Procesan a Luciano Garbellano
El empresario artístico y productor teatro fue procesado por el delito de "amenazas coactivas" hacia su ex pareja a raíz en el marco de una disputa por la tenencia de un automóvil.
Fuentes judiciales informaron que la medida la dictó la sala VI de la Cámara del Crimen la cual procesó a Garbellano por las amenazas dirigidas, por medio a de la periodista Claudia Segura, a su ex pareja Rosana Dib. "Puta, perra, prostituta, boca de pescado, vos que sos tan amiga de Rosana, quiero darte un mensaje para esa, decile a esa que pare y desista con el juicio que está haciendo, de lo contrario ella sabe cuál es mi manera de operar y esta vuelta no voy por ella sino por su hijo Martín y por su Madre", le habría dicho Garbellano a Segura en mayo del año pasado.
"Cuando Segura le preguntó si la estaba amenazando, Garbellano respondió ‘sí, es una amenaza, ella me conoce muy bien y sabe de lo que estoy hablando y cómo opero", da cuenta en su resolución el Tribunal al procesar al empresario.
En primera instancia, el juez Fernando Caunedo sobreseyó a Garbellano pero los camaristas Ricardo Pinto, Mario Filozof y Marcelo Lucini revocaron esa medida y procesaron al empresario teatral.
Para el Tribunal, las amenazas "harían estado dirigidas a obligar a Dib a hacer algo en contra de su voluntad, más precisamente a que desistiera de la acción comercial para recuperar el dominio de un vehículo que el imputado habría anotado a nombre de una de sus empresas".
Así Garbellano fue procesado por amenazas, un delito que prevé penas de hasta cuatro años de prisión, y se le trabó un embargo de 6 mil pesos.
"Cuando Segura le preguntó si la estaba amenazando, Garbellano respondió ‘sí, es una amenaza, ella me conoce muy bien y sabe de lo que estoy hablando y cómo opero", da cuenta en su resolución el Tribunal al procesar al empresario.
En primera instancia, el juez Fernando Caunedo sobreseyó a Garbellano pero los camaristas Ricardo Pinto, Mario Filozof y Marcelo Lucini revocaron esa medida y procesaron al empresario teatral.
Para el Tribunal, las amenazas "harían estado dirigidas a obligar a Dib a hacer algo en contra de su voluntad, más precisamente a que desistiera de la acción comercial para recuperar el dominio de un vehículo que el imputado habría anotado a nombre de una de sus empresas".
Así Garbellano fue procesado por amenazas, un delito que prevé penas de hasta cuatro años de prisión, y se le trabó un embargo de 6 mil pesos.