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¿Qué buscaron la oposición y el gobierno de Venezuela al medir sus fuerzas en la calle?

En el este de Caracas se agrupaba la oposición, vestida mayoritariamente de blanco. En el centro de la ciudad, con prendas rojas, los que apoyan al gobierno.

Es la sexta jornada de marchas en menos de tres semanas en Venezuela, pero oposición y gobierno en Venezuela prometen que las que están teniendo lugar miércoles serán diferentes.

"La madre de todas las marchas" y "la mayor expresión de protesta que este gobierno haya sentido desde que está en el poder", dicen desde la oposición.

Desde el gobierno se habla de "megamarcha" y de "la más gigantesca marea roja que se haya visto nunca".

Desde hace tres semanas, en Venezuela, un país fuertemente polarizado, se ha agravado la tensión política y este miércoles se ha escenificado la división.

El último detonante fue las sentencias del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) por las que pasaba a asumir los poderes de la Asamblea Nacional, el poder legislativo, ahora con mayoría opositora.

A ello se sumó la inhabilitación para desempeñar cargo público durante 15 años para el líder opositor Henrique Capriles por irregularidades administrativas en su función de gobernador del estado Miranda, algo que el doble candidato presidencial niega.

El resultado de ello ha sido que la oposición, que acusa al gobierno de haberse convertido en una "dictadura" y de haber dado un "autogolpe de Estado", haya revivido las protestas callejeras, que llevaban varios meses dormidas.

Las marchas de protesta han dejado varios centenares de detenidos, heridos, ataques a organismos públicos y hasta seis muertes.


Miles de personas en ambas concentraciones

Este miércoles, en el este de Caracas se agrupaba la oposición, vestida mayoritariamente de blanco.

En el centro de la ciudad, ataviados con prendas rojas, los que apoyan al gobierno y al presidente Nicolás Maduro.

Y en el medio, la policía, que se empleó con contundencia para disolver la protesta opositora.

Las autoridades confirmaron que un adolescente de 17 años murió en Caracas tras recibir "un disparo en la cabeza" en un incidente presuntamente ocurrido durante las protestas.

El objetivo de las marchas opositoras, de nuevo, era llegar a la sede de la Defensoría del Pueblo, lo que impidieron las fuerzas de seguridad.

"Creo que llegaremos a la victoria con esto (la protesta). Esta es la segunda independencia de Venezuela, hoy es el día, este es el día que estábamos esperando por mucho tiempo", dijo a la BBC Ana Gabriela Santilli en una protesta de la oposición.

Otro manifestante, Jesús Figueroa, aseguró: "Si como el gobierno dice, ellos fueran la mayoría y el pueblo realmente los quisiera en el poder, si fuera cierto y lo pudieran probar en las urnas, entonces perfecto, respetaríamos eso. Pero hasta que eso pase, necesitamos que luchar para implementar esos mecanismos".

En las columnas de simpatizantes del oficialismo, muchos trabajadores del Estado expresaban su apoyo al presidente Maduro.

"Estamos defendiendo a nuestra industria petrolera. Estamos defendiendo a nuestro país porque vemos, observamos, que esta oposición apátrida quiere que este país sea invadido", dijo a la BBC Ernesto Montenegro, un trabajador petrolero.

"Venimos aquí a manifestarnos y apoyar a nuestro comandante Maduro. Aquí cero americanismo. Nosotros, los petroleros estamos aquí con nuestro presidente Maduro", dijo su compañero Alexis Ferrara.

Las denuncias de excesos en la represión policial por parte de la oposición han sido respondidos por el Ejecutivo acusando a sus rivales de fomentar la violencia, de "terrorismo" y de querer preparar el terreno para una intervención extranjera.

Pero más allá de eso, esto es lo que se juegan los dos frentes.

La oposición

Las sentencias del TSJ despertaron el ánimo de la oposición, que ha recuperado impulso.

"A medida que han ido transcurriendo (las marchas), han sido más importantes en número de asistentes y en los resultados que la oposición exhibe", dice a BBC Mundo el politólogo John Magdaleno, que cree que el jueves es "un día importante".

Magdaleno cree que la situación económica y las sentencias del TSJ, que fueron parcialmente revertidas, auguran una masiva presencia de personas en la manifestación de la oposición, pero no se trata sólo de número.

