Primarias, obligatorias y ¿decorativas?
*Por Gabriel Profiti. La habilitación de listas de adhesión en las elecciones nacional y bonaerense propinó un golpe al corazón del sistema de Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), un instrumento que ya arrastraba problemas para cautivar a la dirigencia argentina en su experiencia inaugural.
El permiso para que haya múltiples ofertas bajo un mismo candidato en la elección general del 23 de octubre desvirtúa su razón de ser y lo aleja de las experiencias que lo inspiraron: los sistemas electorales de Uruguay y la provincia de Santa Fe.
"Se eliminan las listas colectoras o espejos", recogen todos los resúmenes de la sesión del 3 de diciembre de 2009, cuando el Senado sancionó la Ley Nº 26.571 de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral.
Eso era técnicamente cierto. Las denominadas listas espejo -cuando dos fuerzas llevan un candidato como hicieron Acción por la República y el PJ con Carlos Ruckauf en las elecciones a gobernador bonaerense de 1999- quedaron de lado. Las colectoras, que multiplican la oferta dentro de un partido político, también.
Pero precisamente uno de los objetivos declarados de la reforma política ideada por Néstor Kirchner era fortalecer a los partidos políticos para que construyeran alineamientos dentro de las mismas fuerzas por sobre los personalismos.
Yendo de lo abstracto a lo concreto Kirchner quería que todo el PJ formara parte de la primaria y luego se encolumnara detrás de su candidatura, confiado en que sería el ganador.
Este rasgo aglutinante tiene el sistema político de primarias en Uruguay, que fue tomado como ejemplo para esta ley, pero que en la Argentina queda amenazado con la modalidad de adhesiones.
En cambio, los nuevos acuerdos de adhesión permiten que un postulante se nutra de distintas fuerzas como en el caso de la virtual candidata presidencial Cristina Kirchner que irá acompañada por los postulantes a la Gobernación Daniel Scioli (Frente para la Victoria) y Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro).
Pero también alienta la dispersión partidaria. De hecho, el intendente de Tigre, Sergio Massa, un exponente del PJ podría conformar una tercera lista de adhesión con un sello distinto y competir directo en octubre. Otras fuerzas políticas, como la UCR, también podrían dividir sus propuestas.
SIN RIVALES
Si se analiza el escenario político nacional y bonaerense, por el momento no hay una sola contienda entablada para el 14 de agosto, fecha prevista para las primarias.
Por lo tanto, se corre el riesgo de generar ese día una impresionante movilización popular obligatoria para convalidar candidaturas sin rival, que solo servirían para demostrar cuál de los frentes en disputa movilizó más electores.
Hasta el momento, los únicos anotados para la primaria entre los candidatos presidenciales son Ernesto Sanz, quien debería competir con el candidato "oficial" de la UCR Ricardo Alfonsín en la interna del Frente Progresista y Felipe Solá, inscripto en la del Peronismo Federal con el ganador de la contienda previa entre Alberto Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde.
En ambos casos, sus participaciones no están asegurada, en el marco de las pre-internas que pergeñaron esos espacios y que quedaron frustradas o desdibujadas.
En las filas radicales corre cada vez más fuerte la versión de que el mendocino se bajará de la elección por falta de apoyo partidario. Solá, que acaba de fundar un partido, MEJOR, tampoco aseguró en alguna interna el 14 de agosto.
Otros que no tienen rivales para esa primaria son Elisa Carrió (Coalición Cívica) y Fernando "Pino" Solanas (Proyecto Sur y cada vez más decidido a competir en la Capital Federal). Y mucho menos Cristina Kirchner, candidata única y sin plan B del oficialismo para los próximos cuatro años.
Lo único que mantiene la expectativa para el 14 de agosto para las categorías más importantes de la elección es la propuesta de Eduardo Duhalde de convertirlas en una gran final opositora que consagre al "campeón" antikirchnerista. El 15 de junio, fecha tope para la presentación de alianzas o confederaciones, el panorama quedará más claro.
"Falta una cultura normativa un poco más rígida y que no se adapte a las necesidades circunstanciales de los partidos. Las normas se terminan volviendo un adorno porque la práctica va en un sentido distinto", opinó al respecto Hernan Charosky, director ejecutivo de la organización Poder Ciudadano.
ANTECEDENTES
El proyecto fue inspirado en las internas de Santa Fe, donde fueron instauradas para terminar con el doble voto simultáneo y acumulativo conocido como "ley de lemas".
Pues bien, las listas adherentes son una variante de aquellos lemas, que permitían a un mismo partido presentar muchos candidatos cuyos votos se sumaban y favorecían al más votado.
Ahora, no se acumulan esos sufragios de diferentes candidatos, pero si suman para la categoría superior.
Si bien la modificación en Santa Fe entró en vigencia en las legislativas de 2005, en esa oportunidad todos los partidos presentaron listas de unidad. La prueba de fuego se dio en 2007, cuando el socialista Hermes Binner fue consagrado como primer gobernador socialista de la Argentina.
Una ley nacional de primarias similar había sido sancionada en 2002, al calor del "que se vayan todos", pero fue suspendida para las elecciones de 2003, parcialmente aplicada en 2005 -no eran obligatorias como las actuales y derogada en 2006.