si a nivel mundial se siguen tomando medidas funcionales a sus propios intereses continuaremos con esta caída sin un piso claro a la vista.