Por qué Nicolás Pachelo es el nuevo sospechoso de matar a María Marta García Belsunce
La fiscal María Inés Domínguez reveló a cómo se tomaron más de 30 testimonios que devolvieron al vecino de la socióloga al ojo de la tormenta casi 15 años después.
Nicolás Pachelo está de vuelta en el ojo de la tormenta.
El próximo 17 de octubre, Pachelo, con 41 años de edad, deberá comparecer en la Justicia para responder por la acusación que lo rozó durante 15 años sin siquiera tocarlo: ser el asesino de su ex vecina en el country Carmel de Pilar, la socióloga María Marta García Belsunce, muerta el 27 de octubre de 2002 de seis tiros en la cabeza, semisumergida en una bañera. Jamás fue imputado por el investigador original del caso, el fiscal Diego Molina Pico, que lo había citado como testigo en lo que fue una de las mayores controversias del caso. Pachelo presentó dos planteos para no declarar en el juicio a cargo del Tribunal Oral Criminal N° 6 de San Isidro que condenó en 2007 al viudo de García Belsunce, Carlos Carrascosa.
Hoy, los fiscales María Inés Dominguez y Andrés Quintana, designados a fin del año pasado para revisar el crimen del country, pidieron la declaración indagatoria de Pachelo y de su mujer, Inés Dávalos. La imputación en contra del ex vecino de García Belsunce: "Robo agravado por el uso de armas en concurso real con homicidio criminis causa, también agravado por el uso de armas", asegura la fiscal Domínguez a Infobae, es decir, robar y matar para tapar el robo. "Hay motivos suficientes para sospechar. Estaba en el lugar preciso a minutos de la muerte, se cree que había robado antes en la zona", apunta Domínguez. El pedido de indagatoria no es el final del camino, por otra parte, apenas un punto de giro. La fiscal lanza: "Esto recién empieza".
Desde la designación del nuevo equipo de fiscales, en el cual participó el fiscal Leonardo Loiterstein, que investigó el suicidio del empresario Martín Blaquier, "se tomaron más de 30 testimonios, por ejemplo, muchos socios del Carmel que no habían sido citados y muchos otros que ya habían declarado" como Nora Taylor y Sergio Binello "pero que no se les preguntó específicamente y en profundidad".
No hay, por lo pronto, ninguna evidencia física, surgida de una pericia forense: las testimoniales son lo que impulsa la nueva imputación y el pedido de indagatoria. En la pesquisa de los fiscales Domínguez y Quintana no declararon miembros del círculo familiar de García Belsunce, como sus medios hermanos en la familia Hurtig.
Carlos Carrascosa fue condenado y absuelto a fines de 2016 por la Cámara de Casación bonaerense, cuando cumplía prisión domiciliaria con una tobillera electrónica. "Su testimonio sirve, interesa", dice la fiscal Dominguez, "pero por lo pronto no podemos citarlo". La respuesta es simple: la absolución de Carrascosa todavía no está firme, con una apelación presentada que queda por resolverse, lo que lo imposibilita al viudo para sentarse como testigo.
¿Qué robó Pachelo, de acuerdo a los cálculos de la Justicia? "Una caja de seguridad que pertenecía a la asociación benéfica Damas del Pilar, de la cual era parte María Marta, que contenía efectivo, tres chequeras y las llaves de la caja de seguridad de un banco. Desapareció el día de la muerte, no hay ningún rastro de la caja. La caja era para organizar un evento a beneficio, María Marta se encargaba de la tesorería", dice la fiscal Domínguez: "Hay motivos para sospechar que Pachelo sabía de esta caja". Si es que efectivamente Pachelo le robó a García Belsunce y luego la mató, entonces le robó y la mató por nada: había poco más de mil pesos en aquella caja.
Pachelo, uno de los nombres más calientes en las crónicas policiales de la década pasada, no se perdió en el tiempo en estos últimos 15 años, al menos, no completamente. En diciembre de 2015, la división Drogas Peligrosas de la Policía Federal lo encontró en una situación incómoda al amanecer, cuando irrumpieron en una fiesta electrónica en una quinta de General Rodríguez comandada por el fisicoculturista Javier Florio, la llamada Florio Fest, un operativo bajo las órdenes del juez Salas de Morón: los policías lo vieron junto a un gazebo frente a la pileta del lugar, descartando un paquete de pastillas de éxtasis mientras huía.
Pachelo fue excarcelado poco después, pero no sobreseído: la causa fue elevada a juicio oral y público, con el ex vecino del Carmel imputado por venta de estupefacientes. Una búsqueda de su nombre completo en Google revela una racha de suerte en torneos de póker online a fines del año pasado, con ganancias de más de 200 mil pesos. Continúa viviendo en la casa de su madre, que cometió suicidio: se arrojó de un undécimo piso en mayo de 2003.
