Primero confesó por Whatsapp y ahora ante la justicia: "Me escupió, me sacó y le estiré la bufanda al cuello"
Se trata de la taiwanesa que asesinó a su suegra, la metió en una valija y la enterró en el jardín. Fue detenida porque le había contado todo a un amigo por Whatsapp. Ahora, la confesión completa que le dio a la Justicia.
La taiwanesa que en noviembre fue detenida en Munro porque reveló por Whatsapp que había asesinado a su suegra y tenía el cadáver dentro de una valija, ahora también confesó ante la Justicia.
Se trata de Yi Ling Cheng (39), quien seguirá detenida luego de que a pedido del fiscal de Vicente López a cargo de la causa, Gastón Larramendi, el juez de Garantías de San Isidro Ricardo Costa le dictara la prisión preventiva por el "homicidio simple" de su suegra, Yueh Ou Liu (64).
Distinta es la situación de su marido -y a su vez hijo de la víctima-, Son Wei Tsai (41), alias Andrés, quien también fue detenido por el caso y fue acusado como cómplice por el fiscal, pero por decisión del juez, fue liberado por falta de mérito.
La víctima fue asesinada el 4 de noviembre, pero estuvo desaparecida ocho días hasta que el 12 de ese mes el primer fiscal que investigó el caso, Marcelo Fuenzalida, halló su cadáver dentro de una valija en la casa de su hijo en la localidad de Munro, partido de Vicente López, donde además el cuerpo había estado sepultado en un cantero con tierra removida.
borradaLa justicia llegó a la casa de la calle Dorrego 4240 porque la nuera -quien se hacía llamar Iris-, le pidió ayuda a un fletero amigo para deshacerse del cuerpo y le confesó el crimen a través de mensajes de Whatsapp .
Ahora, JusticiaCero tuvo acceso al relato de la confesión completa que Iris hizo ante al fiscal Larramendi.
La mujer señaló todo sucedió el lunes 4 de noviembre cuando los chicos estaban en un cumpleaños y, al llegar a su casa, se encontró con su suegra a pesar de que ella le había avisado que quería un descanso de las clases de idioma chino que la anciana les daba a los nietos.
Declaró que Ana estaba dentro de la casa "porque tenía llaves" y la vio "revisando y mirando qué comida tenía, qué había comprado".
"Ella era muy miserable... Me dijo que yo no tenía derecho a estar en la casa si no estaban los chicos y yo le decía que tampoco la quería en casa si mi marido no estaba", relató.
"Empezó a decir que por qué no me moría yo con mi marido para que ella se quedara con la custodia de los chicos", agregó la acusada en su indagatoria.
Iris contó que en el medio de la discusión cara a cara y como su suegra tartamudeaba y ella es sorda de un oído, le gritó un "¡¿qué?!" para que la mujer le repitiera qué le estaba diciendo y allí se produjo el desenlace.
"Me escupió y me sacó. Me tiró con algo que creo que era té, y me mojó atrás. Y yo agarré, me di vuelta, y ahí me sacó, y me abalance y le estire la bufanda en el cuello", relató Iris para contarle al fiscal cómo inició el estrangulamiento.
"Era la bufanda que tenía ella, la quise zamarrear", dijo la acusada para luego agregar: "No sé qué me pasó, y cuando me di cuenta ya estaba. Ella quedó tirada en el piso, yo me quedé ahí, me sentí muy mal, y no podía creer lo que había hecho".
Por último, señaló: "Sentí como que quedé liberada. Sentí un alivio, no sé... Sufrí mucho por culpa de ella. Después ni me acuerdo qué hice. No tuve intenciones de matarla".
La última frase de la indagatoria, cuaja a la perfección con la estrategia de la defensa que intentará probar que la taiwanesa cometió un homicidio pero en "estado de emoción violenta", figura que prevé una pena atenuada.