¿Qué clase de década será ésta?
* Por Mario Diament. Para quienes tuvimos el privilegio de ver nacer el nuevo milenio, pensar en términos de décadas puede parecer una nimiedad. Pero lo cierto es que las décadas han marcado la historia contemporánea con una distinción casi científica.
La primera década del Siglo XX se caracterizó por las profundas transformaciones científicas y políticas. Einstein publicó en 1905 su Teoría de la Relatividad, que modificó las nociones clásicas de tiempo y espacio y el mismo año, una revolución popular en Rusia limitó considerablemente las atribuciones del Zar, estableciendo una monarquía constitucional. Los hermanos Wright demostraron que era posible volar y los primeros automóviles se dejaron ver por las calles.
La segunda década estuvo marcada la I Guerra Mundial. Más de 60 millones de soldados fueron movilizados, 8 millones murieron, 7 millones quedaron discapacitados y 15 millones sufrieron heridas graves. La guerra cambió drásticamente el mapa europeo, terminó con el imperio otomano y marcó la emergencia de los EE.UU. como poder mundial. La misma década vio el establecimiento del primer gobierno comunista en Rusia, la irrupción del jazz y la aparición de una variedad de movimientos como el cubismo, el simbolismo que revolucionaron el mundo del arte.
Los años 20 fueron una clase en sí mismos. La primera posguerra disipó muchos de los tabúes morales que habían prevalecido, la economía se expandió y los vestidos se acortaron. Fueron los años del jazz, el tango, el cine mudo, la Ley Seca, los gangsters, las novelas de la Generación Perdida, Gardel en París y el Tratado de Versalles, que humilló a Alemania y creó las condiciones para la catástrofe de la década siguiente.
Las años 30 comenzaron bajo los efectos del derrumbe de la Bolsa de Wall Street, sobre el fin de la década anterior, cuando en un día (el 24 de octubre de 1929) el índice Dow Jones cayó un 12,8%. Fueron los años de consolidación de los movimientos fascistas en Europa y el stalinsimo en la Unión Soviética. Todo culminaría en la II Guerra Mundial. En la Argentina, marcó el fin de la continuidad institucional con el golpe militar que derrocó al presidente Hipólito Irigoyen, el 6 de septiembre de 1930.
La década del 40 ha sido, seguramente, la década más horrenda de la historia. Se estima que 60 millones de personas murieron durante la guerra, 20 millones de soldados y 40 millones de civiles. Los alemanes perpetraron el mayor crimen de la humanidad y los norteamericanos inauguraron la era atómica lanzando unas devastadoras bombas sobre Hiroshima y Nagasaki. La década incluyó la llegada al poder de de Juan Domingo Perón, el nacimiento del Estado de Israel y la independencia de la India, Pakistán y Vietnam.
Los 50 fueron los años de la reconstrucción europea, la Guerra Fría, el macartismo, la Revolución Cubana, la ejecución de los Rosenberg, el golpe de la CIA en Guatemala, el Cinemascope, Charlie Parker y el rock and roll.
En los 60, todo cambió. Aparecieron los hippies, los Beatles, el LSD, los derechos civiles, la demostraciones estudiantiles en Francia y Alemania, la invasión de Bahía de los Cochinos y la Revolución Cultural en China. John Kennedy llegó al poder y lo asesinaron, como lo hicieron con Martín Luther King y Robert Kennedy. El Che Guevara trató de llevar la revolución a Bolivia pero cayó y fue ejecutado en 1967. La CIA se mantuvo ocupada en América Latina y la Guerra de Vietnam habría de constituirse en la primera gran derrota militar de EE.UU. La década terminó con la asombrosa llegada del primer hombre a la Luna.
La del 70 fue la década negra de América del sur, con la imposición de regímenes brutales en la Argentina, Chile, Uruguay y Brasil. Israel volvió a guerrear con Egipto y Siria y los países árabes descubrieron el arma del petróleo. Los soviéticos se metieron en Afganistán con trágicas consecuencias y un movimiento internacional comenzó a preocuparse por el futuro del planeta.
Los años 80 fueron de espectacular opulencia en EE.UU. Un muchacho de 25 años llamado Steve Jobs inventó la primera computadora personal. Un grupo de chicos (los whiz kids) aprendió a operar la Bolsa y se hicieron fortunas de la noche a la mañana. Aparecieron los junk-bonds, los insiders, Donald Trump y Michael Milken. Tango Argentino conquistó Broadway, E.T. trató de volver a casa y Thriller de Michael Jackson vendió más de 100 millones de copias. Las dictaduras sudamericanas se derrumbaron y llegaron gobiernos democráticos. Mijail Gorbachov se convirtió el presidente de la Unión Soviética y la década se cerró con la caída del Muro de Berlín y del imperio soviético.
En los 90, la palabra "posmoderno" estaba en boca de todos. Nelson Mandela fue elegido presidente de Sudáfrica y los chinos empezaron su larga marcha hacia el capitalismo. La primera Guerra del Golfo fue transmitida por televisión, Alemania se unificacó e Itzjak Rabin y Yasser Arafat se dieron la mano en Camp David. Una chica llamada Mónica Lewinsky provocó el juicio político de Bill Clinton y el mundo se enteró en detalle de los posibles usos de un cigarro. Para entonces, la fiebre del 2000 se había apoderado de todos y el gran terror del fin del milenio fue el Y2K, un error de software cometido por los programadores, que podría causar que las computadoras no reconocieses la nueva centuria, creando un pandemónium informático.
La primera década del año 2000 estuvo marcada por el ataque terrorista a las torres del World Trade Center y al Pentágono y la invasión de EE.UU. a Afganistán e Irak. La década que se inció con George W. Bush y terminó con el mayor desastre económico que experimentó el mundo desde 1929 y el primer presidente negro de la historia norteamericana. También la del default argentino, el corralito y los cartoneros.
Cuando estamos a punto de clausurar el primer año de la segunda década del nuevo milenio, se hace más difícil que nunca predecir su naturaleza y los hechos que habrán de caracterizarla. Los tiempos se han acelerado y no por las razones que explicaba Einstein. Es posible que una década sea hoy un plazo demasiado largo para medir una tendencia y que, en adelante, se haga necesario empezar a hablar en términos de lustros o de trienios.
Tal vez por eso, las fórmulas tradicionales de expresar deseos por el nuevo año se han vuelto obsoletas, tanto como los beepers, el VCR, el Walkman y el correo postal. Quizás lo mejor sea utilizar emoticones y ver qué pasa.
Mario Diament Periodista y dramaturgo. Ex Director del Diario El Cronista