"Por mi novio no acepté trabajar con Fort"
Después de ser altamente criticada por Ricardo Fort por no aceptar su propuesta laboral, Virgina Gallardo rompió el silencio.
Continúa su noviazgo con Guillermo García y también con su trabajo en Animales sueltos, por América. Ahora, inició la gira de Cuatro colas y un funeral que triunfó en la calle Corrientes. Y en una entrevista íntima con la revista Pronto, cuenta porque no aceptó la propuesta de su ex pareja.
Virginia Gallardo dejó su Corrientes natal a los 17 años para participar como soñadora en el Bailando por un sueño. Y la peleó. "En esa época vivía en un hotel que me daba la productora y trabajaba de lunes a lunes por muy poca plata. Pero sabía que el sacrificio valía la pena, porque estaba haciendo lo que me gustaba", explica con un dejo de nostalgia. Lo cierto es que con su esfuerzo, sumado al golpe de popularidad que le dio su fugaz romance con Ricardo Fort, la rubia logró posicionarse en un lugar importante en los medios. Y ahora, a los 26 años y mientras afianza su noviazgo con el jugador de voley Guillermo García, disfruta de un excelente presente laboral como panelista de Animales sueltos (América) y protagonista de Cuatro colas y un funeral".
-No debe haber sido fácil venir a Buenos Aires sola siendo tan joven.
Hasta el día de hoy me cuesta. Porque se extraña. Y porque yo dejé a toda mi familia allá. Pero en Corrientes había llegado a un lugar del que ya no podía pasar. Por lo menos no, en esto que tanto me gusta. Así que, si me hubiera quedado, tal vez estaría trabajando en una oficina y sería una infeliz. Y lo digo sin ofender a nadie. Pero a mí esta carrera me sorprende todos los días. Ahora, por ejemplo, estoy experimentando mi primera gira con Cuatro colas, que fue un éxito en la calle Corrientes. Y para mí es todo un desafío.
-Una mujer tiene que prever un montón de cosas para salir de gira. ¿O no?
¡Es terrible! Porque hay veces que salís de tu casa un miércoles y volvés recién el domingo.
Así que pasás mucho tiempo afuera.Y hay muchas cosas que tenés que tener en cuenta: no tenés quien te depile, quién te haga las manos, quién te arregle el pelo... Por suerte, hasta ahora se me ha hecho muy llevadero. Es que en el elenco, en el que están también Marcelo De Bellis, Alberto Martín y Toti Ciliberto, somos cuatro las mujeres que atravesamos por lo mismo: Sandra Villarruel, Belén Francese, Lola Bezerra y yo. Como nos llevamos bárbaro y nos ayudamos, todo se nos hace más fácil.
-¿No es raro que cuatro mujeres exuberantes se lleven bien?
Sí, es raro. Pero es así. Sandra es la más antigua en esto, así que ya está en otro nivel y nos trata como si fuéramos sus hijas. Con Belén hace tres años que trabajamos juntas y hasta hemos compartido camarín en el Cantando y el Bailando. Y Lola, que era la más nuevita, nos sorprendió a todas porque es muy cumplidora y buena onda. Es decir que, hoy, todas tenemos una muy buena relación. Y está bueno poder demostrar que chicas que muestran su cuerpo también pueden convivir en paz.
-Paralelamente, sos la única mujer que quedó en esta nueva etapa "seria" del ciclo de Alejandro Fantino. ¿Cómo manejás esta dicotomía?
Creo que todo depende de la cabeza de cada uno. Y yo, esta doble vida, la he llevado siempre. Cuando estaba en Corrientes y no era conocida, sabía que vivir de esto iba a ser posible sólo si la llegaba a pegar, por decirlo de alguna manera. Así que, por las dudas, estudiaba Ciencias Económicas. Pero también hacía desfiles o bailaba por hobbie.
-Perdón: ¿estudiabas Económicas?
Sí, claro. Yo estudié toda mi vida. Lo que pasa es que, por ahí, eso la gente no lo ve. Y por eso me subestima. Pero yo estoy feliz con el nuevo formato de Animales. Lo que hacíamos anteriormente también me encantaba, porque era muy divertido, pero no se puede comparar a lo que hacemos ahora. Este programa me obligó a reencontrarme con la lectura. Hoy, estoy más pendiente de mirar más noticieros y leer los diarios. Y, apenas me llegan los temas del día, me pongo a estudiar. Porque no se trata sólo de lo que se ve al aire: hay mucho trabajo detrás de cada envío. Y yo lo vivo como una gran oportunidad, porque me permite rozarme con gente súper reconocida y estar siempre informada.