"Tendría que ir más allá, comunicar que la movilización es capaz de atraer a los estratos bajos de la población. No es que no lo haya hecho, pero si eso se vuelve más visible, se ve que participan más activamente, que salen más del oeste de Caracas, es un mensaje importante", afirma Magdaleno.

Algunos sectores de la oposición buscan que la presión que se genere en la calle obligue a recapacitar al gobierno.

"No puedo garantizar una fecha, pero sí que estamos en la fase final", expresó en Twitter el diputado Freddy Guevara, uno de los líderes de la oposición y el que bautizó la manifestación de este jueves como "la mamá de todas las marchas".

La pasada semana se registraron protestas contra el gobierno en algunos barrios populares.

Sin embargo, Ángel Oropeza, coordinador político de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), la coalición que agrupa a la mayoría de los partidos de oposición, trató de rebajar las expectativas.

"No es la batalla final ni la ida a (el palacio presidencial) Miraflores. Mañana haremos la mayor manifestación de protesta contra el gobierno", dijo.

"Lo que le convendría al gobierno para descalificar a la oposición es que se produjera un enfrentamiento violento", afirma el analista Magdaleno. "Sectores extremistas de oposición podrían caer en ese error estratégico", advierte.

En contra de la opinión de sectores de la oposición, el politólogo cree que la presión de calle no bastará para provocar cambios en el gobierno.

"La calle no es suficiente para promover una transición en Venezuela", afirma Magdaleno.

Y cita otros siete "tableros" en los que jugar: la opinión pública nacional, los organismos multilaterales, la opinión pública internacional, el trabajo con gobiernos y parlamentos de otros países, la interlocución social con sectores del chavismo moderado, la interlocución con sectores sociales y finalmente, unas elecciones, meta final de la oposición.


El gobierno

El oficialismo replicó la convocatoria de marcha de la oposición con la suya propia en el centro de Caracas, donde no permite el paso de los opositores.

Y también compite con sus rivales en cuanto a las expectativas.

"La más gigantesca marea roja que se haya visto nunca", dijo el lunes el presidente, Nicolás Maduro, rodeado por miles de milicianos, civiles con los que cuenta en la defensa de la llamada revolución que inició Hugo Chávez en 1999 y que continuó Maduro desde 2013.

"Supondrá un nuevo reimpulso para la Revolución bolivariana", dijo en televisión Adán Chávez, ministro de Cultura y hermano de Hugo Chávez.

El oficialismo busca demostrar que continúa teniendo adeptos ante las encuestas que indican la escasa popularidad de Maduro, al que la pasada semana algunas personas lanzaron objetos e increparon en un acto público en San Félix, en el este del país.

En este momento de confrontación, el gobierno se presenta como la opción patriótica y pacífica frente a los violentos y los que buscan la injerencia y un golpe de Estado del "imperio norteamericano".

"Hay una campaña contra nuestra patria", dijo el lunes Diosdado Cabello, alto dirigente del partido oficialista PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela).

"Estamos rodilla en tierra, la milicia se queda aquí en Caracas", agregó, asumiendo una estrategia defensiva ante el supuesto intento de ataque.

Justamente la semana pasada se conmemoró el décimo quinto aniversario del golpe de Estado frustrado de 2002 contra Chávez, cuyo detonante fue también una masiva marcha de protesta.

Eso puede provocar el cierre de filas del oficialismo, siempre monolítico, pero que tras las sentencias del TSJ vio cómo la fiscal general, Luisa Ortega, criticaba las decisiones por considerarlas anticonstitucionales.

Para el analista Luis Vicente León, la estrategia ahora del gobierno es clara: "Unificar adentro la revolución para defenderse de un enemigo mayor que está en la calle".

Y a esa táctica contribuye una comunidad internacional cada vez más cercana a las reclamaciones de la oposición.

El lunes, los gobiernos de 11 países de América Latina emitieron un comunicado en el que reclamaban al gobierno de Venezuela el respeto al derecho a una protesta pacífica y que defina las fechas para unas elecciones.

El gobierno afirma que ganaría unos comicios y que revertiría la severa derrota de las legislativas de diciembre de 2015.

Sin embargo, aún no hay fecha para las elecciones de gobernadores, que deberían haber sido a final del año pasado, ni para las municipales, previstas para 2017.

Las presidenciales deberían ser a final de 2018.


(Fuente: BBC Mundo)