Publican manual de la “Boluda Total” con miles de datos inútiles
Coty Nosiglia, el personaje de Fabio Alberti, publicó el "Manual para la vida de la Boluda total", con "miles de datos inútiles" para "ser una mujer moderna y hacerte la vida más fácil".
En el marco de una fenómeno creciente que implica adaptar los éxitos televisivos al formato papel, Alberti –cuyo nombre no se menciona en todo el libro- se dio el gusto de publicar la “autobiografía no autorizada” de Coty Nosiglia, el personaje que lleva al extremo la sátira de algunas conductoras de tv, que el ex “Todo por dos pesos” creó en 1999 durante ese ciclo.
La tapa exhibe una foto de Coty con su pelo carré y un atuendo largo y suelto –acorde a su típica vestimenta conservadora- la cabeza de costado, como en gesto de ingenuidad, y la mano tocándose el mentón, en medio de florcitas y pajaritos en rosa que vuelan por la portada, y permiten adivinar lo que va a venir.
“Como el objetivo era transmitir mi experiencia de vida a los demás, lo primero que hice fue pensar en aquellos temas que más nos interesan a las mujeres de hoy. Me costó mucho, no tanto elegir los temas ísino pensar! La verdad es que no estoy muy acostumbrada”, se confiesa Coty en el prólogo de su libro, sobre dibujitos de inodoros.
En el capítulo cero, la autora cuenta: “Todos me preguntan por qué me dicen Coty; la realidad es que mamá quería ponerme Clotilde y en el apuro se olvidó la ‘L’. Así quedó Cotilde, por eso todos me dicen Coty. Menos mi papá, que siempre me llamó José. A mí me gusta Cotilde, aunque los más íntimos me dicen Boluda”.
El libro –editado por el sello Grijalbo- es sobrevolado por el mismo humor descabellado e irreverente que Fabio Alberti –también creador de Peperino Pómoro- desplegó en los 90 en su arribo a la televisión, con “De la cabeza” o “Cha cha cha”.
A tono con los simplones programas de televisión “pensados para la mujer”, pero también con las revistas que están destinadas al mismo género, Coty brinda consejitos o ‘tips’ que bordean el delirio. Para conocer al amor de tu vida (“anotáte en un curso de mecánica general”), para encontrar el estilo propio (“si tenés caderas anchas, vestite de bomba latina y hablá como Shakira”) o a conocer cuál es tu tipo de piel (“Piel blanca: para ellas, los pasteles son ideales, pero a no abusar porque engordan”).
Coty tiene consejos para todo: cuando habla de “automaquillaje”, aclara que no es pintarse en el auto o “para saber dónde ponerte el colorete no le preguntes a nadie, porque te pueden responder cualquier guarangada”, advierte.
Resultan hilarantes las fotos de la conductora que encarna Fabio Alberti, como en el capítulo dedicado a “cómo mantener al máximo la llama de la pasión”, que la muestra junto a una llama -el animal típico del norte argentino- o haciendo posturas de yoga (“agarralabaranda”) o con las mejores máscaras faciales, donde se la ve cubierta de ravioles o de tapitas de gaseosa.
El capítulo que Coty dedica a Jorge –esposo, productor y artífice de su carrera- incluye la letra de la canción “Segura y natural” que compuso al leer los envases de las toallitas femeninas y notar que su alma gemela tiene las mismas cualidades que los protectores diarios.
Luego de casarse, Coty cuenta que “ocupaba el tiempo en practicar recetas de revistas, tejer sweaters para todo el barrio, armar una huerta con un espantapájaros a control remoto y un jardín con caminitos de flores” y Jorge le dijo “si todas esas boludeces que hacés en casa las hicieras en la tele nos podríamos llenar de guita” y así nació su programa.
Boluda Total se anima a mostrar su agenda de eventos, donde anota “suspender clase de yenga” o “ver si apagué el horno” o “recordar a Jorge que se bañe”, junto a corazoncitos que rezan “Jorge te amo” o los dibujos de un Hello Kitty fumando.
En el libro no faltan los métodos de Coty para estar en forma como ‘Traé-bo’, “una disciplina de los antiguos uruguayos que consiste en llevar y traer cosas o el ‘Cañodance’: “la verdad es que todas podemos hacerlo. Como dice mi profe, ísólo hay que sacar a la perra afuera! Así que todas las que tengan una perra la atan afuera y listo”.