-¿Se puede decir que cambiaste horas de gimnasio por horas de lectura?
Digamos que sí. Igual, sigo entrenando, voy al gimnasio, hago acrobacia y me sigo preparando para lo que me gusta, que es bailar. Y también tengo la ilusión de poder hacer ficción en televisión, porque no quiero encasillarme en nada. Yo siento que, tranquilamente, puedo estar mostrando el cuerpo en Cuatro colas y, después, debatir diferentes temas con profesionales en el programa. Y además lo tomo como un desafío para demostrar todo lo que aprendí.
-Para terminar con los prejuicios, ¿qué más estudiaste?
Mientras hacía el colegio, estudiaba en una academia de música todas las tardes, en dónde tomaba clases de canto, piano, flauta traversa, teoría y solfeo y miles de materias más. Cuando salía de ahí, me iba a estudiar inglés hasta las diez de la noche. Y, después, me iba a ensayar con mi grupo de baile. Además, los fines de semana tomaba clases de computación y hacía desfiles. Dormía poco, pero era feliz haciendo todo lo que me gustaba. Entiendo el prejuicio de la gente. Pero yo no soy una tonta. A veces, las chicas que mostramos el cuerpo nos dedicamos más a ir al gimnasio. Pero yo creo que tampoco hay que descuidar los otros aspectos. ¿No te parece?
-Seguro.
No quiero hacerme la periodista ni ponerme un título que no tengo. Pero en el programa tampoco tratamos temas de los que no podamos investigar.
-La duda es: ¿por qué quedaste vos y no Cinthia Fernández o Claudia Fernández?
Mirá: esa duda la tenemos todos. Yo me dirigí a mis jefes y la única explicación que me dieron fue que era su decisión. Así como me contrataron un día para el formato anterior, ahora me pidieron que continuara. Y en su momento no quise hacer declaraciones porque pensé que alguien podía tildarme de egoísta. Era una situación incómoda. Pero, para mí, esto es trabajo".
-Y no tenés un millonario que te mantenga.
No, yo vivo de mi laburo. Así que tengo que trabajar.
-Pero, casualmente, Ricardo Fort te ofreció estar en su programa, ¿no?
Sí, me hizo una propuesta interesante. Pero yo la rechacé porque no quiero mezclar las cosas. Pude demostrar que puedo seguir en este medio sin Ricardo, porque de hecho yo arranqué mi carrera mucho antes de conocerlo a él. Y la verdad es que no se me caen los anillos si tengo que hacer castings para conseguir trabajo. Además, hoy también juegan otras cosas a la hora de firmar un contrato.
-¿Guillermo García?
Claro. Ya hace dos años y medio que estoy en pareja con el Guille. Por respeto a él, no da que vuelva a trabajar con Fort. Nosotros estamos conviviendo y nos sentimos muy bien juntos. Es mejor no mezclar las cosas.
-¿Ya te propuso casamiento el Guille?
No.
-¿Por qué no?
Porque los dos estamos muy enfocados en nuestros trabajos. Y, aunque somos conscientes de que ganamos muy bien para nuestra edad, él tiene 28 y yo 26, los dos sabemos que hoy nuestra prioridad es otra. Yo todavía no tengo departamento propio y recién acabo de comprar mi primer auto. Por ahora, tenemos otros objetivos en mente. El día de mañana, si todo sigue igual, pensaremos en el casamiento y en los hijos. Soy una mujer muy pensante, a la que le gusta meditar cada cosa para dar pasos seguros. Hoy no me veo al frente de una familia.
-Es curioso, con Fort no tenías problemas de dinero pero la relación no resultó, pero ahora que estás feliz con tu pareja tenes que remarla económicamente.
