Por primera vez en el mundo, da a luz mujer sometida a trasplante cardíaco
Una argentina de 39 años, sometida hace 13 años a un trasplante cardíaco, dio a luz mediante técnicas de reproducción asistida de alta complejidad y "un estricto protocolo de tratamiento".
Por primera vez en el mundo, una mujer argentina sometida hace 13 años a un trasplante cardíaco dio a luz mediante técnicas de reproducción asistida de alta complejidad.El procedimiento fue llevado a cambo por un equipo multidisciplinario de especialistas argentinos, informó el diario La Nación.
La mujer, Juliana Finondo, de 39 años, recibió un trasplante cardíaco hace 13 años y fue sometida a "un estricto protocolo de tratamiento" para dar a luz. "La tengo a upa, en brazos y me derrito", dijo la mujer, quien dio a luz a Emilia el jueves pasado en la maternidad del hospital privado Cemic, de Buenos Aires.
Según los médicos que llevaron a cabo el procedimiento, no hay descripción en la literatura médica de otro nacimiento por fertilización asistida de una mujer trasplantada en el mundo. La beba pesó al nacer 2,580 kilos a través de una cesárea para evitar riesgos. La historia de Finodo comenzó en 1999 cuando recibió un corazón trasplantado a los 26 años de edad. La intervención, según los médicos, le quitó un 75 por ciento de probabilidades de ser madre.
Pero sus deseos de tener hijos fueron más allá de las posibilidades y se empeñó en lograrlo.Con la ayuda de un grupo de especialistas, el jueves pasado cumplió su sueño. El lunes "fuimos al primer control y dejó de bajar de peso. Ya está en 2.435 gramos", dijo Finondo, junto a su esposo, Gerardo Tuya. Y agregó: "toma la mamadera, porque no le puedo dar la teta y ¡es de lo más glotona!", sostuvo.
La mujer no puede amamantar a su hija para evitar traspasarle, a través de la leche materna, los 10 medicamentos diarios que debe tomar desde el trasplante cardíaco para evitar el rechazo del corazón y prevenir cualquier complicación. Entre ellas, cuadros de hipertensión, aumento del colesterol o infecciones.Para poder someterse al tratamiento de reproducción asistida, la mujer fue sometida a una biopsia cardíaca, entre otros estudios, para conocer el estado de su corazón. Además, dejó de tomar drogas que podían causar malformaciones fetales, le reemplazaron otras y le ajustaron las dosis de algunas para que pudiera tomar hormonas para estimular sus ovarios, escribió el periódico.
"El tratamiento hormonal fue en dosis muy bajas para evitar la retención de líquido y que el corazón tuviera que bombear más sangre", añadió. Luego, a los 10 días de iniciado el tratamiento, se le aspiraron tres óvulos "de calidad", a los que les fueron inyectados espermatozoides de su esposo, en una técnica conocidas como de inyección intracitoplasmática.
A las 48 horas, los médicos le transfirieron un embrión para evitar un embarazo gemelar, que podría haber puesto en riesgo su vida, explicó el periódico. A las dos semanas, un test casero confirmó el embarazo. Nueva meses después, la historia llegó a buen puerto con el nacimiento de Emilia.
"No existen antecedentes aquí ni en el resto del mundo de un embarazo logrado con técnicas de fertilización asistida de alta complejidad. Sí sabemos, por ejemplo, que hay unas 50 mujeres en Estados Unidos que quedaron embarazadas espontáneamente", dijo al diario el reproductólogo Ricardo James, miembro del equipo especializado.
La mujer, Juliana Finondo, de 39 años, recibió un trasplante cardíaco hace 13 años y fue sometida a "un estricto protocolo de tratamiento" para dar a luz. "La tengo a upa, en brazos y me derrito", dijo la mujer, quien dio a luz a Emilia el jueves pasado en la maternidad del hospital privado Cemic, de Buenos Aires.
Según los médicos que llevaron a cabo el procedimiento, no hay descripción en la literatura médica de otro nacimiento por fertilización asistida de una mujer trasplantada en el mundo. La beba pesó al nacer 2,580 kilos a través de una cesárea para evitar riesgos. La historia de Finodo comenzó en 1999 cuando recibió un corazón trasplantado a los 26 años de edad. La intervención, según los médicos, le quitó un 75 por ciento de probabilidades de ser madre.
Pero sus deseos de tener hijos fueron más allá de las posibilidades y se empeñó en lograrlo.Con la ayuda de un grupo de especialistas, el jueves pasado cumplió su sueño. El lunes "fuimos al primer control y dejó de bajar de peso. Ya está en 2.435 gramos", dijo Finondo, junto a su esposo, Gerardo Tuya. Y agregó: "toma la mamadera, porque no le puedo dar la teta y ¡es de lo más glotona!", sostuvo.
La mujer no puede amamantar a su hija para evitar traspasarle, a través de la leche materna, los 10 medicamentos diarios que debe tomar desde el trasplante cardíaco para evitar el rechazo del corazón y prevenir cualquier complicación. Entre ellas, cuadros de hipertensión, aumento del colesterol o infecciones.Para poder someterse al tratamiento de reproducción asistida, la mujer fue sometida a una biopsia cardíaca, entre otros estudios, para conocer el estado de su corazón. Además, dejó de tomar drogas que podían causar malformaciones fetales, le reemplazaron otras y le ajustaron las dosis de algunas para que pudiera tomar hormonas para estimular sus ovarios, escribió el periódico.
"El tratamiento hormonal fue en dosis muy bajas para evitar la retención de líquido y que el corazón tuviera que bombear más sangre", añadió. Luego, a los 10 días de iniciado el tratamiento, se le aspiraron tres óvulos "de calidad", a los que les fueron inyectados espermatozoides de su esposo, en una técnica conocidas como de inyección intracitoplasmática.
A las 48 horas, los médicos le transfirieron un embrión para evitar un embarazo gemelar, que podría haber puesto en riesgo su vida, explicó el periódico. A las dos semanas, un test casero confirmó el embarazo. Nueva meses después, la historia llegó a buen puerto con el nacimiento de Emilia.
"No existen antecedentes aquí ni en el resto del mundo de un embarazo logrado con técnicas de fertilización asistida de alta complejidad. Sí sabemos, por ejemplo, que hay unas 50 mujeres en Estados Unidos que quedaron embarazadas espontáneamente", dijo al diario el reproductólogo Ricardo James, miembro del equipo especializado.