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¿Qué le regalo?

Existen diferentes maneras de agasajar a alguien que queremos. No es sólo el mero hecho de comprar y envolver el objeto. Diarioveloz.com te recomienda atractivos regalos para cuándo no sabes qué comprar.

No es lo mismo comprar un presente azarosamente, que pensar en quién será el destinatario. Muchas veces nos ayuda conocer qué le hace falta o que desearía tener. Pero tal vez no conocemos sus gustos.

Hay personajes como el jefe o la suegra que suelen tornarse más comprometedores aún..
Te aconsejamos con algunos tips que pueden ayudarte a la hora de resolver esta encrucijada:

Muchos años te unieron a tu jefe y de repente dejamos de estar bajo su mando porque se retira o lo trasladan a otra área. Una manera de retribuirle su generosidad es a través de un buen vino, en caja de madera o de metal. Un cobartero, una lapicera o una billetera son buenas opciones también. Pero eso sí, a esta última no dejes de agregarle un buen billete, sino quedarás como un tacaño.

Cuando nos invitan a un casamiento de alta alcurnia y quedar mal, podría incomodar la relación de negocios que podrás generar a futuro con la pareja: lo ideal es homenajearlos con un objeto creativo. Muchas empresas ofrecen productos personalizados: sábanas bordadas con las iniciales de la pareja (fijate que sean de más de 350hilos) o porque no, un juego de vajilla de plata con las iniciales de los novios en la caja.

Sin embargo, a la hora de la conquista la cosa se torna diferente: un buen obsequio es un voucher para un spa day o de belleza. A las mujeres nos encanta poder cuidarnos y siempre serán bien recibidos este tipo de tratamientos. Un dije con una cadenita gana un valor diferencial al ser un producto de autor, Fijate de tenerlo en cuenta!

Y cuando no, nos toca el cumpleaños de un reciente suegro. Aún no sos parte de la familia, así que no podés quedar mal, así que es necesario causar una buena impresión:
Una bata de seda con sus iniciales bordadas y para billeteras más abultadas un lcd con su sillón de masajes.

Pero como dice el dicho, a caballo regalado no se le miran los dientes.