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Posibles tensiones en una relación que recién se inicia

* Por MARIANO Pérez de Eulate. Hay un lamento generalizado en el universo pejotista sobre el resultado que le deparó al partido que preside Hugo Moyano la negociación global con la Casa Rosada.

"No tengo nada en contra tuyo, pero buscaba alguien con otro perfil". Dicen que esa fue, palabras más o menos, la explicación oficial que le dio Daniel Scioli a Gabriel Mariotto, su compañero de fórmula en la Provincia, cuando por fin estuvieron a solas. A esa altura, unas horas después de que la Presidenta designara al lomense, ya había trascendido que el Gobernador tenía otros candidatos para que lo acompañaran en el binomio provincial. Esa relación, que habrá que seguir especialmente, parece destinada a transitar por carriles singulares.

Los asesores del gobernador trabajan por estas horas en el esquema de afiches y demás instrumentos comunicacionales de la campaña electoral. Scioli y el Gobierno nacional comparten a uno de los publicistas que ya trabaja de cara a octubre. Dentro de poco, se verán glamorosas gigantografías con los dos candidatos sonriendo, cual amigos del alma.

Con o sin actuación para la foto, análisis que se escuchan en el gabinete sciolista siguen remarcando el impacto hacia adentro del peronismo bonaerense que tuvo la llegada de Mariotto a la fórmula. Se suma a cierto lamento generalizado en el universo pejotista sobre el resultado que le deparó al partido que preside Hugo Moyano la negociación global con la Casa Rosada. Concretamente, se factura a los operadores de Scioli -básicamente el ministro Alberto Pérez- la "poca firmeza" a la hora de defender los esquemas de armados de las listas de candidatos distritales previamente conversados frente a la voracidad de la Casa Rosada.

En términos generales, el justicialismo provincial, encarnado en la corporación de intendentes y caciquejos, se veía venir la embestida del cristinismo duro. Pero debieron resignarse a delegar en el sciolismo el resguardo de sus intereses. Simple: la Rosada no los contó nunca como interlocutores válidos a la hora de definir porotos.

Y pasó lo que, a esta altura, ya es historia bastante contada: Scioli se sentó en una mesa donde poco pudo decidir porque venía todo medio cocinado desde antes. Les pasó a casi todos los gobernadores.

En la mayoría de las secciones electorales, hoy por hoy, se rumía cierto malestar. El sciolismo puro sí logró mechar representantes propios en las listas del interior provincial, en busca de que la próxima Legislatura tenga actores afines a lo que será, en caso de triunfo, un segundo mandato de Scioli. Punto a favor de Pérez, en el análisis que hace el círculo más cercano al gobernador. Pero muchos de aquellos lugares que los jefes peronistas creían ganados para sí por la fidelidad mostrada al "proyecto nacional", terminaron ocupados por representantes de la juvenil agrupación La Cámpora.

Se olfatea allí una sociedad a la que la Scioli, al menos, deberá prestarle atención en caso de repetir en la gobernación: Mariotto como vicegobernador y La Cámpora con lugares en la Legislatura.

REGLAS DE CONVIVENCIA

Puede vaticinarse que el llamado "estilo Scioli" (cero pelea, búsqueda de consenso, poco choque) intentará avanzar en ciertas reglas de convivencia con los llamados "camporistas", quienes acaso vean en Mariotto un aliado más natural.

Según fuentes de La Cámpora, en mesas de análisis políticos propias donde suele fluir la adrenalina más de lo debido, se habla de planes conjuntos para expandir la influencia del sector hacia sillones del Poder Ejecutivo. Un dato: José Ottavis, líder bonaerense de la agrupación, habría dado la orden de que todos los que resulten electos para la Legislatura deberán mudarse a La Plata. Nada de venir tres veces por semana, como suelen hacer los representantes del interior provincial. Una forma sutil de seguir de cerca a la administración sciolista, explican con sigilo.

Tiempo al tiempo: primero deben ganar el comicio del 23 de octubre, un test para el que el Gobernador y Cristina Kirchner aparecen bien posicionados en las encuestas que se conocen.

El clima triunfal de La Cámpora, esa tendencia a dar todo por sentado con tanta antelación, puede ser contraproducente. Viejos zorros de la política legislativa consultados por este diario aseguraron que, de una u otra forma, los jóvenes no podrán evitar ciertas reglas no escritas para recién llegados. "El derecho de piso", dirá la fuente.