El próximo 17 de octubre, Pachelo, con 41 años de edad, deberá comparecer en la Justicia para responder por la acusación que lo rozó durante 15 años sin siquiera tocarlo: ser el asesino de su ex vecina en el country Carmel de Pilar, la socióloga María Marta García Belsunce, muerta el 27 de octubre de 2002 de seis tiros en la cabeza, semisumergida en una bañera. Jamás fue imputado por el investigador original del caso, el fiscal Diego Molina Pico, que lo había citado como testigo en lo que fue una de las mayores controversias del caso. Pachelo presentó dos planteos para no declarar en el juicio a cargo del Tribunal Oral Criminal N° 6 de San Isidro que condenó en 2007 al viudo de García Belsunce, Carlos Carrascosa.
Hoy, los fiscales María Inés Dominguez y Andrés Quintana, designados a fin del año pasado para revisar el crimen del country, pidieron la declaración indagatoria de Pachelo y de su mujer, Inés Dávalos. La imputación en contra del ex vecino de García Belsunce: "Robo agravado por el uso de armas en concurso real con homicidio criminis causa, también agravado por el uso de armas", asegura la fiscal Domínguez a Infobae, es decir, robar y matar para tapar el robo. "Hay motivos suficientes para sospechar. Estaba en el lugar preciso a minutos de la muerte, se cree que había robado antes en la zona", apunta Domínguez. El pedido de indagatoria no es el final del camino, por otra parte, apenas un punto de giro. La fiscal lanza: "Esto recién empieza".
Desde la designación del nuevo equipo de fiscales, en el cual participó el fiscal Leonardo Loiterstein, que investigó el suicidio del empresario Martín Blaquier, "se tomaron más de 30 testimonios, por ejemplo, muchos socios del Carmel que no habían sido citados y muchos otros que ya habían declarado" como Nora Taylor y Sergio Binello "pero que no se les preguntó específicamente y en profundidad".
No hay, por lo pronto, ninguna evidencia física, surgida de una pericia forense: las testimoniales son lo que impulsa la nueva imputación y el pedido de indagatoria. En la pesquisa de los fiscales Domínguez y Quintana no declararon miembros del círculo familiar de García Belsunce, como sus medios hermanos en la familia Hurtig.
Carlos Carrascosa fue condenado y absuelto a fines de 2016 por la Cámara de Casación bonaerense, cuando cumplía prisión domiciliaria con una tobillera electrónica. "Su testimonio sirve, interesa", dice la fiscal Dominguez, "pero por lo pronto no podemos citarlo". La respuesta es simple: la absolución de Carrascosa todavía no está firme, con una apelación presentada que queda por resolverse, lo que lo imposibilita al viudo para sentarse como testigo.
¿Qué robó Pachelo, de acuerdo a los cálculos de la Justicia? "Una caja de seguridad que pertenecía a la asociación benéfica Damas del Pilar, de la cual era parte María Marta, que contenía efectivo, tres chequeras y las llaves de la caja de seguridad de un banco. Desapareció el día de la muerte, no hay ningún rastro de la caja. La caja era para organizar un evento a beneficio, María Marta se encargaba de la tesorería", dice la fiscal Domínguez: "Hay motivos para sospechar que Pachelo sabía de esta caja". Si es que efectivamente Pachelo le robó a García Belsunce y luego la mató, entonces le robó y la mató por nada: había poco más de mil pesos en aquella caja.
Pachelo, uno de los nombres más calientes en las crónicas policiales de la década pasada, no se perdió en el tiempo en estos últimos 15 años, al menos, no completamente. En diciembre de 2015, la división Drogas Peligrosas de la Policía Federal lo encontró en una situación incómoda al amanecer, cuando irrumpieron en una fiesta electrónica en una quinta de General Rodríguez comandada por el fisicoculturista Javier Florio, la llamada Florio Fest, un operativo bajo las órdenes del juez Salas de Morón: los policías lo vieron junto a un gazebo frente a la pileta del lugar, descartando un paquete de pastillas de éxtasis mientras huía.
Pachelo fue excarcelado poco después, pero no sobreseído: la causa fue elevada a juicio oral y público, con el ex vecino del Carmel imputado por venta de estupefacientes. Una búsqueda de su nombre completo en Google revela una racha de suerte en torneos de póker online a fines del año pasado, con ganancias de más de 200 mil pesos. Continúa viviendo en la casa de su madre, que cometió suicidio: se arrojó de un undécimo piso en mayo de 2003.