Es así. Pero nosotros somos jóvenes, tenemos tiempo para progresar. Además, esto siempre fue lo normal para mí. Cualquiera se deslumhra con la vida de un millonario, porque es totalmente diferente. Pero yo jamás la tomé como propia. El mundo de Ricardo Fort nunca fue el mío. Lo disfruté cuando estuvimos juntos. Pero siempre supe que el día que no estuviera con él, todo eso se iba a terminar. Y así fue.
Virginia Gallardo dejó su Corrientes natal a los 17 años para participar como soñadora en el Bailando por un sueño. Y la peleó. "En esa época vivía en un hotel que me daba la productora y trabajaba de lunes a lunes por muy poca plata. Pero sabía que el sacrificio valía la pena, porque estaba haciendo lo que me gustaba", explica con un dejo de nostalgia. Lo cierto es que con su esfuerzo, sumado al golpe de popularidad que le dio su fugaz romance con Ricardo Fort, la rubia logró posicionarse en un lugar importante en los medios. Y ahora, a los 26 años y mientras afianza su noviazgo con el jugador de voley Guillermo García, disfruta de un excelente presente laboral como panelista de Animales sueltos (América) y protagonista de Cuatro colas y un funeral".
-No debe haber sido fácil venir a Buenos Aires sola siendo tan joven.
Hasta el día de hoy me cuesta. Porque se extraña. Y porque yo dejé a toda mi familia allá. Pero en Corrientes había llegado a un lugar del que ya no podía pasar. Por lo menos no, en esto que tanto me gusta. Así que, si me hubiera quedado, tal vez estaría trabajando en una oficina y sería una infeliz. Y lo digo sin ofender a nadie. Pero a mí esta carrera me sorprende todos los días. Ahora, por ejemplo, estoy experimentando mi primera gira con Cuatro colas, que fue un éxito en la calle Corrientes. Y para mí es todo un desafío.
-Una mujer tiene que prever un montón de cosas para salir de gira. ¿O no?
¡Es terrible! Porque hay veces que salís de tu casa un miércoles y volvés recién el domingo.
Así que pasás mucho tiempo afuera.Y hay muchas cosas que tenés que tener en cuenta: no tenés quien te depile, quién te haga las manos, quién te arregle el pelo... Por suerte, hasta ahora se me ha hecho muy llevadero. Es que en el elenco, en el que están también Marcelo De Bellis, Alberto Martín y Toti Ciliberto, somos cuatro las mujeres que atravesamos por lo mismo: Sandra Villarruel, Belén Francese, Lola Bezerra y yo. Como nos llevamos bárbaro y nos ayudamos, todo se nos hace más fácil.
-¿No es raro que cuatro mujeres exuberantes se lleven bien?
Sí, es raro. Pero es así. Sandra es la más antigua en esto, así que ya está en otro nivel y nos trata como si fuéramos sus hijas. Con Belén hace tres años que trabajamos juntas y hasta hemos compartido camarín en el Cantando y el Bailando. Y Lola, que era la más nuevita, nos sorprendió a todas porque es muy cumplidora y buena onda. Es decir que, hoy, todas tenemos una muy buena relación. Y está bueno poder demostrar que chicas que muestran su cuerpo también pueden convivir en paz.
-Paralelamente, sos la única mujer que quedó en esta nueva etapa "seria" del ciclo de Alejandro Fantino. ¿Cómo manejás esta dicotomía?
Creo que todo depende de la cabeza de cada uno. Y yo, esta doble vida, la he llevado siempre. Cuando estaba en Corrientes y no era conocida, sabía que vivir de esto iba a ser posible sólo si la llegaba a pegar, por decirlo de alguna manera. Así que, por las dudas, estudiaba Ciencias Económicas. Pero también hacía desfiles o bailaba por hobbie.
-Perdón: ¿estudiabas Económicas?
Sí, claro. Yo estudié toda mi vida. Lo que pasa es que, por ahí, eso la gente no lo ve. Y por eso me subestima. Pero yo estoy feliz con el nuevo formato de Animales. Lo que hacíamos anteriormente también me encantaba, porque era muy divertido, pero no se puede comparar a lo que hacemos ahora. Este programa me obligó a reencontrarme con la lectura. Hoy, estoy más pendiente de mirar más noticieros y leer los diarios. Y, apenas me llegan los temas del día, me pongo a estudiar. Porque no se trata sólo de lo que se ve al aire: hay mucho trabajo detrás de cada envío. Y yo lo vivo como una gran oportunidad, porque me permite rozarme con gente súper reconocida y estar siempre informada.