En el final, Coty recuerda que “cada boluda es un ser único, irrepetible e irremplazable. Ténganlo siempre presente, pero si se olvidan seguro no faltará el que se encargue de recordárnoslo”, concluye.
La tapa exhibe una foto de Coty con su pelo carré y un atuendo largo y suelto –acorde a su típica vestimenta conservadora- la cabeza de costado, como en gesto de ingenuidad, y la mano tocándose el mentón, en medio de florcitas y pajaritos en rosa que vuelan por la portada, y permiten adivinar lo que va a venir.
“Como el objetivo era transmitir mi experiencia de vida a los demás, lo primero que hice fue pensar en aquellos temas que más nos interesan a las mujeres de hoy. Me costó mucho, no tanto elegir los temas ísino pensar! La verdad es que no estoy muy acostumbrada”, se confiesa Coty en el prólogo de su libro, sobre dibujitos de inodoros.
En el capítulo cero, la autora cuenta: “Todos me preguntan por qué me dicen Coty; la realidad es que mamá quería ponerme Clotilde y en el apuro se olvidó la ‘L’. Así quedó Cotilde, por eso todos me dicen Coty. Menos mi papá, que siempre me llamó José. A mí me gusta Cotilde, aunque los más íntimos me dicen Boluda”.
El libro –editado por el sello Grijalbo- es sobrevolado por el mismo humor descabellado e irreverente que Fabio Alberti –también creador de Peperino Pómoro- desplegó en los 90 en su arribo a la televisión, con “De la cabeza” o “Cha cha cha”.
A tono con los simplones programas de televisión “pensados para la mujer”, pero también con las revistas que están destinadas al mismo género, Coty brinda consejitos o ‘tips’ que bordean el delirio. Para conocer al amor de tu vida (“anotáte en un curso de mecánica general”), para encontrar el estilo propio (“si tenés caderas anchas, vestite de bomba latina y hablá como Shakira”) o a conocer cuál es tu tipo de piel (“Piel blanca: para ellas, los pasteles son ideales, pero a no abusar porque engordan”).
Coty tiene consejos para todo: cuando habla de “automaquillaje”, aclara que no es pintarse en el auto o “para saber dónde ponerte el colorete no le preguntes a nadie, porque te pueden responder cualquier guarangada”, advierte.
Resultan hilarantes las fotos de la conductora que encarna Fabio Alberti, como en el capítulo dedicado a “cómo mantener al máximo la llama de la pasión”, que la muestra junto a una llama -el animal típico del norte argentino- o haciendo posturas de yoga (“agarralabaranda”) o con las mejores máscaras faciales, donde se la ve cubierta de ravioles o de tapitas de gaseosa.
El capítulo que Coty dedica a Jorge –esposo, productor y artífice de su carrera- incluye la letra de la canción “Segura y natural” que compuso al leer los envases de las toallitas femeninas y notar que su alma gemela tiene las mismas cualidades que los protectores diarios.
Luego de casarse, Coty cuenta que “ocupaba el tiempo en practicar recetas de revistas, tejer sweaters para todo el barrio, armar una huerta con un espantapájaros a control remoto y un jardín con caminitos de flores” y Jorge le dijo “si todas esas boludeces que hacés en casa las hicieras en la tele nos podríamos llenar de guita” y así nació su programa.
Boluda Total se anima a mostrar su agenda de eventos, donde anota “suspender clase de yenga” o “ver si apagué el horno” o “recordar a Jorge que se bañe”, junto a corazoncitos que rezan “Jorge te amo” o los dibujos de un Hello Kitty fumando.
En el libro no faltan los métodos de Coty para estar en forma como ‘Traé-bo’, “una disciplina de los antiguos uruguayos que consiste en llevar y traer cosas o el ‘Cañodance’: “la verdad es que todas podemos hacerlo. Como dice mi profe, ísólo hay que sacar a la perra afuera! Así que todas las que tengan una perra la atan afuera y listo”.
En el final, Coty recuerda que “cada boluda es un ser único, irrepetible e irremplazable. Ténganlo siempre presente, pero si se olvidan seguro no faltará el que se encargue de recordárnoslo”, concluye.