Primicia: que en paz descanse
La propagación de las redes sociales, el Twitter y la simultaneidad de medios, radios, canales de noticias y panelistas virtuales mataron a aquella fórmula de guardar un dato. El resto es ego.
Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich
Por Adrián Pallares
@adrianpalla
Asistimos en este sencillo pero sentido acto a la muerte de la primicia. Esperamos que descanse en paz y Dios la lleve al cielo. Asistiremos a sus funerales con el celular en mano para twittear el momento en que la dejen bajo tierra. La parte negadora de la familia dirá que no murió, que está viva, que es mentira. Otros tardarán en reconocerlo y finalmente nos adaptaremos a una idea y seguiremos tan campantes anunciando que tenemos una para dejarla viva en la intención.
Ustedes seguirán viendo en esta página la palabra "Primicia" en la presentación de nuestras notas; pero claramente la primicia se terminó. Eran otras épocas cuando un diario guardaba una, sin riesgos de que un twittero la anticipara media hora antes. Twitter no es periodismo; nadie puede hacer periodismo en 140 caracteres. Pero alcanza con escribirlo ahí para después adjudicársela.
No deja de ser un ego trip de cien tipos mirándose el ombligo; adjudicándose unos a otros quién lo dijo primero. No imaginamos a nadie en la mesa familar debatiendo si la primicia fue de éste o de aquel. Es el orgullo de haberlo dicho primero y el odio que alguien lo diga por vos.
Pero con el avance de las redes sociales, los canales de noticias, el aire simultáneo de radio y televisión, y la propagación de panelistas virtuales; cualquiera saca una foto y te la pasa, te avisa que vio a quien con quien en Cabildo y Juramento, y la primicia sale a la luz.
Una vez que alguien la publica, alguien se suma, otro la dice; todo con diferencia de segundos o minutos; la gente las ve en un lugar y no en otro, y para entonces ya no se acuerda dónde fue que lo dijeron. Con suerte se cita la fuente y eso calma el ego de quién la dijo. Mañana nadie lo recordará. Seguimos creyendo que cala más hondo en el público cómo se la cuenta que la noticia en sí. La gente compra lo que quiere, y si fuera por lo nuevo o viejo de la noticia, ya nadie compraría los diarios; que aunque ya no venden como antes, siguen siendo leídos por miles de personas.
Lo que queremos decir es que la palabra "primicia" como tal es un pase de facturas interno entre la prensa, pero nadie eligie masivamente a un medio porque lo haya dicho en Twitter o contado antes, si no tiene estilo, buena leche o una manera moderna de decir las cosas. QEPD.
@rodrigolussich
Por Adrián Pallares
@adrianpalla
Asistimos en este sencillo pero sentido acto a la muerte de la primicia. Esperamos que descanse en paz y Dios la lleve al cielo. Asistiremos a sus funerales con el celular en mano para twittear el momento en que la dejen bajo tierra. La parte negadora de la familia dirá que no murió, que está viva, que es mentira. Otros tardarán en reconocerlo y finalmente nos adaptaremos a una idea y seguiremos tan campantes anunciando que tenemos una para dejarla viva en la intención.
Ustedes seguirán viendo en esta página la palabra "Primicia" en la presentación de nuestras notas; pero claramente la primicia se terminó. Eran otras épocas cuando un diario guardaba una, sin riesgos de que un twittero la anticipara media hora antes. Twitter no es periodismo; nadie puede hacer periodismo en 140 caracteres. Pero alcanza con escribirlo ahí para después adjudicársela.
No deja de ser un ego trip de cien tipos mirándose el ombligo; adjudicándose unos a otros quién lo dijo primero. No imaginamos a nadie en la mesa familar debatiendo si la primicia fue de éste o de aquel. Es el orgullo de haberlo dicho primero y el odio que alguien lo diga por vos.
Pero con el avance de las redes sociales, los canales de noticias, el aire simultáneo de radio y televisión, y la propagación de panelistas virtuales; cualquiera saca una foto y te la pasa, te avisa que vio a quien con quien en Cabildo y Juramento, y la primicia sale a la luz.
Una vez que alguien la publica, alguien se suma, otro la dice; todo con diferencia de segundos o minutos; la gente las ve en un lugar y no en otro, y para entonces ya no se acuerda dónde fue que lo dijeron. Con suerte se cita la fuente y eso calma el ego de quién la dijo. Mañana nadie lo recordará. Seguimos creyendo que cala más hondo en el público cómo se la cuenta que la noticia en sí. La gente compra lo que quiere, y si fuera por lo nuevo o viejo de la noticia, ya nadie compraría los diarios; que aunque ya no venden como antes, siguen siendo leídos por miles de personas.
Lo que queremos decir es que la palabra "primicia" como tal es un pase de facturas interno entre la prensa, pero nadie eligie masivamente a un medio porque lo haya dicho en Twitter o contado antes, si no tiene estilo, buena leche o una manera moderna de decir las cosas. QEPD.