-¿Se puede decir que cambiaste horas de gimnasio por horas de lectura?
Digamos que sí. Igual, sigo entrenando, voy al gimnasio, hago acrobacia y me sigo preparando para lo que me gusta, que es bailar. Y también tengo la ilusión de poder hacer ficción en televisión, porque no quiero encasillarme en nada. Yo siento que, tranquilamente, puedo estar mostrando el cuerpo en Cuatro colas y, después, debatir diferentes temas con profesionales en el programa. Y además lo tomo como un desafío para demostrar todo lo que aprendí.
-Para terminar con los prejuicios, ¿qué más estudiaste?
Mientras hacía el colegio, estudiaba en una academia de música todas las tardes, en dónde tomaba clases de canto, piano, flauta traversa, teoría y solfeo y miles de materias más. Cuando salía de ahí, me iba a estudiar inglés hasta las diez de la noche. Y, después, me iba a ensayar con mi grupo de baile. Además, los fines de semana tomaba clases de computación y hacía desfiles. Dormía poco, pero era feliz haciendo todo lo que me gustaba. Entiendo el prejuicio de la gente. Pero yo no soy una tonta. A veces, las chicas que mostramos el cuerpo nos dedicamos más a ir al gimnasio. Pero yo creo que tampoco hay que descuidar los otros aspectos. ¿No te parece?
-Seguro.
No quiero hacerme la periodista ni ponerme un título que no tengo. Pero en el programa tampoco tratamos temas de los que no podamos investigar.
-La duda es: ¿por qué quedaste vos y no Cinthia Fernández o Claudia Fernández?
Mirá: esa duda la tenemos todos. Yo me dirigí a mis jefes y la única explicación que me dieron fue que era su decisión. Así como me contrataron un día para el formato anterior, ahora me pidieron que continuara. Y en su momento no quise hacer declaraciones porque pensé que alguien podía tildarme de egoísta. Era una situación incómoda. Pero, para mí, esto es trabajo".
-Y no tenés un millonario que te mantenga.
No, yo vivo de mi laburo. Así que tengo que trabajar.
-Pero, casualmente, Ricardo Fort te ofreció estar en su programa, ¿no?
Sí, me hizo una propuesta interesante. Pero yo la rechacé porque no quiero mezclar las cosas. Pude demostrar que puedo seguir en este medio sin Ricardo, porque de hecho yo arranqué mi carrera mucho antes de conocerlo a él. Y la verdad es que no se me caen los anillos si tengo que hacer castings para conseguir trabajo. Además, hoy también juegan otras cosas a la hora de firmar un contrato.
-¿Guillermo García?
Claro. Ya hace dos años y medio que estoy en pareja con el Guille. Por respeto a él, no da que vuelva a trabajar con Fort. Nosotros estamos conviviendo y nos sentimos muy bien juntos. Es mejor no mezclar las cosas.
-¿Ya te propuso casamiento el Guille?
No.
-¿Por qué no?
Porque los dos estamos muy enfocados en nuestros trabajos. Y, aunque somos conscientes de que ganamos muy bien para nuestra edad, él tiene 28 y yo 26, los dos sabemos que hoy nuestra prioridad es otra. Yo todavía no tengo departamento propio y recién acabo de comprar mi primer auto. Por ahora, tenemos otros objetivos en mente. El día de mañana, si todo sigue igual, pensaremos en el casamiento y en los hijos. Soy una mujer muy pensante, a la que le gusta meditar cada cosa para dar pasos seguros. Hoy no me veo al frente de una familia.
-Es curioso, con Fort no tenías problemas de dinero pero la relación no resultó, pero ahora que estás feliz con tu pareja tenes que remarla económicamente.
Es así. Pero nosotros somos jóvenes, tenemos tiempo para progresar. Además, esto siempre fue lo normal para mí. Cualquiera se deslumhra con la vida de un millonario, porque es totalmente diferente. Pero yo jamás la tomé como propia. El mundo de Ricardo Fort nunca fue el mío. Lo disfruté cuando estuvimos juntos. Pero siempre supe que el día que no estuviera con él, todo eso se iba a terminar. Y así fue.