Procesan a custodios de boliche acusados por lesiones y amenazas
El hecho tuvo lugar en el boliche porteño "Esperanto" el 8 de agosto de 2009, entre las 4 y 4:30 de la madrugada, cuando –según lo determinado por la Justicia- los imputados agredieron a tres clientes.
La Cámara del Crimen porteña confirmó el procesamiento por "lesiones y amenazas coactivas" a dos custodios privados de una discoteca, acusados de agredir a concurrentes a ese boliche por un tema de "celos".
Así lo dispuso la Sala IV del Tribunal, al confirmar lo resuelto en primera instancia por el juez subrogante Pablo Ormaechea.
El hecho tuvo lugar en el boliche porteño "Esperanto" el 8 de agosto de 2009, entre las 4 y 4:30 de la madrugada, cuando –según lo determinado por la Justicia- "se encontraban los clientes Esteban Panossian, Sebastián Lionel Aguirre, Martín Damián Ojeda, Matías Alberto Abraham, Gastón Abraham, Belén María González y María Laura Herrera", y uno de los imputados habría "agredido a las tres personas mencionadas en primer término".
Todo se desencadenó "luego de ser recriminado por éstos debido a su intento de tomar del brazo a una de las integrantes del grupo".
"Como consecuencia de la gresca, intervinieron al menos cinco personas del área de seguridad del local, entre quienes se encontraba el otro de los acusados".
Los custodios, de acuerdo con lo indicado por los jueces, "se involucraron en la pelea y procedieron, mediante golpes, a conducir a todo el grupo de amigos hacia la puerta del local a fin de expulsarlos".
Cuando Panossian estaba saliendo del lugar, uno de los acusados "le habría aplicado dos golpes desde atrás, provocando que el damnificado cayera al piso y quedara en estado de inconsciencia por el lapso aproximado de quince minutos".
"Concluido el violento episodio, habría referido a los concurrentes: ‘no vuelvan más por acá porque los vamos a matar a todos’", reconstruyeron los jueces Alberto Seijas y Carlos González en el fallo.
Los camaristas confirmaron el procesamiento de uno de los custodios por "lesiones leves" y en el caso del otro por "lesiones leves, graves y amenazas coactivas".
Aclararon que si bien uno de los involucrados "negó trabajar en el lugar y haber estado presente el día de los hechos, la totalidad de los elementos reseñados precedentemente señalan lo contrario y nos convencen con el grado requerido para esta etapa, para descartar su versión exculpatoria".