¿Qué le pasa a Máximo Kirchner? La ofensiva del que "va por todo"
Sólo aparecía en los actos protocolares, en verdad es el jefe "honorario" de La Cámpora porque salvo para nombrar amigos en el área oficial, no participa en sus reuniones.
Un detalle. Salvo quienes lo conocieron en sus pagos patagónicos a Cristina y Néstor, nadie en el gobierno le había escuchado la voz. Cuando se estreno la película de Néstor y Máximo dice unas palabras, muchos se asombraron reconociendo que su voz era idéntica a la del padre. Antes de eso, brilló por su ausencia.
Máximo prefirió quedarse en su inmobiliaria patagónica cobrando y administrando alquileres y propiedades, antes que aterrizar en Buenos Aires. Tuvo algún contrapié por exceso de bebidas alcohólicas en un bar de San Telmo, derrapó con otras sustancias pero al final logró estabilizarse.
Cuando algún miembro de los "aplaudidores" a sueldo lo nombró como presunto sucesor del padre, Máximo envió un mensaje diciendo que paren con esa versión que él no pensaba candidatearse a nada.
Su ira con Amado Boudou tiene un motivo concreto, y tal vez Máximo sea el primer argentino que quiere verlo tras las rejas. Un comentario del actual vice, desmedido sobre Cristina, (no es un mito urbano, es pura realidad) provocó la ira de Máximo y se cansó de pedirle a su madre que lo desplazara como sea.
La Presidente lo dejó pasar. A veces los hijos nos encolerizamos con algunos vínculos de nuestros padres, la familia presidencial no es la excepción.
Florencia Kirchner echó en noviembre al "Chino" Zannini de la Fundación Favaloro y le dijo todo el repertorio de insultos imaginables. "Mi mamá casi muere por tu culpa", le dijo de mala manera reprochándole el mal manejo en el crítico momento de salud que pasó Cristina. Pero a Florencia nunca se le ocurrió hacer un culebrón contra Zannini, se lo dice en privado, a los gritos y con bronca e insultos varios, pero de esa intimidad no sale.
Cuando a la Presidente le llevaron el plan para transformar el Fútbol para Todos en un espacio más abierto, con ingresos de anunciantes privados que hicieran menos oneroso el monopolio de la publicidad por parte del gobierno, fue la propia Cristina quién introdujo el nombre de Marcelo Tinelli en el emprendimiento.
Te guste o no los productos de Tinelli (a mí, personalmente, no), nadie le puede negar su conocimiento de lo que es gerenciar un producto masivo y popular en la pantalla chica. Algo más a su favor, su ingreso de urgencia al club de Boedo fue exitoso de entrada, por lo que además sería un aliciente para supervisar qué hacen los clubes de fútbol con la millonada de plata que reciben del gobierno. Pareciera que ese dinero van más a los bolsillos de los dirigentes que a las arcas de las instituciones, sino difícil de explicar que estén casi todos en bancarrota.
Lo decimos, el nombre de Tinelli no nació de un repollo sino aprobado por la Presidente. Pero Máximo Kirchner, que nunca participa en reuniones de La Cámpora y sólo aporta sus influencias para que sus amigos ingresen a cargos altos del Estado, decidió hacerle la guerra a Tinelli y desató una tormenta aún dentro del mismo kirchnerismo. Alguien de su entorno le susurro al oído que no podían darle a Tinelli el manejo de semejante cantidad de dinero, y de repente irresponsablemente Máximo hizo iniciar una guerra innecesaria contra el conductor. Hay un dato que se le pasó por alto, los programas de Tinelli con su cuota de TV -bizarra o no-, siempre miden más rating que los discursos de la cadena nacional. ¿Era necesario ganarse semejante enemigo cuando las elecciones presidenciales están a la vuelta de la esquina?
Claro, Tinelli se sintió ninguneado y respondió casi por reflejo, y ahí entro en colisión con la misma jefe de Estado con la cuál compartieron aquella inauguración del polideportivo de los pagos del "Cabezón" cuando aún vivía Néstor y mantuvieron una relación cordial hasta hace poco.
Como nadie se atreve a decirle a la jefe de Estado que fue un error ganarse un enemigo como Tinelli, ya no hay vuelta atrás en el asunto. Hay otros avances de Máximo que llaman la atención a los mismos funcionarios del gobierno. Parece como si hubiera despertado del ostracismo y ahora "va por todo". "Todo" significa cuando haya una caja que venga del Estado, quiere estar presente.
Y ahora el secreto del porqué de la influencia de Máximo para lograr que sus caprichos se hagan realidad. Ese porque tiene un nombre, Néstor Iván.
Cristina como toda abuela quiere ver a su nieto más seguido, y Máximo encontró en su hijo una herramienta clave para condicionarla y conseguir todo lo que se propone. Es un secreto a voces en altos hombre del gobierno que ya ven hasta peligrosa esa metodología del hijo de Néstor. Hacerle la guerra a Tinelli sólo por una cuestión de billetera, no es aconsejable.
Dicen que el "voy por todo" de Máximo es un riesgo de alta gama cuando falta tan poco para las presidenciales. Hay otras operaciones del hijo de Néstor que preferimos no contar, pero eso de condicionar a su madre a que o le aprueba sus planes o le esconde a Néstor Iván, también le desagrada a su hermana Florencia, quien más cuida que su madre no tenga disgustos innecesarios de esos que producen el maldito stress para toda persona que haya pasado lo que le ocurrió a la jefe de Estado.
¿Parece un desatino pensar que Cristina puede ser condicionada por los caprichos de su hijo? Suena loco, pero no olvidar que antes de Presidente, es madre y abuela. La ambición y codicia desenfrenada es una patología más que un deseo de superación. Así son las cosas, suena loco o digno de las historias de faraones que el influyente número uno de la Argentina tenga apenas unos meses, y se llama Néstor Iván.